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 Monroyo: El habitat disperso (Las masías)                                                          Asociación Cultural Sucarrats

Santa-Bàrbara, la casa de l’Ermità de

Situación: Sector 1 (Vertiente del Bergantes).    wpe94.jpg (6596 bytes)

Personas empadronadas en 1955: —.

Adosada a la pared de la ermita que está orientada a mediodía, y en el mismo lado que la sacristía, existía una pequeña edificación que en la actualidad se encuentra en avanzado estado de ruina, tal como ocurre con el resto del conjunto. Compuesta de planta baja y un piso elevado, se trataba de la vivienda del ermitaño.

Sobre la puerta de esta dependencia (forma un arco adovelado de medio punto), que abría hacia levante y que es contigua a la principal de acceso a la iglesia, observamos la existencia de una baldosa con el número 1 que corresponde a la señalización de los edificios.

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El ermitorio se encuentra emplazado en la cota 905, en una colina < < lo tossal de Santa Bàrbara> > del extremo sur del Cap de la Serra y es visible desde buena parte del término. Su estilo es neoclásico (construida en 1803) y de una sola nave de vuelta de cañón.

Por la ladera sureste de este tossal hacía su recorrido el antiguo camí Principal que enlazaba Castellón con Zaragoza.

Existe constancia documental de que el día 1 de junio de 1324, Ramona Zavit, vecina de Fuentespalda, en el momento de ordenar sus últimas voluntades, dejó legados a diferentes iglesias y ermitas de la zona, entre las cuales se hallaban las de Santa Bàrbara y Santa Maria de la Mola de Monroyo*.

Pascual Madoz habla también de esta ermita en su famoso diccionario editado en 1848.

El ermitaño de Santa Bàrbara desempeñaba a la vez el cargo de enterrador o sepulturero en el cementerio < < lo fossar> > de Monroyo y vivía de la caridad de la gente. Por ello, para procurarse la subsistencia, salía todos los domingos a pedir por las calles del pueblo anunciándose con una campanilla. Recogía siempre alguna cosa, el almuerzo, patatas, pan... También visitaba con frecuencia las masías del término y los pueblos vecinos pidiendo caridad con una imagen de Santa Bárbara en una pequeña capillita de madera, que era conocida popularmente como la Santeta.

Antes de la última guerra carlista (1872-76), dicha persona residía de manera permanente en esta casa, pero la soledad no era la mejor opción en aquellos tiempos de desesperanza y por ello se vio en la necesidad de tener que vivir en el pueblo buscando compañía y protección.

El ermitaño era, a la vez, el encargado de hacer sonar la campana de la ermita anunciando las horas < < los tocs> > , concretamente a las 11 de la mañana y a las 2 de la tarde, aunque, en los últimos tiempos lo hacía solamente a las 11 (recordemos que las once de la mañana de entonces se corresponde en la actualidad con la una del mediodía en verano y las doce en invierno). Este toque era el aviso que esperaba la gente del campo para rezar unas oraciones y para desaparejar los animales, que habían estado labrando, uncidos al yugo < < junyits al jou> > desde primera hora de la mañana (la jornada de trabajo se iniciaba a las 4 ó las 5 de la mañana). En el mismo instante, las mujeres que esperaban a los hombres para comer en casa ponían el puchero al fuego < < lo topí al foc> > y las que se lo habían de llevar al campo < < les agosteres> > salían en aquel momento de casa. Con el toque de las dos, retornaban todos de nuevo al trabajo.

Dicen que la campana de Santa Bàrbara era muy sonora, que tenía un repique tan agudo que se oía incluso desde el puerto de Torre Miró.

Tenemos noticia de que en la vivienda de la ermita pasó la cuarentena el Marqués de Santa Coloma durante la epidemia < < pàssia> > de cólera de 1885 que causó una gran mortandad, sobre todo por falta de asistencia. Al Marqués le llevaban la comida desde el cercano mas de Sorolla.

Con anterioridad a la última contienda civil (1936-1939), el 4 de diciembre de cada año se subía en procesión a la ermita. La iglesia la iluminaban con lámparas de aceite < < llànties> > y a la salida de misa daban pamboli a todos los asistentes, y primetes y bebida para los monaguillos en la sacristía. El 3 de mayo, día de la Santa Cruz, subían a su vez para bendecir los términos desde aquel lugar elevado. En esta ocasión, iluminaban también la ermita y a la finalización de los actos religiosos obsequiaban a los asistentes con una pequeña torta de pan, delgada y redonda, que era conocida como la prima. Y todos estos gastos los costeaba el mas de Sorolla.

Por los alrededores de la ermita estuvo situado el frente de guerra durante bastantes días del inclemente invierno del año 1938, pero los proyectiles no llegaron a afectarla.

* En referencia al testamento de Ramona Zavit, otorgado el año 1324, véase el apartado < < DATOS SUELTOS> > del Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón; reedición en tres volúmenes del Centro de Estudios Bajoaragoneses; Alcañiz, 1982; volumen de 1908; pp. 32 y 33.

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Detalle del interior de l’ermita de Santa Bàrbara

V: Madoz, Pascual: DICCIONARIO GEOGRAFICO-ESTADISTICO-HISTORICO DE ESPAÑA Y SUS POSESIONES DE ULTRAMAR; Madrid, 1848; tomo XI; voz Monroyo.

V: Molinos Figuerola, Gabriel: < < Monroyo en 1914> > ; en Gaceta del Matarranya, núm. 15; Valderrobres, 1990; p. 4.

V: CARRÉGALO SANCHO, J. A.: < < Santa Bàrbara de Mont-roig> > ; en Programa de Fiestas de Monroyo, 1993, páginas centrales.