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Aproximación al estudio económico del más. El barrio de las Barrachinas                                     Enrique Ruiz Budría   

3.2 - Estructura tradicional de las unidades de explotación,

 

Lo que podemos considerar sistema tradicional de producción perdura sin grandes cambios hasta 1950, y está ligado a una estructura familiar de la producción, con un régimen orientado a la subsistencia y con unas relaciones de mercado exclusivamente lo cales. Coincide con la época de mayor presión demográfica y con la mayoría de las casas habitadas, tal y como se ha comprobado en los padrones municipales

La diferenciación entre las distintas unidades si deriva de las variaciones existentes en los siguientes factores:

 

a) - Fundamental es la extensión y caracterización del espacio disponible. A través de la sistematización de los datos catastrales y su relación con las encuestas se ha podido establecer una diferenciación entre los denominados "casetos" y las "masadas". Las denominadas masías presentan una extensión bastante superior (entre 60 y 90 has.) de las que un 20-25% corresponden a terrazgo cultivado ( la mayoría en secano) y el resto se identificaría con el área pastable en la que también estaría incluido el bosque. De esta forma, las masías conservan sus características ya analizadas en otras zonas. Sin embargo, presentan un elemento diferencial. En el caso de las Barrachinas no existe una continuidad espacial de su terrazgo, con emplazamiento central de la casa con respecto a este, en disposición central a de dominio, ya que aparecen localizadas en el centro del barrio. La única excepción seria la masía de Fuenrebollo, caso de masía aislada, superpuesta a los términos municipales de Mora de Rubielos y Valbona, que conserva las características prefijadas.

 

Los denominados "casetos", aparecen más menguados en su extensión territorial, pudiendo diferenciar los "casetos" aislados de los que aparecen concentrados en núcleos, bien de "casetos" ( Rull ), o con masadas ( en el centro del barrio). Los primeros presentan una estructura territorial semejante a las masadas aisladas, adoptando un carácter central con respecto al terrazgo disponible, aun que este sea una tercera parte como máximo al de las masías del barrio y queden prácticamente anuladas sus áreas de pasto.

Algunos de ellos (Hiladas), parecen tener su origen en la división por herencia de unidades mayores.

Otra consideración merecen los "casetas" localizados en el núcleo central del barrio> en los que la disponibilidad de terrazgo próximo entra en conflicto con otra unidades superiores: las masadas. En estos casos presentan su terrazgo desperdigado por todo el barrio, aunque con tendencia a concentrarse preferentemente en áreas marginales, correspondiéndose excepto contadas excepciones con tierras de cultivo procedentes del ''artigueo'' en Monte Blanco.

 

b) - El régimen de tenencia es otro elemento fundamental para intentar explicar la estructura económica de estas unidades de explotación. Mientras las masías han sido explotadas en época tradicional en régimen de medianería, los casetas lo han sido siempre en propiedad. Sin duda la potencialidad económica de unos y otros ha sido el elemento diferenciador, ya que se correspondían con explotaciones familiares.

 

c) - Estas dos diferencias bien marcadas entre masías y casetas, unido al hecho de que las primeras ocupan las mejores tierras de cultivo, por lo que los casetos aparecen como unidades marginales, han condicionado su diferente estructura productiva.

En general podemos s señalar un dominio de la producción cerealista de subsistencia, caracterizado por la diversificación. El análisis de los elementos que consideramos claves dentro de la estructura productiva nos ayudará a comprender la potencialidad económica de las diferentes unidades.

Mientras las masías disponen de 2 y hasta 3 pares de animales de labor (machos y bueyes), los casetas incorporan los burros, teniendo que juntarse dos casas para formar un par y realizar las labores agrícolas. Este dato implica menor diversificación de productos en los casetas, en los que la cebada y la siembra de forragaras aparece como muy marginal, siendo el trigo el cereal por excelencia, y destinado el consumo por el grupo humano combinado con los productos de la huerta y granjería.

- En las masías, se manifiesta mayor importancia relativa de los citados cultivos, a la par que se genera un aprovechamiento económico de los bueyes ( a la vez sementales para reproducción y animales de labor ), incidiendo en una diversificación ganadera al incorporar un pequeño rebaño de vacuno (4-6- vacas), apoyado en la mayor disponibilidad de pastos durante todo el año próximo a la casa.

- El tamaño del rebaño de lanar es otro índice que marca claramente las diferencias. Tal y como se ha comprobado en otras explotaciones. (vid. Salabrosos), existe una estrecha relación entre el número de cabezas y la extensión de pastos reservada para el invierno ( cerrada). Podemos establecer a "grosso modo" tres categorías:

      - Las masías, con hatajos que superan las 120 cabezas de lanar y cabrío.

      - Los casetas aislados con rebaños en torno a los 50-60 cabezas.

      - Los casetas de menor entidad económica (generalmente los ubicados en el núcleo central de barrio), 

        que no solían superar la veintena.  

La entidad de la cabaña ganadera incide en los sistemas productivos agrícolas por la incorporación de cultivos especificas ( avena, pipirigallo, veza, coles les forrajeras) orientados a la alimentación ganadera. Estos serán mucho más' limitados en las unidades de menor entidad, donde primará especialmente el cultivo del trigo. En las masías, en cambio la complementariedad y complejidad productiva es mayor

 

 d ) Los aspectos tratados hasta el momento tienen su reflejo en la estructura productiva interna de cada explotación y en la utilización de otro recurso, la mano de obra familiar.

Los "casetos", dada su menor extensión, diversificación y complejidad productiva, se convierten en unidades con excedente de mano de obra, mientras que en las masías sucede todo lo contrario, creándose de esta forma una dependencia entra ambos.

 

Los habitantes de los casetos, además de cumplir con las faenas propias de su explotación se incorporan en las fases del ciclo agrícola que exigen mayor dedicación (dallar), como jornaleros a las masías, a la par que realizan otras actividades dentro o fuera del barrio: explotación de la resina, carboneo, pastoreo, dallar en otras zonas, etc. De esta forma, se produce una cierta complementariedad entre casetos y masías. Mientras estas últimas intentan rentabilizar sus mejores disposiciones espaciales, estableciendo una estructura productiva compleja y diversificada a pesar del deficid de mano de obra en épocas determinada en los casetos sucede lo contrario, es de importancia capital para la subsistencia de la familia la "exportación" de la mano de obra sobrante, ya que su limitado espacio sola permite establecer sistemas más simples de cultivo.

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