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Aragonés en Yebra de Basa.                                                     Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto "O Zoque"

INTRODUCCIÓN

 El marco geográfico donde se inserta el presente estudio es el perteneciente a la localidad de Yebra de Basa, en la provincia de Huesca, siendo ésta la cabecera del municipio del mismo nombre conformado por los núcleos de Cillas, Cortillas, Espín, Fanlillo, Orús, San Julián de Basa, Sasa de Sobrepuerto, Sobás y Yebra. De estos lugares, únicamente están habitados Fanlillo, Orús, S. Julián, Sobás y Yebra, siendo éste último el núcleo vecinal más importante con 114 habitantes censados en 2002 estando en total en el municipio 172.

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Fig. 1: Mapa de la comarca Alto Gállego.

La situación de la conservación del aragonés en el valle de Basa o "Ballibasa" es deplorable, simplemente relegada a palabras, algunas frases hechas y construcciones gramaticales en aragonés mínimas, todas éstas introducidas en conversaciones en castellano con total normalidad, produciéndose una situación de diglosia. Por supuesto, otra muestra de existencia de la lengua queda fosilizada en la toponimia del valle, como testigo de un pasado muy cercano.

Factores por los que se ha producido esta situación son fundamentalmente, y éste primero entre todos, la despoblación; completa en algunos de los pueblos como se ha visto, siendo un total del 40% en los núcleos del valle (contando con los lugares que quedan fuera del municipio: Allué, Osán y S. Román) y muy grave en los que todavía quedan habitados. Ocurre lo mismo con sus antiguas zonas de influencia limítrofes con una despoblación del 100% en Sobrepuerto hacia el norte, y del 75% en la Guarguera hacia el sur. Este problema de la despoblación no ha ocurrido con el límite del valle hacia el oeste, donde se ha multiplicado el número de habitantes focalizándose en la ciudad de "nueva planta" de Sabiñánigo, produciéndose otro factor fundamental que es el del abandono del modelo tradicional de vida y proceso de aculturación estudiado por Enrique Satué en un libro etnológico fundamental, "Religiosidad popular y romerías en el Pirineo". (SATUÉ OLIVÁN, Enrique. Religiosidad popular y romerías en el Pirineo, Huesca, Instituto de estudios altoaragoneses, 1991, pp. 36-48.) El turismo no ha sido un factor tan esencial como en otros lugares del Pirineo para que se haya producido la castellanización en el habla con tan solo tres establecimientos hosteleros en el municipio en 2002: un bar, un camping y una casa de turismo rural (un ejemplo paradigmático del caso contrario es el del valle del Aragón saturado de residencias de temporada y de fin de semana). En el caso de Yebra, la ocupación laboral mayoritaria de los habitantes del pueblo es la combinación de las labores agrícolas y ganaderas en el lugar con las del sector secundario en Sabiñánigo y menos terciario en este mismo sitio. Esencialmente, el turismo que se produce es el de los antiguos habitantes y descendientes emigrados que vuelven en periodos vacacionales a reencontrarse con sus raíces, triplicándose en estas temporadas el número de habitantes de la villa. Esto produce un fenómeno curioso en el habla, es un efecto pendular con una mayor castellanización en verano y una mayor aragonesización en invierno, en una conversación en idénticas circunstancias y con los mismos participantes, en una época u otra del año.

Acerca del valle de Basa los estudios se habían centrado sobre todo en el fenómeno social de Santa Orosia con sus romerías (SATUÉ OLIVÁN, E. Las romerías de Santa Orosia, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 1988.)(SATUÉ OLIVÁN, E, Religiosidad popular y romerías en el Pirineo, Huesca, I.E.A., 1991.) y sus aspectos folclóricos con el dance de palos acompañados por chiflo y salterio.(BELTRÁN MARTÍNEZ, A., El dance aragonés, Zaragoza, 1982.) En cuanto al habla, las referencias más cercanas las tenemos en los trabajos de José María Satué Sanromán (SATUÉ SANROMÁN, J.M., Vocabulario de Sobrepuerto, Huesca, I.E.A., 1991..)(SATUÉ SANROMÁN, J.M, ¿Qué feban dinantes en un lugar d’o cobalto d’Aragón?, Zaragoza, 1996.), antiguo vecino de Escartín hoy emigrado a Zaragoza, publicaciones como las de Manuel Alvar (ALVAR, Manuel, El habla del campo de Jaca, Salamanca, 1948.) sobre el habla del Campo de Jaca y los estudios de Francho Nagore sobre el aragonés de Panticosa y Tierra de Biescas ( NAGORE LAÍN, Francho, El aragonés de Panticosa. Gramática. Huesca, I.E.A. 1986.) (NAGORE LAÍN, Francho, "L’aragonés charrato por una familia d’Orós Alto (Tierra de Biescas) en 1977.Bellas anotazions". Homenaje a Amigos de Serrablo, Huesca, I.E:A., 1989, pp 331-366.), estadio anterior del de Yebra y como se verá con construcciones muy similares, por pertenecer estos al aragonés central con distintos grados de castellanización, al estar Ballibasa más al sur y en una situación de mayor apertura hacia la influencia externa por su situación geográfica, aunque actualmente en el valle de Tena ya se haya producido esta apertura por el fenómeno turístico. 

En Yebra no hay una conciencia de idioma distinto. Sí se piensa que se habla mal el castellano, rasgo común de todas las zonas de gran pérdida del uso del aragonés, pero sí que se es consciente del uso de muchas palabras distintas del castellano, así que no es raro escuchar la expresión "... como decimos aquí..." seguida de una palabra en aragonés, sabiendo de antemano que si buscan esa entrada en el diccionario de la Real Academia seguramente no podrán encontrarla.

Es necesario decir previamente que para la transcripción de las formas aragonesas se seguirán las normas gráficas del aragonés normalizadas en 1987 y editadas por el Consello d’a Fabla Aragonesa (Normas Gráficas de l‘aragonés emologatas en o I Congreso ta ra normalización de l’aragonés, Huesca, Publicazions d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, 1987.).

Las fuentes usadas para el presente trabajo han sido tanto directas como indirectas, siendo en este último caso fundamental el empleo de las pastoradas para el estudio del habla, conservadas desde 1814, llegando fragmentariamente hasta la actualidad, dándonos una idea de la evolución que ha sufrido el aragonés en Yebra.

Estas pastoradas son diálogos interpretados por el mayoral o mairal y repatán o rebadán en lengua aragonesa sobre todo éste último, en las cuales se hace una crónica social crítica de lo acontecido durante el año o de las costumbres de la época que les toca vivir, así en el S. XIX hay referencias a la Guerra de la Independencia o en el S.XX a la despoblación en la montaña. Hay también temas sociológicos recurrentes como el de que los mozos no se quieran casar o el de la picaresca, lo cual da pie a que se encuentren reutilizaciones como la de una pastorada que Enrique Satué ( SATUÉ OLIVÁN, E, Religiosidad op. cit. pp. 253-259. ) fecha en la primera mitad de S. XIX encontrada en casa Juan d’Allué y que posteriormente a mitad de S. XX en casa Albéitar tengamos otra con idéntica temática y los mismos diálogos, cambiando únicamente la evolución del lenguaje hablado. Este lenguaje se hace en un tono burlesco hasta que se efectúan los elogios de Santa Orosia por los danzantes en castellano, ya que éste era considerado el idioma más digno para hacerlo, hasta la última etapa en que se recuperaron las pastoradas en 1990, por iniciativa de Enrique Satué Oliván y continuada por la labor de Graciano Lacasta Estaún de casa El Majo de Yebra desde el año siguiente, siendo en 1995, iniciando un paso ennoblecedor de la lengua, cuando se diga por completo la pastorada en aragonés.

Estas pastoradas se efectuaban por la tarde en el puerto el 25 de junio, día de Santa Orosia, después de los "brindis", y al día siguiente para la fiesta de los mozos llamada de "Santa Orosieta", completándose así la definición de dance dada por Antonio Beltrán Martínez ( BELTRÁN MARTÍNEZ, A., Dance aragonés, op. cit. pp. 10-15.), donde al baile de palos se le suma la representación de teatro popular con diálogos y recitados, cuyo hilo conductor es el culto a la santa.

La cronología de estas pastoradas se supone desde el S. XVII por la máxima expansión del culto a la santa, siendo la más antigua de las conservadas en Yebra de 1814 como ya se ha dicho anteriormente, y para todo Aragón, la de Capella con fecha de 1736. A. Beltrán adelanta la cronología hasta el S. XVI de las pastoradas, mientras que la datación de los diálogos de moros y cristianos la lleva hasta el S. XVII, después de la expulsión de los moriscos en 1610, como una justificación de este hecho ( BELTRÁN MARTÍNEZ, A., El dance de Cinco Olivas, Salillas de Jalón y Pastriz y los bailes procesionales, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1990, pp 18-20. ).

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Para finalizar con las pastoradas, hablaremos de las autorías, Satué en el citado libro de La religiosidad popular y romerías en el Pirineo  (SATUÉ OLIVÁN, E, Religiosidad op. cit. pp. 256-257 ) reconoce una pluma clerical o de algún estudiante de Huesca como los únicos capaces de simultanear conscientemente el lenguaje "culto" castellano con el "vulgar" aragonés. Los únicos autores que se conocen con seguridad son Graciano Lacasta para las pastoradas desde 1991 hasta 2002, Enrique Satué para la de 1990 y Alfonso Villacampa de casa Albéitar, antiguo músico del dance, para las del segundo tercio del S. XX, dejándose de representar en la década de 1970 hasta la recuperación de Satué. Los demás autores son hipótesis, aunque sí se adivina la mano de algún estudiante de Huesca por las referencias a la vida universitaria en pastoradas del S. XIX de las conservadas en casa Juan d’Allué, pero este estudiante estaba vinculado al dance, ya por ser mayoral o danzante. Más difícil es encontrar la autoría clerical, sólo probable en los elogios que los danzantes dirigen a la santa narrando su vida y martirio, que es lo que menos variación tiene a lo largo del tiempo, y muy poco probable en los irreverentes diálogos entre mayoral y repatán donde se usan palabras impropias de la dignidad eclesiástica como "no sea pues la ocasión / me encajéis algún peto" en una de las pastoradas conservadas en casa Albéitar, o cuando en la de 1840 de casa Juan d’Allué se le llama a Santa Orosia "grandísima gitana" entre otros ejemplos.

En el caso de las fuentes directas no se ha seguido ninguna metodología específica sistemática, simplemente se ha conversado espontáneamente con la gente del pueblo haciendo posteriormente una recopilación de la mayor cantidad posible de material lingüístico, ordenándolo después y cotejándolo con los datos registrados para otras zonas altoaragonesas.

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Fig. 3: Vista panorámica de Yebra desde Tresbasa.

La lista de informadores la conforman todos los habitantes de Yebra de Basa que han contribuido a guardar lo que queda de esta habla y citaré a algunos, los que seguramente me hayan proporcionado mayores informaciones, aunque también es seguro que me dejaré a muchos otros. Nombraré a Santiago y Alfonso de Albéitar, Vicente de Arilla, Sebastiana y Tomás de Campo, Santos y Jesús de Capellán, Laureano de Carpintero, Fernando de Carrera, José de Lafragüeta, Graciano del Majo, Enrique y Heliodoro de María Maza, Antonio y José de Pabla, José María y Marino de Périz y Ana María de Pujalá. Gracias a todos.

Ya se ha advertido anteriormente que todas las formas aragonesas se han escrito de acuerdo con la actual ortografía normalizada, siendo el único sonido del aragonés inexistente en el castellano el prepalatal fricativo sordo[š], representado con el signo -x-, que no tiene nada que ver con el mismo signo en castellano que equivale a [ks], siendo la -x- aragonesa como la catalana, equivalente a la -ch- francesa (cheval) o a la -sh- inglesa (show).

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Fig. 4. Mayoral recitando la pastorada el 25 de junio de 2002.

 

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