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 La música populart en el río Martín                                                                                                Fernando Gabarrús

 3.-EL CICLO FESTIVO EN EL RÍO MARTÍN

3.1.- Introducción al ciclo festivo en el Martín:

El ciclo festivo en las localidades objeto de estudio comienza  tradicionalmente después de la  cosecha del cereal y la vendimia, en ese momento tienen lugar las fiestas patronales de las que podemos destacar como actos más significativos las roldas (Rondas), ejecutadas por los vecinos de la localidad junto a cantadores y tañedores de prestigio, el encierre o encierros de toros y vacas por las calles, corridas de pollos o  carreras pedestres o, así como las procesiones, misa mayor y dances de palos y espadas, aunque estos últimos en franca decadencia. Coincidiendo con el inicio de noviembre se celebra la fiesta de todos santos, la devoción a los muertos, como en otras culturas anteriores al cristianismo sigue celebrándose el 1 de noviembre en el que los vecinos adornan los nichos y tumbas con velas, pañitos blancos y flores. Ese día es costumbre colocar candelas dentro de las vivienda “para alumbrar a las almas” y los niños, al anochecer,  colocan calaveras (calabazas vaciadas de su pulpa  con boca, ojos y nariz, en cuyo interior se enciende una vela)   por distintos rincones del pueblo. Con la entrada del invierno comienzan las trasnochadas y las fiestas más tradicionales del frío y del fuego. En Navidades  tiene lugar la Misa del Gallo durante la Noche Buena, pudiéndose oír los antiguos villancicos de los rosarieros, cantados hoy por los vecinos y vecinas. Éstos eran días importantes para los niños que, en casa de sus familiares, con cestas recogían el “Cabudaño”, compuesto por mazapanes, naranjas, plátanos, castañas y algún resto de guirlache; sin olvidar las “Estrenas”, una especie de paga  en dinero. Los niños recorrían las calles cantando aguilandos y recogiendo los donativos para acabar dándose una merendola

En enero, febrero y marzo se celebran fiestas  muy importantes para la cultura agrícola y ganadera: San Antón protector de los animales ¡Leña San Antón , si no al burrico le dará torzón!, que inicia los carnavales : Para San Antón Carrastolendas  son. Como en tantos otros lugares que habían sido reprimidos, permanecían aletargados para despertar con la fuerza y energía vital que le son propias. También se celebra con fuerza  Santa Gueda(Águeda), San Blas, san Fabián y San Sebastián, San Valero…Todos ellos santos de capa, en cuyas fiestas gozan de gran importancia los productos del cerdo y la música de los gaiteros.

Los carnavales preparan los rigores  de la Semana Santa   cristiana, repleta de manifestaciones religiosas y profanas en convivencia permanente. Varios pueblos objeto de estudio permanecen a la ruta del Tambor y el Bombo del Bajo Aragón (Albalate, La Puebla, Urrea de Gaén, Samper de Calanda e Híjar) y la percusión se abre paso entre las calles para hipnotizar con sus ritmos, tanto a los protagonistas como a los visitantes que anualmente se desplazan hasta estas localidades para contemplar este acontecimiento.

 El Domingo de Resurrección o el Lunes de Pascua tiene lugar en muchas de estas poblaciones el día de la Rosca o de los Roscones, tortas regaladas por las abuelas y que los nietos y nietas comen en cuadrillas por el campo. Este día también se elabora y come el delicioso Brazo de Gitano  y que hoy día puede adquirirse en las panaderías- reposteras de las localidades

Comienzan entonces un gran número de romerías, entre las que destaca la de la Virgen de Arcos a la que tienen especial devoción los vecinos de Albalate y Ariño, aunque acuden fieles de  toda la comarca  y la de San Pedro de Oliete, el día del Pilón en Híjar y Samper... Los vecinos acuden a los santuarios, ermitas o lugares de devoción para comer, beber y bailar. Allí tienen lugar procesiones, misas campestres, se cantan los Gozos y puede escucharse  música popular aragonesa en dos agrupaciones de la tradición festiva aragonesa: los gaiteros y la rondalla

Los quintos roldan (rondan)  en grupo por el pueblo plantan el mayo (un árbol) en la plaza mayor y preparan su rito de incorporación a la vida adulta celebrando banquetes y meriendas y dando rienda suelta a su ingenio con la complicidad permisiva de sus mayores. Aún habiendo desaparecido el servicio militar obligatorio siguen respetándose las costumbres y responsabilidades de las quintas pero indiscutiblemente se encuentran en un proceso de franco retroceso.

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