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Tradición oral Femenina en la Comarca del Campo de Belchite          Pilar Bernad Esteban & Inmaculada Carné Escuer

IV. VALORACIÓN

A. VISITAS

La propuesta inicial eran 3 visitas por pueblo pero ha habido tres pueblos, Lécera, Belchite y Moyuela que debido a la excelente respuesta de las mujeres fueron necesarias 4 visitas, tres de ellas de grabación, con lo cual han sido 32 sesiones repartidas a lo largo de los meses de mayo a octubre y cuyo calendario ha sido establecido en cada caso.

B. CONTACTOS

En cuanto a los contactos y las personas que nos han introducido en las localidades, han sido de cuatro tipos

  1. A través del servicio comarcal de Educación de Adultos. Nos pusimos en contacto con los profesores en la zona, mención especial merece Servando del Río natural de Plenas que nos ha introducido en Plenas, Belchite, Azuara y Lécera. Como parte de las actividades del curso propuso la realización de las encuestas y fichas que ya presentamos en nuestra memoria justificativa, las cuales nos sirvieron como introducción a las principales fiestas, actividades y costumbres de los pueblos. Algunas de las sesiones de grabación se realizaron en horario de las propias clases, como es el caso de Belchite y Azuara.
  2. Mediante contactos personales bien por amistades personales, tal ha sido el caso de Belchite con Joaquín París, Pilar Gorriz y Antonia Montañés. Letux con la ayuda de María de Miguel y Basilisa Gracia, Moyuela con la ayuda de Ángel Sánchez amigo y compañero del grupo Somerondón y Lagata con Mª Elena Moliner.
  3. Por contacto con el Ayuntamiento como en Letux con la Concejala de Cultura para una primera sesión, o en Fuendetodos, cuyo alcalde, Joaquín Gimeno nos ayudó a convocar la primera visita.
  4. Con Asociaciones de Cultura como es el caso de Almonacid de la Cuba. El contacto fue Mª Ángeles Ruz a propuesta de Servando del Río

En general puede decirse que en los pueblos donde no hay Escuela de Adultos el contacto ha sido más personal, es decir, introducidas por una persona del pueblo.

Las grabaciones en grupo tienen la ventaja de que las opiniones pueden ser contrastadas, se ayudan a recordar unas a otras en un ambiente distendido. Los "líderes del grupo", que normalmente han sido las personas reconocidas localmente como buenas cantadoras o con gran memoria, han llevado la iniciativa completada por el resto. Como puntos negativos el ruido ambiente es mayor y muchas veces las conversaciones están mezcladas pues es normal que varias expliquen a la vez.

 

C. CANCIONES, BAILES E INSTRUMENTOS

Del análisis de los materiales recogidos cabe destacar que no hemos encontrado casi ningún baile colectivo ni de mujeres, salvo "El Cangrejo" y El reinau de Plenas. Sólo la generación de mujeres mayores de 90 años los han bailado o recuerdan haberlos visto bailar, sin embargo el grupo mayoritario de 70 a 90 años ya apenas los vieron; no hay que olvidar la tremenda ruptura que supuso la guerra civil y la dictadura franquista.

Muchos de los bailes quedaron luego como juego de niñas incluso hasta la generación de mujeres con cuarenta años, pero ya olvidados y perdidos para las generaciones más jóvenes.

Hemos dado una singular importancia a los romances. El romancero de la comarca de Belchite comprende temas religiosos y profanos; desde los viejos temas carolingios como Gerineldo y el Conde Claros transmitidos oralmente de abuelas a nietos y de madres a hijos durante generaciones, hasta los más horrorosos crímenes del presente siglo, abarcando toda gama de composiciones existentes en la tradición oral.

Era normal hasta los años 70 la existencia de comediantes (ongaros, los llaman en la zona), gitanas y romanceros y romanceras que pasaban la vida viajando por los pueblos, vendiendo ejemplares escritos y difundiendo este género llamado "romances de ciego" en los que abundan los asuntos y protagonistas femeninos, pues las mujeres era el colectivo que mejor acogía este género. Muchos de ellos hacen un guiño a la injusticia a que se veían sometidas las madres solteras.

 

Su funcionalidad era muy variada, pues servían como canción de falda, canciones infantiles y de corro o como canto de trabajo como es el caso de Almonacid de la Cuba.

Los romances más repetidos son Gerineldo, el romance del Conde Flores, La princesa y el segador y Señas de esposo en temas profanos y en cuanto a religiosos varios milagros de San Antonio de Padua, a quien profesan una devoción especial. Aparte de estos son frecuentes otros romances de ciego como Agustina y los Hermanos Gemelos. A falta de un estudio del romancero aragonés, consideramos muy importante la aportación de este trabajo para su conocimiento.

 

En cuanto al repertorio infantil las canciones se repiten en la mayoría de las localidades. Destacan las canciones de corro como la Geringosa o Mi abuelo tiene un peral, de paseillo como Chata la mandunguera y "han puesto una librería", de saltar a la comba como "el cocherito leré" o simplemente canciones como La Tarara. Muchas de estas melodías las aprendían de sus madres o abuelas, y otras, "en la escuela o de chicas" refiriéndose al aprendizaje en la infancia como juegos.

En la juventud dominan las coplas de jota, junto con cantos amatorios como Los mandamientos de amor y canciones de moda en el momento como los cuplés.

Aunque no nos hemos centrado en el repertorio religioso, puesto que no corre el mismo peligro de pérdida, hemos pretendido recoger aquellas canciones o piezas que ya no se realizan o que han perdido su función originaria. Es el caso de las auroras, sólo vivas en Letux y Plenas, de Gozos a santos y vírgenes cuya devoción se ha ido perdiendo como es el caso de Santa Cenobia en Lécera, rogativas de aguas puesto que hoy en día tan apenas ya se realizan, o los Setenarios para Semana Santa, casi completamente olvidados.

Asimismo, nos hemos interesado por adivinanzas, trabalenguas, dichos, cuentos y recitados, géneros muchas veces no tenidos en cuenta o menospreciados en los trabajos de investigación de tradición oral..

Otra de las conclusiones a las que nos ha llevado el análisis de los materiales ha sido la escasez de instrumentos musicales que las mujeres han tocado, recuerdan haber tocado de niñas las matracas y carraclas en Semana Santa (obligadas por las circunstancias políticas a su casi exclusivo uso durante esta festividad), la zambomba para pedir los aguinaldos en navidad, como es el caso de Belchite cuando iban a pedir "el chanero". Mención aparte merece Antonia Gracia natural de Moyuela, mujer con una excelente memoria que entre sus muchas aptitudes es capaz de tocar las piedras. Aparte de estas pequeñas muestras, en general se acompañaban para bailar haciendo pitos pero conocen las castañuelas y las pulgaretas, pitos o "castañuelas pequeñas con el pocico más hondo" ya que de las tres formas han sido nombradas.

En cuanto a panderos y panderetas, siempre que hemos preguntado por ellos los relacionan con las gitanas y romanceras que iban por los pueblos, gentes en general anónimas y recordadas por sus defectos físicos o por sus especiales formas de interpretar las canciones.

Los instrumentos musicales era un ámbito masculino. El instrumento más común era la guitarra seguido del acordeón y los gaiteros, ya en claro declive puesto que su lugar fue ocupado por bandas de música, al parecer la de Encinacorba visitaba muchos de los pueblos de esta comarca y posteriormente los grupos de música para el baile.

Cada pueblo tenía sus propios músicos que animaban durante el año las rondas y fiestas familiares o de amigos, siendo los días de fiesta señalados en cada localidad cuando se contrataban músicos, siempre forasteros, para la ocasión.

Los músicos de La Hoz de la Vieja son los gaiteros que recuerdan y que recorrieron estas tierras aunque en Lécera nos han nombrado también a los de Moneva, y en Letux a los de Belchite. Sus actuaciones eran ya residuales porque para el baile traían a bandas (era famosa la de Encinacorba) y más tarde orquestas. Es curioso cómo la señora Valeriana Yus de Plenas nombra siempre a gaiteros pese a que como ella decía no sabía bailar.

 

D. SOPORTE FOTOGRÁFICO Y VÍDEO

En cuanto al soporte fotográfico han sido tomadas fotografías de todas las sesiones realizadas, y aunque nos hubiera gustado preguntar a las entrevistadas por fotos antiguas para poder reproducirlas, la gran cantidad de temas a tratar que se derivan del guión diseñado para las sesiones ha hecho imposible que la reproducción de fotografía antigua haya sido tratada como merece; además ésta requiere unos medios técnicos de los que no poseemos.

Como ya ha sido señalado anteriormente han sido muy pocos los bailes recogidos por este motivo se decidió llevar un solo día el equipo de video a cada pueblo. Se ha grabado en Plenas a las mujeres en la iglesia cantando las flores a María, en la plaza de la iglesia con los juegos infantiles y los bailes que recordaban y jugando a las birlas. En Lagata se grabó a dos parejas que siendo mozos bailaron la jota en el baile de la fiesta de Santa Águeda y a Antonia Gracia natural de Moyuela tocando las tejas.

 

E. ENTREVISTAS

Las entrevistas han sido de dos tipos en función de la edad de los informantes:

1. Mujeres de más de 90 años

Siempre entrevista personal debido a que por su edad no suelen salir de casa y por otro lado resultaba más cómodo visitarlas en su casa.

Su actitud ante la entrevista era de total disposición si bien perdían fácilmente el hilo conductor, no respondían a las preguntas de la encuesta sino que cuentan lo que se les ocurre en ese momento.

Principalmente suelen comentar todos los datos de su vida personal, además es fácil que no terminen las canciones o melodías. Pese a estas dificultades, han aportado datos muy importantes y únicos sobre bailes colectivos, indumentaria, músicos tradicionales y pasos de bailes.

2. Mujeres de 65 a 90 años.

Recuerdan muy bien las canciones de la infancia, la escuela y las poesías y obras de teatro que realizaron en las comedias que había en todas las escuelas.

Ya no bailaron la jota, ni siquiera algunas de ellas vieron a sus madres bailarla. Otras la relacionaban con saber bailar la jota que habían aprendido con la sección femenina o con Acción Católica.

Su aportación más importante ha sido los romances que ellas aún aprendieron de sus mayores pero que sus hijas y nietos ya no saben. Como José Manuel Fraile, estudioso y experto en tradición oral y folclore de la península ha puesto de manifiesto, falta un estudio del romancero aragonés. Tal es la cantidad y variedad de romances grabados, que forma el mayor grupo de canciones recogidas, algunos de ellos versiones realmente antiguas y perdidas en otras zonas de España.

Uno de los aspectos que más nos han llamado la atención de los informantes es el gusto por el recitado y la creación de historias y coplas relativas a los sucesos del pueblo. Ya en la escuela se iniciaba a los niños en la memorización de textos y poesías profanos y religiosos, lo cual unido al hecho de que la tradición oral se transmitía familiarmente por palabras, ha favorecido el que hayan llegado hasta nuestros días textos que todavía guardan en la memoria. Esta aptitud ha sido perdida por las generaciones que les han sucedido.

Hemos de destacar la gran hospitalidad y amabilidad de las gentes de esta comarca en los que nos hemos sentido como en nuestra propia casa. En todas ellas nos han comentado "el buen rato que pasaron recordando", pues ha sido una forma de pasar una tarde diferente para ellas, ya que la vida en un pueblo es muy tranquila y cualquier acto que rompa con la cotidianeidad es muy bien recibido. Por otro lado las mujeres estaban encantadas con estas sesiones de grabación que traían a la memoria recuerdos muy gratos para ellas. Tanto ha sido así, que incluso los hombres estaban deseosos de asistir a ellas, y no faltaron algunos animados que lo hicieron.

 

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