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Las campanas de Aragón: un medio de comunicación                                                          Dr. Francesc LLOP i BAYO

Uso general: tópicos

¿Cómo eran los toques de campanas tradicionales? ¿En nombre de quién eran tocados? ¿Cuales eran sus destinatarios? ¿Y sus mensajes? ¿De qué modo se organizaban repiques y bandeos? ¿Quienes los interpretaban? ¿Con cuales partituras?

Intentaré responder a todas estas preguntas, basándome sobre todo en los materiales recogidos a lo largo y ancho de Aragón, así como en la numerosa aunque inconexa y a menudo superficial bibliografía que ha citado las campanas y sus sones.

Las campanas han sido relacionadas con la vida y con la muerte; con los sentimientos; con la llamada; con la Iglesia; con la guerra y la paz; con la emigración. Numerosas creaciones literarias proponen amplias lecturas de los toques, otorgando personalidad, trascendencia, emoción y comunicación a las campanas. Otras generalizaciones relacionan las campanas con la llamada: recordemos el icono que adorna tanto los timbres de las casas como los botones de alarma de los ascensores. En ambos casos se quiere llamar a otro

·          para que nos saque de donde estamos

·          que nos franquee la puerta

·          que nos permita pasar o salir.

También, en una nueva asociación que hace furor, aparece un dibujo de campana en las máquinas tragaperras, junto a ciertas frutas, acompañando y avisando el premio mayor.

Ambas generalizaciones, que merecen otros trabajos, no nos importan ahora pues no afectan para nada al propósito de nuestro discurso: los toques de campanas, de manera general, y mucho más específicamente aquellos producidos en Aragón.

Tópicos generales en torno a las campanas

LLEO (1947a) escribe una serie de tópicos en torno a las campanas, su lenguaje y su papel comunitario:

¡Oh el lenguaje de las campanas! Lenguaje muy expresivo. Nada en absoluto da una idea tan elocuente de la alegría y el dolor como las campanas. Una fiesta sin campanas es como un día sin sol; un campanario sin ellas es cual un pueblo sin historia. Constituyen una nota de arte, y un punto de vida. Quien no profesa cariño a las del pueblo que le vio nacer me atrevo a decir que no quiere tampoco a su madre. [...] Meritorio es el papel que desempeñan. Si algún día se decretase prescindir de sus servicios, el mundo perdería en parte su equilibrio, como pierde un hombre el juicio en cosas inconfesables.

RUIZ DE LIHORY (1903:39) comienza su artículo ANONIMOS - Campanas de Valencia, de su diccionario sobre Música, con numerosos lugares comunes como suele ocurrir con aquellos que desean comenzar un tema, divagando desde lo general hasta centrarse en lo particular:

Nos deciden á discurrir ligeramente sobre esos sencillos instrumentos musicales que presiden casi todos los actos de nuestra vida, y se asocian á todas las emociones populares, tañendo lúgubremente con ritmo monótono o dítono en los momentos de duelo, y volteando, con harmónica nerviosidad en las jubilosas manifestaciones de regocijo público.

No menos generalidades reúne una poesía de QUEROL (1965) dedicada a la campanera de Jaca con motivo de su homenaje televisivo en el programa Reina por un Día:

¡¡ CAMPANA!!

A doña Concha
Campanera de Jaca
y Reina por un Día

31 - 10 - 65

Cuando fuerte sopla el viento
y de la campana, el son,
parece ser un lamento,
pienso yo, con emoción,
¡mientras sus notas desgrana!...
¿Tendrá alma la campana?

Cuando en días de alegría
ilusionada y febril
repica al rayar el día
con alborozo infantil,
¡pienso al compás de su diana!
¡Tiene alma la campana!

Cuando el sol se hunde en poniente,
y con piadosa intención
suena lánguidamente
suplicando una oración.
Pienso... ¿Siente? ¡Ilusión vana!...
¿Tendrá alma la campana?

Cuando las llamas al cielo
se elevan con frenesí
y desesperada el vuelo
levanta fuera de sí,
¡pienso al ver cómo se afana!...
¡Tiene alma la campana!

Cuando gime dolorido
su plañidero metal
recordando entristecido
de una existencia el final,
¡pienso con cierta alegría!...
¿Tendrá alma la campana?

¡Tu, que reflejas mi pena,
mi alegría y mi dolor!...
¡Tú, que impasible y serena
del día al primer albor
suspiras en tu ventana!...
¡Tú, tienes alma, campana!

 

JUAN QUEROL
Castellón 1 - 11 - 65

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