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CONSTRUCCIONES PASTORILES EN LA COMARCA DE MONZÓN                                                       Felix A. Rivas

 

 La balsa

Tal como se comentó brevemente, uno de los emplazamientos más habituales de las balsas

(Ilustr. 39)Balsas y abrevadores que aparecen en el texto.

son las inmediaciones de las parideras. En ese puesto las he podido encontrar junto al corral a las afueras de Cofita, en las parideras de la Sardera Baja y de Ollés o en la Torre las Michinas. Otras, sin embargo, aparecen aisladas a orillas de itinerarios frecuentemente recorridos por el ganado como las de Moner 

(Ilustr. 40)Basa de Moner.

 y Urría, la de las afueras de Selgua o la de la zona de Cosín (Ilustr. 41). En alguna ocasión, como en la Paridera de Ollés, la balsa se encuentra en estrecha dependencia de la escorrentía del mismo circo natural que protege al corral. En otros casos, en cambio, la balsa no recoge directamente el agua de lluvia sino que se alimenta de acequias más o menos modernas. En la zona de La Gesa o La Chesa, entre Fonz y Almunia de San Juan, se produce un vacío en la existencia de balsas ya que, como me explicaron en Cofita, el ches es un material muy permebale y "la tierra se filtra". Por eso me contó un pastor de Fonz que la mejor tierra para las balsas era la "tierra de arcilla" que, ciertamente, por su impermeabilidad consigue retener el agua.

Algunas balsas se construyen solamente levantando un pequeño muro de contención de tierra en el lado contrario de la pendiente ( Como la de la Paridera de Ollés) , quizás solo para aumentar la capacidad de una hondonada natural, pero otras, como la de la zona de Cosín, cuentan con el refuerzo de una pared de contención de mampostería. Esta balsa además tiene una rampa, en este caso de cemento, cuya finalidad es la de facilitar el acceso del ganado a la orilla del agua y, también, la entrada de tractores con pala para su limpieza periódica.

Si la balsa se encuentra en el monte, al ser un recurso del que hacen uso todos los ganados del término, podía ser el conjunto de los ganaderos el que se encargara de su construcción, tal como me relató en Selgua un pastor sobre una balsa cercana a la localidad y que, en la actualidad, se usa como depósito de agua de boca.

Otros casos recientes de balsas particulares se han visto beneficiados por los modernos regadíos ya que se alimentan de los caudales provenientes de los nuevos canales y proporcionan agua corriente a parideras como la de la Minglana o la de una moderna instalación en Castejón del Puente. En este último caso, el agua se sube hasta la paridera mediante un motor. En el anterior, puesto que la balsa está situada a mayor altura, el agua baja por tuberías y la explotación está declarada en la CHE, a la que ha de pagar un canon. Esta circunstancia le permite garantizar la disponibilidad de agua durante el verano, la época en que más falta le hace al ganado, gracias a la frecuencia de los riegos de los agricultores.

De las antiguas balsas se guardan duros recuerdos como el de la necesidad de romper el hielo de su superficie en invierno por medio de timones ( Timón: madero que compone la vara central del aladro o arado.) para que pudiera beber el ganado. Otra antigua práctica relacionada con las balsas que ha llegado a nuestro tiempo es su limpieza comunitaria, realizada por todos los ganaderos que hacen uso de la balsa. En Fonz se continúa haciendo en invierno, cuando la balsa está seca, quemando el carrizo que crece en su interior y a su alrededor, y entrando con un tractor con pala para limpiar su fondo.

En varias ocasiones, algún pastor me relató el paralelismo que existía antaño entre la abundancia de balsas "de toda la vida" y la del agua de lluvia. En nuestros días el cambio climático, la falta de uso y las transformaciones en los usos del suelo de la comarca con la llegada del regadío han llevado a la situación actual, "no se recoge nada y las balsas están todas deshechas".

 

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