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Colección Etnológica de Teodoro Recio en Blancas

Inventario y Catalogación                                                                                                    Esteban Guillén, María Pilar

 

INTRODUCCIÓN

 

Blancas es un municipio de la provincia de Teruel que dista de su capital 68 Km. Está situado en las estribaciones del Sistema Ibérico, junto a la rambla de la Zueca, en el valle medio del Jiloca, a 1.047 metros de altitud sobre el nivel del mar.

 

Esta situación condiciona su clima que cuenta con una temperatura media anual de 10.3 grados centígrados y registra una precipitación anual de 525 milímetros. Estamos pues ante un clima con fuertes oscilaciones térmicas, de inviernos largos con fuertes heladas y veranos cortos y muy calurosos.

 

Estas dos circunstancias influyen en el tipo de vegetación que sobre estas tierras se desarrolla. Escasa, predomina el matorral bajo tipo mediterráneo continentalizado, con plantas espinosas como el tomillo, la aliaga (aulaga), manzanilla, romero, etc. Son también relativamente abundantes las carrascas (chaparras), vestigio de un considerable bosque mediterráneo que ha sido talado progresivamente por el hombre para ganar terreno para la agricultura. En este apartado mención especial requiere la famosa sabina de Blancas cuya leyenda le otorga de 2.500 a 3.000 años de antigüedad y que es una de las pocas supervivientes de un espeso sabinar que en otro tiempo llegaba hasta las primeras casas del caserío.

 

Blancas, al igual que casi todos los pueblos circundantes, tiene su base económica en la agricultura de secano siendo sus cultivos predominantes el trigo y la cebada. Han decaído otros que años atrás contribuían a la economía familiar como el cultivo del centeno, la avena y sobretodo del azafrán. La ganadería ovina y algunas granjas de porcino son la base ganadera de este pueblo.

 

Teruel ha sido una de las provincias españolas que más ha sufrido el fenómeno de la emigración y Blancas no ha sido ajeno a ello. La población blanqueña salió del medio rural al urbano en busca de mejores condiciones de vida, de ahí que haya pasado de 958 habitantes con que contaba en 1940 a los 196 que refleja el censo de 1998. En la actualidad está en torno a los 130 habitantes.

 

Históricamente, en el término de Blancas, han aparecido restos arqueológicos de época íbera en el poblado de los Villares. Sin embargo el pueblo actual tiene su origen en época medieval tanto por su estructura urbanística como por los restos arqueológicos que se conocen. Su castillo, ocupado hoy por la iglesia parroquial de San Pedro, declarada Monumento Nacional, está datado por el historiador local Fernández Arraiza, a finales del siglo XI.

 

Más tarde, hacia 1120, Blancas fue reconquistado, al igual que el resto del Valle del Jiloca, por Alfonso 1 el Batallador y a esta época deben pertenecer los restos del llamado Convento de Blancas que según la tradición debía estar ocupado por monjes guerreros. Posteriormente en 1142 pasa a formar parte de la Comunidad de Aldeas de Daroca, perteneciendo a la Sexma del Jiloca que junto a las de Gallocanta, Trasierra, Langa y Barrachina, como divisiones administrativas, judiciales y fiscales permanecieron igual que al principio hasta el siglo XVIII.

 

Y será en este siglo y en el XIX cuando Blancas construya sus obras arquitectónicas más importantes: la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, construida según Madoz " sobre las ruinas de un antiguo castillo que se cree que pertenecía a los templarios". En la actualidad de su castillo sólo queda la torre cuadrada, muy posiblemente la del homenaje, con saeteras y las ménsulas de una buharda y un ábside semicircular, vestigio de un torreón circular. La iglesia en su conjunto es una amalgama de estilos: entrada neoclásica, linterna de la nave de la Epístola barroca, una imagen románica, varios retablos policromados barrocos, etc.

 

La arquitectura religiosa blanqueña cuenta también con numerosas ermitas como la de San Pascual Bailón del siglo XVII, la de la Virgen de los Dolores del siglo XVIII y la de la Virgen de la Carrasca, patrona del pueblo, del siglo XVIII aunque la tradición señala la datación de la ermita antigua en el siglo XIII. En este apartado también hay que mencionar el llamado Convento de Blancas sobre cuya portada hay un escudo con dos llaves cruzadas lo que nos está indicando la relación de este establecimiento con la Parroquia ya que las llaves son el símbolo de San Pedro, titular de la parroquia de Blancas.

 

En cuanto a la arquitectura civil, Blancas cuenta con una serie de casas blasonadas entre las que sobresale la llamada Casa Grande o Palacio de Jaime 1. Según la tradición el Rey llegó al pueblo hacia 1220 cuando se dirigía a Albarracín para luchar contra don Pedro Fernández de Azagra, y conquistar el pequeño reino independiente, hecho que no consiguió él sino su hijo Pedro III. Como lugar de descanso y punto estratégico para su misión el rey Jaime 1 mandó construir en Blancas este palacio. Pero debido a la posición de este pueblo entre los reinos de Castilla y de Aragón (de Castilla dista sólo 7 km.), fue atacado en innumerables ocasiones sobretodo en las guerras de los dos Pedros, Primero de Castilla y Cuarto de Aragón; en uno de estos ataques el Palacio debió de ser derruido pero más tarde se reconstruyó y en los siglos XVII y XVIII fue ocupado por D. Félix Salvador (Justicia Mayor de Aragón), su familia y descendientes. Más tarde fue ocupado por una familia de nobles turolenses, los Dolz del Castellar. Actualmente la habita una familia de inquilinos que se ocupan también de trabajar las tierras de la hacienda.

 

Otra de las viviendas civiles de importancia es la Casa del Virrey u hogar donde nació D. José de Etachería Hernández. Es una casa de estilo románico y construida en piedra sillar. Igual que la anterior pertenece al siglo XVII. Este personaje fue Capitán General del Reino de Guatemala, siendo Virrey, nombrado por Carlos III, del Reino desde 1783 hasta 1789. En 1790 vuelve a Blancas a descansar y a preparar los papeles para su matrimonio, a su casa, propiedad en la actualidad del Sr. Teodoro Recio Fernández, dueño de la colección etnográfica objeto de este trabajo.

 

Existen otras casas blasonadas en Blancas como recuerdo de la gente de abolengo que en este pueblo vivió.

 

Y esta breve introducción quiero que sirva como motivo para presentar a D. Teodoro Recio Fernández, blanqueño por los cuatro costados y merecedor por el trabajo y amor a su pueblo de ser también considerado una persona con nombre propio en Blancas.

 

Nuestro personaje no solamente ha trabajado, ha cultivado la tierra, también ha dado suelta a sus inquietudes y se ha encargado de recoger las viejas formas de vida, contribuyendo así a que no se pierdan las tradiciones, la cultura de nuestro pasado. Teodoro ha reunido en su colección gran cantidad de utensilios, enseres, aperos de la vida diaria no sólo de Blancas sino de toda la Comarca del Jiloca. El trabajo, el sudor y el dinero que este hombre ha derrochado para poner en marcha esta colección merece nuestro reconocimiento ya que con ello podremos transmitir a las nuevas generaciones los usos y costumbres del medio rural, hoy desaparecidas pero que forman parte de nuestro patrimonio cultural; y podremos enseñarlo allí donde se generaron, en el pueblo.

 

Cuando otros desechan lo que consideran inútil y decrépito, Teodoro con entrega desinteresada y entusiasmo desbordante, recoge, cuida, coloca y enseña. Esta ilusión por comunicar lo que él en su día conoció, trabajó y vivió es lo que mantiene al Sr. Teodoro Recio con la vitalidad y optimismo que a todos los que le conocemos nos sorprende.

 

Por todo ello, gracias Teodoro.

 

Este catálogo se ha realizado agrupando las piezas por temas; éstos se han ordenado alfabéticamente y dentro de cada área o tema se han incluido los objetos que lo componen, ordenados de igual forma, alfabéticamente.

 

De cada tipo de objeto se ha hecho una ficha catalográfica en la que se coloca una foto y debajo de ella se especifica el nombre de la pieza y entre paréntesis el nombre que se le da en la zona, si se conoce. A continuación aparece el número de piezas que de dicho objeto tiene la colección, después se consigna el material de que está construido. Seguidamente se hace una descripción física de la pieza y se explica su utilidad y funcionamiento y en los últimos apartados se señala de donde procede, que área de utilización tuvo, su estado de conservación y el número de negativo de la fotografía.

 

Las áreas o temas que se han catalogado en esta colección son las siguientes:

 

- Aperos de la vida agrícola y ganadera.

- Cultivo del azafrán.

- Elaboración de la miel.

- Elaboración del vino.

- Escuela.

- Hogar y cocina.

- Indumentaria.

- Mobiliario.

- Oficios: Alfarería.

- Oficios: Carpintería.

- Oficios: Caza y pesca.

- Oficios: Cestería.

- Oficios: Herrería.

- Oficios: Panadería.

- Pesos y medidas.

- Vida doméstica.

 

Al final de la catalogación aparece un inventario clasificado por áreas o temas en el que se señala el número de tipos y el número de objetos que cada tipo tiene.

 

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