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La Arquitectura popular en la provincia de Zaragoza                                                         J. Ceña, U. Heredia, A. Peropadre

INTRODUCCIÓN

En Noviembre de 1.978 fue propuesto el presente trabajo a la Comisión de Cultura de la Delegación de Zaragoza del Colegio de Arquitectos de Aragón. El planteamiento que se hizo entonces fue muy ambicioso, y según aquella línea de actuación se comenzó trabajar. A medida que la labor de campo se desarrollaba se vio la necesidad de insistir en ciertos aspectos así como la imposibilidad de tratar el tema con el rigor y la profundidad que merecía por sí mismo, dado el tiempo y la limitación de medios de que se disponía. Por eso cuando el acopio de datos y de documentación fotográfica pareció suficiente para dar una visión general de la cuestión a estudiar se decidió presentar el trabajo como una primera recopilación de datos.

En esencia el estudio se limita a una serie de planos y fotografías comentados como consecuencia directa del trabajo de campo. No puede ser de otro modo ya que la bibliografía especifica de este tema es incipiente y las obras generales (Flores, Torres Balbas Feduchi, etc) suelen prestar no demasiada atención a la depresión madia del Valle del Ebro. Por eso, necesitada la cuestión de datos de principio, se presenta este trabajo como una nueva aportación en este orden de cosas.

El carácter rural que marca el desarrollo de toda la arquitectura de la Provincia de Zaragoza es pobre de medios materiales a excepción de la construcciones áulicas y religiosas. Este carácter ayuda a conservar en su mas genuina pureza los modos de hacer tradicionalmente transmitidos. Los materiales que la tierra ofrece y las técnicas constructivas tradicionales para las que los albañiles del pueblo se mantenían capacitados, consiguen una continuidad en lo edificatorio que no recibe durante siglos nuevas modificaciones técnicas. La tierra, materia prima por excelencia en la Provincia de Zaragoza hace desarrollar quizá bajo formas o estilos nuevos pero sin alteraciones constructivas notables una arquitectura donde el ladrillo, el tapial y el adobe ensayan combinaciones diversas dentro de una concepción ancestral de la utilidad de la casa.

Atendiendo a la distribución geográfica de las materias primas, la tipología constructiva cambia. En las zonas de bosque de fácil acceso a la madera que limitan en todo su entorno al Aragón central, se dan soluciones distintas de las que se encuentran en el Valle del Ebro que resuelve sus problemas, haciendo menos uso de voladizos y mas de gruesos muros de carga. De igual modo las comarcas que contaron con piedra abundante, como ocurre en Caspe rica en areniscas, solucionan sus edificios con las técnicas apropiada sa este material.

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CONSTRUCCIÓN DE MURO DE TAPIAL ( Según Fernández Balbuena)

Hay además pesos intermedios de una a otra comarca, de una a otra técnica. En algunas zonas de Aragón en que existen canteras próximas se encuentran magníficos e interesantes ejemplos de fabricas combinadas. Si consideramos, a este respecto el área de los partidos judiciales de Ateca y Calatayud próximos a Castilla vemos que en esas estribaciones del Sistema Ibérico existen con frecuencia casa que alternan la piedra con el ladrillo, en mayor proporción a favor de la primera de lo que se da en el centro de la Provincia de Zaragoza, en la depresión propiamente del Valle del Ebro. Los macizos rocosos del Sistema Ibérico han dado siempre canteras aptas para la construcción en piedra, como se ve en la vecina Castilla. En Aragón no obstante hay una permanente fidelidad al ladrillo. Cabria plantear aquí si la utilización de la piedra y de los materiales cerámicos en un mismo edificio, se hace con clara conciencia de introducir en la obra, que sigue fiel al patrón generalizado en Aragón en el S. XVI, un elemento enriquecedor de la fábrica, o bien se trata sencillamente de una trascripción del tipo ejecutada con loa materiales mas a mano.

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ESTRUCTURA DE MURO DE PIEDRA, TAPIAL Y LADRILLO

C/ Garay nº1. La Almunia de Doña Godina

En todos estos casos, como también ocurre en Caspe, el resultado produce al menos en la vivienda popular unas construcciones fieles a los modelos tradicionales en  las que la piedra queda reservada, en atención a su mayor resistencias a ocupar lugares en los que cumple una misión mas idónea.

La cuestión sobre la consciencia con que se trabajaba en la acertada combinación de los materiales es un problema de versión de un contenido diferenciado : la casa en unos continentes variables en función de la geografía y de los materiales propios del suelo de cada comarca. Las edificaciones subsistentes en estas zonas de transición manifiestan la realidad de la afirmación anterior. Hay, sobre todo un afán de continuar el estilo aunque cambian los materiales y la técnica. Es decir que las soluciones constructivas de cada zona y las formas compositivas que rigen en Aragón desde el clasicismo en El S. XVI hasta la ruptura neoclásica en el XVIII adquieren categoría de expresión propia para cada zona.

Otra cuestión se plantea en los casos en que se quiere aspirar a una mayor originalidad e intentan transferirse formas o sistemas ajenos. Presentan interés documental algunos edificios en los que lejos de respetarse las propiedades de los materiales, se les hace tomar apariencia formal ajena a su naturaleza. Pueden citarse ejemplos en los que el ladrillo se apareja imitando estereotomías de piedra. Cuando en una obra se encuentran dos corrientes capitales de influencia el resultado alcanza frecuentemente un carácter notable. Veremos como incide en la Arquitectura Popular de Aragón la herencia islámica y la renacentista o aquella y la barroca. Resulta entonces que la técnica más vieja en el lugar perdura intentando asumir el aire de la nueva corriente.  

Hay abundantes ejemplos de como la tradicional técnica del ladrillo busca con sus aparejos o aplantillamiento las formas de ordenes y molduraciones clásicos. Es entonces interesante contemplar como se entremezclan los influjos para dar como resultado obras muy valiosas que revelan gran agudeza en el sentido de la selección. La genuina Arquitectura popular y tradicional que se mantuvo hasta el S. XVIII en el que las influencias extranjeras mixtificaron el sentido primigenio con que los alarifes aragoneses habían tratado estructuras y materiales respondiendo a sus mas naturales solicitaciones de comportamiento. Estas cualidades inherentes a toda arquitectura que recoge directamente de la tierra su información y que desarrolla sus construcciones según normas antiguas asimiladas por el pueblo, también aparecen en Aragón donde las casa se construyen en una fraternidad casi mimética con el suelo, y el tapial y los adobes y el ladrillo y la teja se utilizan como una feliz domesticación de la tierra que los origina y los arropa. El tapial en la Provincia de Zaragoza continua siendo siempre el mismo utilizándose en masas enormes que después se vestían de yesoa liso unas veces como en el campo de Cariñena y otras imitando despieces almohadillados de ascendencia renacentista. El ladrillo continuará unas veces representando un papel resistente, como en las fábricas en que se combina con tapial, como puede  verse en muchas casa de La Almunia de Doña Godina, constituyendo verdaderos entramados sin madera en los que el ladrillo refuerza la estructura de tierra. Otras veces se utiliza el elemento cerámico tan magistralmente como lo habían hacho los musulmanes aragoneses, siguiendo la tradición de la arquitectura   oriental, como ornamento aprovechando su tamaño y modulación con giros según sus ejes de simetría obteniendo frisos de pico, molduraciones  etc.

Las estructuras de muros de carga son por lo general de una dimensión aproximada a los cinco metros de luz, dimensión apta para la utilización de viguería de madera, aunque en casas de labradores mas simples no se llega a dimensiones tan grandes.

Las cimentaciones son reducidas y se utilizan con frecuencia masas de mortero de cal y canto. Unas veces se cimenta con muros de ladrillo de 50 a 100 cm. de espesor y otras se resuelve mediante arcos de visibles desde la bodega. Se emplean la cal y el yeso como materiales aglomerantes, preferentemente el último de gran tradición en Aragón desde la dominación musulmana, utilizándose el yeso mezclado con arena no arcillosa en la ejecución de muros de fábrica de ladrillo en las zonas donde la cal escaseaba.

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ALERO DE PICOS Y DADOS (Calle de la Torre nº 16. Zaragoza)

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ALERO DE PICOS Y LISTELES (Calle de San Pablo 119. Zaragoza)

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ALERO DE ESCAMAS (Plaza de la Iglesia. Longares)

La arcilla y el yeso son las materias primas por excelencia. Aragón cuenta con arcillas de óptimas condiciones, para su utilización cocidas o no. El tamaño de los ladrillos aumenta progresivamente desde finales del S. XVI a finales del s.XVIII experimentando después una regresión. La proporción entre el ladrillo y el yeso aumenta a favor del segundo, significando la importancia de los tendeles, dándoles espesores que alcanzan la mitad del canto del ladrillo , rehundiendo a veces el mortero.

Los aparejos suelen ser los tradicionales, isodomo y diatónico. La perfección mudéjar de la técnica, alcanza su mayor interesen las soluciones de las galerías de arquillos de los solanares. La maestría en la utilización de tierras sin previa cocción en horno, produce fábricas muy gruesas de tapial ó adobe.

El tapial aparece en todo tipo de construcciones, solo o mezclado con cantos pequeños. El adobe se utiliza en la construcción de viviendas pobres, cuadras o cobertizos. La madera escasa en Centro Aragón se utiliza en la viguería de sustentación de forjados y en la carpintería de cerramientos.

El yeso y el ladrillo son los verdaderos protagonistas de la construcción, además de su utilización como mortero en las fábricas se utiliza en forjados pavimentos, enlucidos y tallado como material decorativo. La piedra en sillares apenas se utiliza excepto en zócalos, peanas, esquina etc, salvo en la zona nnorte de la Provincia donde es el material utilizado frecuentemente como cerramiento.  

La variedad de formas que aparecen en los escasos elementos decorativos que se introducen en la construcción varía según comarcas, mientras las técnicas edificatorias permanecen.

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ESTRUCTURA DE ALERO DE CARRERAS SOBRE MÉNSULAS SUPERPUESTAS

(Calle de Santiago nº 36. Zaragoza)

En general debe hablarse de un comportamiento estricto de los materiales al servicio de una determinada concepción de la casa. La espontaneidad conceptual que se manifiesta en cada edificio, se sustenta principalmente en el adecuado de los materiales inmediatos que convierte la Arquitectura Popular en un efecto tanto del ambiente físico cuanto del humano en el que se desarrolla.

CRÉDITOS  - INTRODUCCIÓN  - Salvatierra de Escá  - Ruesta: - Zaragoza C/ palomar nº 8-14    - Zaragoza C/ Palomar nº 29    - C/ Olleta nº 12    Jusbol  - Gelsa  - Monegrillo  - Farlete  - Mediana de Aragón  - Fabara  - Belchite  - Fuendetodos   -Encinacorba C/ Mayor nº 7   - Encinacorba C/ Mayor nº 29  - Fuentes de Jiloca   - Daroca   - Urrea de jalón  - Chodes  - Belmonte de Calatayud

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