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 Monroyo: El habitat disperso (Las masías)                                                          Asociación Cultural Sucarrats

Pere-Anton (1 y 2), lo mas de

Situación: Sector 2 (Vertiente izquierda de l’Escorça).  wpe73.jpg (7585 bytes)

Personas empadronadas en 1955: 3.

Son dos masías adosadas que se emplazan en una elevación del terreno que constituye la última estribación de la ladera sur de la serra Molinera, encima mismo de la confluencia de los ríos Escorça y Tastavins y a escasa distancia del molí de la Torre y del mas de Gil, así como del molí del Cup.

Se encuentran a una distancia andando hasta Monroyo de una hora y tres cuartos aproximadamente.

Hasta aquí llegan tres pistas: una de ellas procede de la asfaltada que comunica Fuentespalda con Ráfales y tiene su origen junto al molí Batà, la segunda baja del mas de Cros y la tercera se va hacia las tierras próximas al mas de la Llúcia y a la Torre del Marquès.

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El edificio principal, que presenta un volumen considerable, se encuentra bastante deteriorado, pero aun se mantiene en pie. Las dos puertas principales están numeradas. La que da acceso a la masía que se sitúa en el ala SO abre hacia el sudeste, es adintelada en piedra y se ubica bajo un pequeño pórtico en el que abren también otras puertas y en el que se halla la boca del horno del pan; sobre ella figuran los números 10 y 15 de policía de edificios del término y en un lateral puede leerse el año de construcción: "AÑO 1798". El dintel de la otra puerta es de madera y aparece señalada con el número 31.

Constatamos la existencia de dos tanyades. En las piedras de una puerta interior de la situada en el extremo E de la era observamos la inscripción "12 Aº".

Debajo de las masías y de la era, en el mismo lado de levante, hay una roca que ha sido vaciada para utilizarla como recipiente donde pisaban la uva. Se trata de un cup excavado en la roca viva que en su parte interior tiene forma de puchero, con la boca más estrecha que el fondo. Le suponemos una capacidad de 2.000 litros. En las proximidades del cup, girando un poco hacia el lado sur de la ladera, observamos la existencia de una antigua construcción, hoy derruida, que cerraba una cueva en la que se situaba la prensa (ésta es de madera y aún puede verse, a pesar de que se encuentra a la intemperie).

Hemos sabido que el actual propietario de la masía reside en Peñarroya y es conocido con el apodo de "lo Pontorrí". Sin embargo, por la documentación catastral conocemos que las tierras de una de las masías aparecen catastradas a favor de Irene Felipe Pitarch, con una superficie aproximada de 13 hectáreas de monte maderable, 2 destinadas a cultivos de secano, 0’5 de almendros y 0’7 de huerta. Las de la otra masía figuran a nombre de Francisco Lombarte Antolín, con una superficie aproximada de 32 hectáreas de monte maderable y 3’25 de viña, secano, erial e improductivo.

Gabriel Molinos sitúa aquí dos masías y a una de ellas la designa como Mas de Perantón medié, debido —suponemos— a que las tierras serían trabajadas por un mediero *. Y escribe que entre los años 1920 y 1925 vivían en la masía de Perantón 4 personas y que tenían 2 mulos y 15 ovejas, y en la de Perantón medié 5 personas, con 2 mulos y 15 ovejas.

Wenceslao Blasco escribe también Mas de Perantón, y, al referirse a la situación de las masías de esta partida en el año 1930, afirma que estaba habitada por cuatro personas, apellidadas Boix, que se dedicaban a la agricultura y al ganado ovino; añade que al lado de este mas hay otro edificio (hoy, en estado ruinoso), del cual nadie da referencias de la gente que pudo haberlo habitado.

El 5 de noviembre de 2000, conseguimos entrevistar a la actual propietaria de la masía. Se trata de la señora María Jesús Gil Mir, residente en Peñarroya, que, a la sazón, se hallaba acompañada de su hijo Alfredo Andreu Gil. Nos informaron de que en la actualidad las dos masías son suyas y constituyen una única propiedad y que también lo son el edificio y las tierras del molí del Cup. Añadían que los propietarios anteriores fueron, de más próximo a más lejano, María Lombarte Antolín, Juan Boix Gil y Francisca Gil, y que la superficie de las tierras es de unas 45 hectáreas (33 de bosque, 10 de cultivos de secano y 2 de huerta). La producción era autosuficiente, con excedentes de almendras y uva, y disponían de dos mulos y 30 ovejas. Contaban con horno para el pan, prensa para la uva y como trujal tenían un cup excavado en la roca.

El agua la obtenían de una fuente situada encima de la pista del mas de Cros y de la torre del Marquès y la conducían hasta la masía, aunque no tenían instalación interior: Las aguas residuales las eliminaban echándolas en el estercolero o en la calle.

Disponían también de una comuna, cocinaban y se calentaban en el hogar y se iluminaban con teas y candiles y, últimamente, con lámparas de carburo y de butano. Tenían a su vez un lavadero < < safareig> > en el interior de la casa, pero también lavaban la ropa en el río y en la bassa de la Font.

Los excedentes de producción los vendían en las ferias de Monroyo y de Valderrobres.

Se halla a una distancia de una hora y media de Fuentespalda y de Peñarroya y a una hora y tres cuartos de Monroyo.

Concluían sus explicaciones diciendo que los masoveros mantenían muy buena relación con la vecina masía de Cros y con otra muy próxima del término de Fuentespalda.

Quedó deshabitada en el año 1985.

 

V: Molinos Figuerola, Gabriel: < < MONROYO —Recuerdo para la historia, 1920-1925—> > ; en Gaceta del Matarranya, núm. 19; Valderrobres, 1990; pp. 6-7.

V: Blanco Segura, Wenceslao: < < Por los caminos del Matarraña —Lo Riu (Fuentespalda-Monroyo)—> > ; en Plana Rasa, núm. 7, pp. 17 y 18.

Cat.: Pol. 3, PERANTON.

* La institución del mediero < < mitger> > , como sistema de explotación de las tierras, es una figura del derecho consuetudinario que se viene utilizando de tiempo inmemorial en nuestra tierra. Consiste básicamente en que las tierras se dan a trabajar a una persona a medias. Es decir, que en principio se pacta que los gastos que comporte la explotación correrán a cargo del propietario y del mediero a partes iguales y que, del mismo modo, se repartirán entre los dos los bienes que produzca. Lo normal, sin embargo, es que, en referencia a los gastos, el pacto consista en que el mediero pondrá su trabajo, animales, herramientas, maquinaria, etc., y el amo satisfará los correspondientes a simientes, abonos, herbicidas... No obstante, y dependiendo de las circunstancias, es bastante común el establecimiento de otros sistemas similares, como, por ejemplo, a terceras partes < < terços> > (dos tercios el mitger y uno el amo), sin que por ello cambie, en estos casos, la denominación de mitger.