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 Monroyo: El habitat disperso (Las masías)                                                          Asociación Cultural Sucarrats

Torre, lo molí de la

Situación: Sector 3 (Vertiente derecha de l’Escorça).  wpeB7.jpg (7955 bytes)

Personas empadronadas en 1955: 3.

Algo elevado sobre la orilla del río y a pocos metros de su desembocadura en el Tastavins, debajo del mas de Gil por un lado y del mas de Pere-Anton por el otro, se trata de un edificio de pequeñas dimensiones que, a cierta distancia, no parece presentar ninguna singularidad. Al aproximarnos nos sorprende la existencia de dos contrafuertes, muy bien construidos, en su fachada NE, en cuyas piedras podemos observar diversos grabados, cuyos trazos no hemos podido concretar con exactitud, ya que están bastante desgastados. Sin embargo, es el interior del molino el que nos deparará mayores sorpresas. Por una puerta semiderruida que da acceso a un pequeño patio interior, y a través de éste, podemos penetrar en el recinto del molar que presenta varias arcadas de medio punto (de estilo renacentista), construidas con sillares, que descansan en los dos contrafuertes exteriores y sobre las que se sustenta el piso superior. Todo parece indicar que la época de construcción de este molino viene a coincidir con la del molí del Cup (durante el siglo XVI). La maquinaria se muestra aún intacta, tal como pudo haberla dejado el último molinero.

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La generalidad del edificio se encuentra en unas condiciones aceptables, aunque el deterioro de la construcción adosada al ala sur, por medio de la cual hemos podido acceder al interior, comienza a ser alarmante. Fue propiedad del Marquès de Santa Coloma, al igual que el cercano edificio de la Torre del Marquès (de ahí el nombre del molino).

El piso superior aloja la vivienda familiar y, como decíamos antes, en la planta baja se hallan el molino propiamente dicho y los establos. Tenía también un corral anexo. La parte inferior del edificio parece ser mucho más antigua que la superior, que puede corresponder a una ampliación, aunque la construción es toda de piedra.

La acequia desemboca en un cup absolutamente cilíndrico, construido también con sillares y de un diámetro de luz de 1’2 metros aproximadamente, cuya profundidad no hemos podido constatar. Las acequias que conducen el agua hasta aquí son dos: una, procedente de l’Escorça (discurre por su margen derecha), y la otra, del Tastavins (por la ribera izquierda), que viene de un azud situado debajo del molí Nou, en el término de Peñarroya. Ambas acequias se juntan a unos 40 metros del cup.

La puerta principal es adintelada con varias piedras en cuña y abre al NE, y en las de las jambas pueden verse esculpidas las habituales cruces que hemos podido observar en la mayoría de las masías del término. Según puede verse en una baldosita situada en la clave, el edificio tiene asignado el número 26 de policía, y a pocos centímetros de ésta se halla otra en la que se lee "MOLINO DE LA TORRE".

En la madera de la puerta principal y en la hoja superior de la misma podemos leer en letras de plantilla, pintadas de color negro, las palabras "MOLINO HARINERO".

A escasos metros de distancia y junto a un camino que baja hacia l’Escorça observamos la existencia de un árbol de considerables dimensiones, cuya especie no es muy habitual en el término: se trata de un magnífico ejemplar de fresno < < freixera> > (Fraxinus angustifolia), que aparece fotografiado en la obra Árboles del Matarraña.

En las proximidades se encuentra una cueva de poca profundidad que se utilizó como refugio durante la pasada guerra civil. Existía también una fuente, hoy desaparecida.

Los accesos los tenemos a través de un camino que cruza l’Escorça procedente de la pista que sube a las masías de Pere-Anton. También se puede ir por otra que baja de la carretera de Monroyo a Calaceite y que tiene su origen junto al pont del Gord o del Gorg, aunque, en este caso, el último kilómetro hay que hacerlo a pie. La comunicación más corta con Monroyo la tiene a través del antiguo camino de Fuentespalda que pasa por el molí del Cup. No hace muchos años, todos estos caminos estaban muy transitados, y esa circunstancia, unida a la confluencia de los dos ríos para aprovechar sus aguas, era lo que daba mayor vida al molí de la Torre.

La propiedad aparece catastrada a nombre de los hermanos José Bernardo y Pedro Segura Boix, apodados "Peranton" y residentes en Lliçà de Munt y Barcelona. Con anterioridad, fueron sus amos Pilar Boix Riba y Pedro Boix. La superficie aproximada de sus tierras es de 1 hectárea de matorral, 0’3417 de huerta y 277 metros cuadrados de improductivo (este último dato puede corresponder a la superficie del solar ocupado por el molino).

Tenemos constancia de que los propietarios lo tuvieron siempre alquilado. Manuel Riba Soler estuvo veinte años en él como molinero y aquí nacieron sus hijas Pilar, Gloria, Teresa y Celia.

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Los habitantes del molino aprovechaban para su consumo el pescado de los ríos (barbos y madrillas). No disponían de horno para el pan ni de prensa ni tampoco de trujal. El pan lo cocían en Fuentespalda. El agua potable la tenían en casa y, como hemos dicho, la obtenían conduciéndola de los dos ríos, aunque no contaban con instalación de agua corriente dentro de la casa, ni tampoco con canalización para evacuar las residuales. Disponían de fregadero y se alumbraban con candiles y teas. Cocinaban en el propio hogar, siendo éste el único sistema de calefacción. La ropa la lavaban en la acequia. Los excedentes de producción los vendían en Peñarroya y los animales y herramientas los adquirían en Monroyo y Valderrobres.

Quedó deshabitado en 1950 aproximadamente (los molinos fueron decayendo a merced del empuje de las fábricas harineras). Las distancias desde éste a los diferentes núcleos de población son las siguientes: dos horas a Monroyo, otras dos a Peñarroya, una a Fuentespalda y una y media a Ráfales.

La matanza del cerdo acostumbraba a ser motivo de celebración familiar. Durante las noches de invierno se reunían en agradables veladas < < vetlades> > con los vecinos de las masías cercanas, a veces sólo para hablar y pasar el rato, y otras, para ayudarse en pequeñas tareas caseras durante la conversación, como por ejemplo para desgranar el maíz < < despanollar> > .

Wenceslao Blanco escribe Molí de Latorre y dice que en 1930 lo habitaban 5 personas de apellido Riba. Se dedicaban a las faenas propias del molino —continúa escribiendo—, trabajando también alguna parcela agrícola. El molino era de características normales en aquellos tiempos, con un salto de agua de 5 metros; dejó de funcionar allá por el año 1948, desconociéndose otra actividad de interés.

Según Blanco, el azud de la acequia que aporta las aguas del Tastavins al molí de la Torre se encuentra situado frente al molí Nou (del término de Peñarroya).

Gabriel Molinos dice que entre los años 1920 y 1925 vivían aquí siete personas y que disponían de un mulo.

V: Blanco Segura, Wenceslao: < < Por los caminos del Matarraña —Lo Riu (Fuentespalda-Monroyo)—> > ; en Plana Rasa, núm. 7, pp. 17 y 18.

V: Zorrilla Alcaine, Fernando et alt.: Arboles del Matarraña. Cuadernos del Matarraña. Ayuntamiento de Calaceite / Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón; Calaceite, 1994; p. 79.

V: Molinos Figuerola, Gabriel: < < MONROYO —Recuerdo para la historia, 1920-1925—> > ; en Gaceta del Matarranya, núm. 19; Valderrobres, 1990; pp. 6-7.

V: Marquès, la torre del

Cat.: Pol. 3, MOLINO.