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Las bodegas moriscas de Puibolea                                                                               Sergio Aurensanz Campo

 

 ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Los restos de época iberoromana, hispanovisigoda, islámica y medieval que aparecen con frecuencia en los alrededores de Puibolea, demuestran la presencia humana en esta zona a lo largo de los siglos. El término conocido como "Los Olivares" constituye un auténtico yacimiento tanto por la extensión donde tradicionalmente se han encontrado restos, como por la importancia de los mismos. Algunos autores afirman que en este lugar se encuentra la antigua ciudad romana de Calagurris-Fibularia.

Las primeras noticias escritas sobre Puibolea se remontan al año 1057, cuando el rey Ramiro I de Aragón planea para el verano del año siguiente una ofensiva desde los castillos cristianos de Loarre y Marcuello contra los castillos de Bolea y Puibolea, en la islamizada zona de La Sotonera, con la ayuda de amigos musulmanes. En el verano de 1058 un musulmán de nombre Abd Allah, aliado del rey aragonés, entregaba a manos cristianas el castillo de Puibolea, primer paso que el rey Ramiro se había propuesto para ocupar la importante villa de Bolea. Pero la ofensiva fue un fracaso. Ni se pudo retener el castillo de Puibolea, ni se pudo tomar la plaza de Bolea. Además el padre de Abd Allah, moría asesinado en su propia casa el mismo día de la entrega del castillo de Puibolea, en represalia a la traición de su hijo, que tuvo que huir a zona aragonesa donde se convirtió al cristianismo tomando el nombre de Sancho.

Con fecha 11 de Agosto de 1058 se conserva un privilegio otorgado por el rey Ramiro I a favor de Sancho de Puibolea, recompensándole por los servicios prestados y prometiéndole que en el momento en que se pueda recuperar el castillo de Puibolea le sea donada una casa con su heredad. En una carta otorgada por el propio Sancho en el año 1069, se lee:

"Yo, Habdella, que poseí el castillo de Puibolea, lo entregué a manos de cristianos y del rey Ramiro, el cual mudó mi nombre y me llamó Sancho y me concedió muchos favores durante su vida, después de su muerte, enfermé y pasé gran necesidad y todos mis amigos me abandonaron, menos vosotros mis primos Galindo y Juan."

Es probable que Galindo y Juan también fueran moros de La Sotonera. No obstante se conservan documentos relativos a la represión posterior a todos estos acontecimientos por parte del waliato de Huesca donde aparecen los nombres de más aliados musulmanes del rey aragonés, como Abimina de Bolea, Ferracint de Anzano y Adabnoric de Arbaniés.

Sancho Ramírez, sucesor de Ramiro I, logra reconquistar Bolea y Puibolea en el año 1083 pero tampoco pudo retenerlas. En el año 1097 se documenta el primer señor o tenente de Puibolea, Guillén Sánchez, fecha que nos induce a pensar que fue entonces cuando se consiguió tomar esta plaza. Sirviéndose de su estratégico emplazamiento habría resistido al poder de los monarcas aragoneses durante cuarenta años. En 1096 se tomó la ciudad de Huesca y hasta 1101 no se logró recuperar la villa de Bolea. Los tenentes eran una especie de administradores reales que contaban con la confianza del soberano y se encargaban de conservar las plazas reconquistadas, proteger a la población mudéjar ( como sucedió en el caso de Puibolea, cuya población musulmana permaneció en el lugar organizada en aljama con su mezquita), a los replobadores y a los cultivos de las proximidades, aunque la propiedad de las tierras seguía siendo real. Permaneció en esta situación de realengo entre 1097 y 1135, años en que se documentan sus seniores o tenentes.

Aunque ya había viñas antes de la reconquista, es a partir de ella, cuando debió de empezar a cobrar importancia este cultivo, pues son muy numerosos los documentos conservados de los siglos XI y XII alusivos a majuelos o viñas recién plantadas. El paisaje creado perduraría durante varios siglos constituyendo un rasgo distintivo de estas tierras hasta prácticamente nuestros días. Del mismo modo la abundancia y calidad de los vinos permitió a las gentes de estas tierras una holgada economía que se vio reflejada en la arquitectura rural y en su mobiliario especialmente, pues permitió realizaciones inusuales dentro de las artes decorativas populares de otros lugares, principalmente durante los siglos XVIII y XIX. En general el cultivo de la vid en el Somontano oscense rondó el cuarenta por ciento de los terrenos cultivados siendo el porcentaje todavía mayor en el caso de algunos monasterios, como en el caso del Real Monasterio de Sigena, donde rondaba el ochenta por ciento.

De 1404 se tienen noticias de un tal Pedro Fernández de Vergua, que se titula señor de "Pueyo et de Gratal". En el siglo XVI era señorío de la importante Casa de Lanuza.

Encontrándose el rey Fernando el Católico en Burgos ordenó al Justicia de Aragón que cursase la convocatoria de unas Cortes en Tarazona para el final del verano de 1495, con el fin de comunicar a Aragón el peligro de invasión que sufría por parte de Carlos VIII de Francia. Con objeto de armar un ejército de cuatro mil hombres con los impuestos recaudados a los aragoneses, las Cortes de Aragón con Fernando el Católico a la cabeza, dictaminaron la realización del recuento de la población aragonesa con una investigación rigurosa de todos los fuegos del Reino, entendiéndose por fuego, según la propia definición de dichas Cortes, " el conjunto de aquellas personas que habitan una misma casa y toman despensa de un superior o pater familias". Un comisario y un notario recorrieron todos los lugares del Reino, casa por casa, elaborando el primer censo o fogaje conocido de Aragón. Llegaron a Puibolea el 10 de Marzo de 1496 contabilizando doce fuegos, constatando que era un lugar de población eminentemente mudéjar. Los nombre de los censados son suficientemente significativos:

Yuce Roldán

Alí Ratanet

Abrahim de Roldán

Alii Roldán

Alii de la Moradiella

Mahoma de Caner

Mahoma Albacadiella

Calema Albacadiella

Brahem de Camin

Mahoma Satura

El alfaquí Mahoma de Oblitas

Don Miguel, frater de Sanci de Ahe.

En 1543, la población no había aumentado, pues un nuevo fogaje volvió a contabilizar doce fuegos. En esta fecha, la población de Puibolea ya no se denominaba mudéjar sino morisca, pues tras la conversión forzosa al cristianismo en 1526, por orden del emperador Carlos I de España y V de Alemania, al comprobar que estos cristianos nuevos seguían con sus costumbres y ritos islámicos, pasaron a denominarse moriscos en tono despectivo. Ciertamente esta conversión debió de ser poco sincera como se pudo comprobar en la visita pastoral de 1560 a la antigua mezquita reconvertida en iglesia. En ella no se encontró mas que una talla de la Virgen en el altar y una pila bautismal "indecente". De todos modos la tradición oral afirma que fue a raíz de esta conversión forzosa cuando los moriscos de Puibolea decidieron demostrar ante la desconfiada sociedad de la época que habían abandonado las prácticas de Mahoma, mediante la construcción de enormes bodegas para la elaboración y almacenamiento del vino que a partir de aquel momento incluirían en su dieta. Esta teoría estaría avalada por el impresionante auge económico, político, social y cultural que vivió Aragón en el siglo XVI, el mayor de toda su historia. La posibilidad de realizar unas construcciones como las bodegas de Puibolea, que en algunos casos llegan a ser monumentales no se entendería muy bien fuera de ese siglo.

A finales del siglo XVI, los lugares de Puibolea y Gratal, junto con el monte de Jurillos y otras propiedades pertenecían a Martín de Lanuza. Implicado directamente en todas las revueltas sociales y políticas que desencadenó el caso Antonio Pérez, le fueron confiscados todos sus bienes por Felipe II, que los dona al Real Convento de Loreto, monasterio de agustinos calzados extramuros de la ciudad de Huesca. El 22 de Agosto de 1598, Felipe II accede a la petición del obispo de Huesca, Diego de Monreal, de que los bienes de Martín de Lanuza pasen a manos de los monjes:" Decretamos que todos y cada uno de los bienes que han sido confiscados por el crimen de lesa majestad, cometido y perpetrado por Martín de Lanuza, se apliquen a la fábrica del monasterio de Loreto y al sostenimiento de sus religiosos ".

En la relación de bienes confiscados encontramos " el lugar de Puibolea, con todos los hombres y mujeres en él estantes, con la jurisdicción civil y criminal, alta, baja, mero y mixto imperio y absoluta potestad, juntamente con el horno y el granero de dicho lugar estantes ". También se mencionan la pardina de Gratal con las salinas alta y baja así como el monte de Jurillos.

El 5 de Febrero de 1599 se produjo la toma de posesión de los frailes de Loreto:

" Jerónimo Ram ( portero real del Reino de Aragón ) en la misma villa tomó de la mano al Padre Fray Sebastián Osca ( prior de Loreto ) y le puso, dio y entregó la verdadera, real, actual, corporal y pacífica posesión del dicho lugar de Puibolea, en cuya señal, llevándolo de la mano, le paseó por calles y plazas. En la plaza le dio posesión de la jurisdicción civil y criminal y seguidamente el Padre Osca celebró cortes oyendo causas civiles como criminales entre los vecinos de dicho lugar, dando sentencias así absolutorias como condenatorias y aquellas a su último fin deduciendo y prendiendo presos y aquéllos soltando y en dicha plaza parando unas horcas en señal de ejercicio de dicha jurisdicción civil y criminal. A continuación en la misma plaza revocó y movió del oficio de bayle a Manuel de Alatar, vecino y habitador del dicho lugar de Puibolea. Y confiado de la legalidad y suficiencia del dicho Manuel de Alatar, lo creó y nombró bayle, el cual aceptó y juró en poder y manos del dicho fray Sebastián Osca sobre la cruz y los santos cuatro evangelios".

" Reunido el concejo de Puibolea al que asistieron los moriscos Manuel de Alatar, baile, Rodrigo de Castro, jurado, Lope Castro, Amador Samper, Agustín Mastaro, Pedro Diest, Lope Alatar, Jerónimo Rodrigo, Juan Roldán y Miguel Samper, el Padre Osca expuso la donación real del lugar al monasterio de Loreto y requirió a los bayle, jurado y concello, concejilmente, particular y universal que desde en adelante tengan y obedezcan al dicho monasterio por señores de Puibolea y de sus términos con la jurisdicción civil y criminal, alta y baja, mero mixto imperio y por tales los reputen, traten y obedezcan. Unánimamente los reunidos dijeron y respondieron a una voz que se ofrecían , como de hecho se ofrecieron, prestos y aparejados como buenos y fieles vasallos del monasterio y frailes de Loreto y, estando arrodillados en tierra, juraron que aceptaban a su nuevo señor temporal con juramento de fidelidad y homenaje y como vasallos de Iglesia de fuero y observancia del presente Reyno de Aragón".

"También se posesionó el prior de Loreto de la iglesia de Puibolea, del horno de cocer pan, del molino de aceite y del granero, paseándose por dicha iglesia, horno, molino y granero abriendo y cerrando puertas, del término y pardina de Gratal con las salinas, el tejar y las calcineras. En señal de posesión el fraile se paseó también por dicho monte, arrancando yerbas, cortando árboles, abriendo y cerrando las puertas de las salinas. Del mismo modo tomó posesión de la iglesia que está sita en el mismo monte de Gratal entrando en ella y mandando tañer las campanas".

En 1610 se produjo la expulsión de los moriscos, lo que constituyó un duro golpe para la demografía y economía de Aragón. Puibolea quedó despoblado y cerradas sus diecisiete casas.

Los monjes agustinos de Loreto enseguida se preocuparon de buscar cristianos viejos que repoblaran y trabajaran las casas y haciendas recién abandonadas. El documento fechado el 8 de Diciembre de 1611, donde el notario de Huesca Juan Crisóstomo Canales y el agustino fray Juan Marcio formalizan la repoblación, es de sumo interés en un intento de fechar las bodegas de Puibolea pues, siendo una relación muy exhaustiva de los bienes que poseían los moriscos de Puibolea que son repartidos entre los nuevos pobladores, no se menciona ninguna bodega. En este documento aparece la lista con los nombres de los repobladores, su lugar de procedencia, el nombre del morisco expulsado y los bienes que poseyó, que son donados "a treudo perpetuo y drecho enphiteótico con commiso y fadiga y las condiciones tributarias infrascritas", lista que reproducimos a continuación:

  1. A Juan Abanto, de Used, los bienes del morisco Amador Samper: 1 casa con corral, 1 era, 3 suertes de olivar, 1 huerto, 1 viña, 1 plantero, 1 campo, varias fajas de tierra y cuadrones, 28 cahizadas y media y 51 barcillas de tierra.
  2. A Gaspar de Laguna, de Biescas, los bienes del morisco Rodrigo de Castro: 1 casa lindante con la mezquita, 1 era, 2 suertes de olivar, 1 huerto, 1 viña, 1 viña tapiada, 15 cahizadas y 30 barcillas de tierra.
  3. A Miguel de Garasa, de Arguis, los bienes de la morisca llamada La Carretera: 1 casa y casal, 1 era, 2 suertes de olivar, 6 cahizadas y 36 barcillas de tierra.
  4. A Juan Calbo, de Apiés, los bienes del morisco Marco Ezquerro: 1 casa, 1 era, 1 olivar de 500 oliveras, 1 huerto, 1 viña, 21 cahizadas y 43 barcillas de tierra.
  5. A Damián Bayle, de Poleñino, los bienes del morisco Miguel Samper: 1 casa, 1 era, 2 suertes de olivar, 1 plantero, 1 huerto con palomar, 7 cahizadas y 14 barcillas de tierra.
  6. A Jaime Figuera, de Secastilla, los bienes del morisco Juan Roldán Latay: 1 casa, 1 era, 3 suertes de olivar, 1 viña, 1 huerto, 10 cahizadas y 42 barcillas de tierra.
  7. A Martín Marquínez, ciudadano de Huesca, los bienes del morisco Juan Pomar: 1 casa con corral y caballeriza, 1 era y alcaceral, 3 suertes de olivar, 2 viñas, 1 huerto, 18 cahizadas y 37 barcillas de tierra.
  8. A Juan de Ascor, de Barrachina, los bienes del morisco Miguel de Castro: 1 casa con corral, granero y pajar, 1 era, 2 suertes de olivar, 2 planteros, 1 viña, 1 huerto, 1 abejar, 25 cahizadas y 32 barcillas de tierra.
  9. A Andrés Marcio, de Barrachina, los bienes del morisco Jerónimo Alatar: 1 casa con corral y pajar, 4 suertes de olivar, 2 viñas, 1 plantero, 1 huerto, 1 casa en La Rábida, 27 cahizadas y media y 30 barcillas de tierra.
  10. A Andrés Marcio, de Barrachina, los bienes del morisco conocido como el Soldadico de la Plaza: 1 casal y casa, 9 cahizadas y 7 barcillas de tierra.
  11. A Nicolás García, de La Almolda, los bienes del morisco Joseph Roldán: 1 casa con corral y pajar, 1 era, 4 suertes y una rigla de olivar, 1 huerto, 1 viña, 1 alcaceral, 18 cahizadas y media y 47 barcillas de tierra.
  12. A Juan de Garasa, de Arguis, los bienes del morisco Lope Roldán: 1 casa con corral, 1 suerte de olivar, 2 viñas, 25 cahizadas y media y 44 barcillas de tierra.
  13. A Jerónimo Ximénez, de Lierta, los bienes del morisco Alexandre Roldán: 1 casa con caballeriza, 1 pajar cerca de la mezquita, 2 olivares, 1 huerto, 1 viña, 1 era, 17 cahizadas y media y 42 barcillas de tierra.
  14. A mosén Martín Bernués, de Aniés, los bienes de la morisca Cándida: 1 casa, 1 corral, 1 era, 2 suertes de olivar, 1 viña, 1 huerto, 25 cahizadas y media y 26 barcillas de tierra.
  15. A Bernad Blanc, de Igriés, los bienes del morisco Montflorit: 1 casa con caballeriza, 1 era, 2 suertes de olivar, 2 viñas, 1 huerto, 14 cahizadas y media y 24 barcillas de tierra.
  16. A Juan de Latras, de Bolea, los bienes del morisco Pitón: 1 casa con corral, 1 pajar, 1 era, 4 suertes de olivar, dos viñas, 1 huerto, 30 cahizadas y 38 barcillas de tierra.

El convento de Loreto se reservó para sus frailes los siguientes bienes:

  1. El campo de Mallojaz con olivares y otros árboles.
  2. El olivar de Pollizar.
  3. El olivar que está junto a la hermita del Olivar.
  4. Un campo con tierra blanca con algunas oliveras cerca de la misma hermita.
  5. El campo llamado del corredor con oliveras.
  6. Las oliveras que en tiempos de los moriscos eran del Concello.
  7. El verjel que está camino de Huesca.
  8. Campo vulgarmente llamado del Aynde.
  9. Todas las paúles que están cerca del lugar.
  10. El horno, el granero grande y dos granericos que están en la Plaza y dos aposentos agregados a este granerico que vive hoy el vicario.
  11. Todos los campos y oliveras no contenidos en el documento de repoblación.
  12. La casa del morisco Jay en la placeta que mira a Gratal.
  13. El convento se reservó la mezquita.

Como podemos observar es extraño que se lleguen a mencionar construcciones tan secundarias como puede ser un pajar o un corral y no se haga ninguna alusión a las bodegas con la monumentalidad que llegan a alcanzar algunas de ellas. Esto nos induce a pensar que o bien son obra de los repobladores que las excavarían a partir de 1611, lo que no coincidiría con la tradición oral del lugar, o bien las casas mencionadas en el documento anterior son las bodegas que hoy conocemos, lo que no sería de extrañar dada la larga tradición de viviendas trogloditas en Aragón.

El siglo XVIII, al igual que el siglo XVI, fue un siglo de auge económico. Las cosechas eran cada vez mejores. Se roturaron nuevas tierras, se plantaron nuevas viñas y los caldos eran más abundantes y de mejor calidad. El vino era considerado el mejor de Aragón en aquella época. Se calcula que en los años buenos se podía llegar a recolectar 80.000 nietros de vino en todo el Somontano. Hay que pensar que cada nietro son dieciséis cántaros y un cántaro diez litros, con lo que nos situamos en la friolera de 12.800.000 litros de vino aproximadamente. Puibolea recogía a finales del siglo XVIII una media anual de algo menos de 1.000 nietros, unos 160.000 litros, lo que nos da una media por familia de 5.300 nietros, aunque había casas que cultivaban la vid únicamente para su propio consumo y otras, aquellas donde la producción era mayor, lo comercializaban. En esta época, según nos cuenta Don Pedro Blecua y Paul en su " Descripción Topográfica de la Ciudad de Huesca y todo su partido, en el Reyno de Aragón ", Puibolea abastecía de vino a los mercados de Jaca.

En la relación de bienes confiscados a los monjes agustinos de Loreto por parte del Estado en Puibolea a raíz de las desamortizaciones de mediados del siglo XIX, conservada en el Archivo Histórico Provincial de Huesca, encontramos que la mayor parte de las tierras que allí poseían estaban dedicadas al cultivo de la vid, pese a lo cual, los nuevos propietarios todavía plantaron más viñas. Estas nuevas plantaciones precisaron la construcción de nuevas bodegas. De 1846 es la única bodega fechada, la de la Casa de la Salina.

Lo cierto es que queda sobradamente reflejada en la documentación conservada la importancia y primacía que el cultivo de la vid tuvo en estas tierras hasta prácticamente nuestros días. No ocurre así con las construcciones que nos ocupan, al menos en las referencias documentales encontradas. Además el hecho de que las bodegas de Puibolea respondan a invariantes constructivas tipológicas propias de la arquitectura popular de esta zona a lo largo de los siglos todavía hace más dificil su datación, si bien es cierto que el uso predominante del ladrillo confirmaría si no la mano, al menos la herencia de aquellas gentes mudéjares o moriscas que un día tuvieron que abandonar su pueblo.

 

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