Cada uno de los
municipios del río Martín guarda numerosos usos de plantas silvestres que, además de
mostrar una sabiduría antiquísima, todavía son empleadas y a las que no se puede
acceder en los mercados normalizados. Somos conscientes de que los actuales modelos
productivos y de consumo casi han relegado al olvido esta herencia, por lo menos en lo que
respecta a las nuevas generaciones. Surge así un problema latente en la
sociedad actual, el resultante del enfrentamiento artificial entre lo moderno y lo
antiguo, entre la experiencia transmitida por los mayores y la multitud de conocimientos
universalistas de la sociedad actual, entre el pueblo y la ciudad... El planteamiento del
problema no puede reducirse a simplificaciones pero para expresarlo correctamente diremos
que no debemos rechazar por norma los conocimientos y experiencias de nuestros mayores por
el mero hecho de que no pertenecen a la sociedad de la información y que el cambio de la
sociedad agrícola a la industrial y a la informática que hemos sufrido en un breve
espacio de tiempo no nos legitima para desechar la sabiduría transmitida durante siglos
hasta nuestros días. A principios del siglo XXI los profundos cambios que ha
experimentado nuestro sistema de vida no han impedido que esta herencia llegara
hasta nuestros días; sin embargo puede que, de no poner remedio, los usos populares de
las plantas y sus conocimientos, transmitidos generación tras generación, desaparezcan y
no sean conocidos. El presente trabajo pretende iniciar una campaña de recopilación para
estudiar los usos tradicionales de las plantas silvestres y realizar una guía práctica
que sirva para sensibilizar a los vecinos, a los profesionales y a los
políticos del potencial económico del uso y explotación de estos recursos endógenos,
hasta ahora desaprovechados.
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