La diversidad del relieve y de la temperatura que se da en estas dos comarcas lleva asociada, a su vez, una gran diversidad vegetal. Desde las vertientes pirenaicas cubiertas de bosques, a los áridos terrenos de la zona sur del Somontano se suceden un buen número de paisajes vegetales, con una enorme variedad de especies.

Pero desgraciadamente, la vegetación actual en muy pocas ocasiones es la vegetación clímax, la que correspondía a aquella área de no haberse modificado el ecosistema por la intervención humana. La incidencia del hombre sobre el entorno natural es muy intensa y muchos de los paisajes que contemplamos hoy en día no tienen nada que ver con lo que hubo antes de la llegada del hombre. Él con sus cultivos, la roturación del terreno, las talas abusivas, ya sea para aprovechamiento de la madera o para aumentar la superficie de pastos, los incendios y los asentamientos urbanos ha conseguido transformar notablemente el paisaje vegetal.

Los bosques se han transformado con especies que no le son las propias y a veces han sido substituidos por formaciones de arbustos, que nos conducen a terrenos áridos o de secano.