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 Técnicas Tradicionales de Construcción en Aragón. Los Monegros.                        Ana Maorad y Felix Rivas

LAS ADOBAS. LOS LADRILLOS Y LAS TEJAS

(redactado por Felix A. Rivas)

Los ladrillos y las tejas

 Tejares en Monegros

Aunque los datos recogidos durante las entrevistas con respecto a la existencia de tejares en Monegros son muy parciales tanto en lo geográfico como en la propia identificación y localización de los tejares, parece quedar demostrada la amplia difusión que estos edificios y su empleo tuvieron en la comarca al menos durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX que es el periodo temporal más lejano que ha dejado una información, muchas veces de transmisión oral, entre nuestros informantes. Así, la presencia citada de tejares tradicionales en buena parte de las localidades prospectadas y muchas veces incluso con la existencia de dos tejares por localidad entra en contradicción con lo que algún autor había propuesto respecto a la escasez de este tipo de obradores en la fronteriza comarca del Somontano de Barbastro/ Semontano de Balbastro basándose en la limitación impuesta por los precarios medios de transporte de la época y por la pesadez del producto que dificultaría su transporte. Esto mismo podría explicar la hipotética y probable existencia de hornos provisionales que estarían en funcionamiento únicamente para la realización de una obra o edificio puntual.

En concreto, los tejares que la memoria popular recuerda en funcionamiento durante la primera mitad del siglo XX, algunos de los cuales llegaron a cesar de su actividad en una fecha muy temprana por lo que ya nadie recuerda haberlos visto en uso, son los de Bujaraloz (2, uno de ellos situado junto a la Balsa Grande), Castejón de Monegros (llamado del Tío Francisco), Grañén (2, uno fue el origen de la importante tejería posterior y el otro se situaba en El Ginestral), Huerto, Lanaja (2), Lastanosa, Leciñena (2), Torralba de Aragón y Villanueva de Sijena.

De todos ellos, los de Grañén y Lanaja debían de tener una gran producción e importancia ya que desde otras localidades que carecían de tejar se recordaba perfectamente que era de alguno de estos centros de donde se traían ladrillos y tejas. Parece que incluso se daba cierta distribución de la comarca entre ambos centros quedando el extremo noroccidental para Grañén (Barbués, Robres y Torralba de Aragón) y la parte oriental para Lanaja (Castejón de Monegros y Lalueza).

Otro pequeño grupo de tejares es el que parece que aprovechó el breve renacer de las actividades económicas preindustriales que se produjo en los años de la posguerra inmediatamente anteriores a los del desarrollismo de las décadas de 1950 y 1960. Corta vida tuvieron estos tejares, en ocasiones emplazados en localidades con pocas condiciones y sin tradición en esta tarea, al verse arrollados por la irrupción de los nuevos ladrillos elaborados en unos edificios y procesos de producción que ya podríamos denominar semi-industriales o industriales. Son los de Farlete (en la Balsa Alta y que no duró apenas), Perdiguera (el de La Cabañera, abierto el año 1947 y cerrado en 1966) y el de Robres, abandonado en la década de 1970 y sobrepasado por la importante producción de la bobila fabril de Grañén.

Y mientras modernas cerámicas reemplazaban antiguos tejares aumentando todavía más su importancia como en Grañén, otros decaían definitivamente como en Lanaja y, en otras localidades como Villanueva de Sijena, nuevas tejerías surgían ex novo. Los años claves para esta sustitución, como en tantos otros aspectos de la sociedad rural, fueron los primeros de la década de 1960 aunque, en el caso concreto de las cerámicas hayan tenido diferente permanencia en estas últimas décadas, estando en estos momentos cerradas tanto la de Grañén como una de las de Villanueva de Sijena.

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