El conde Romanones tiene una
hija muy guapa
ay sí dale, dale, dale al
bombón
tiene una hija muy guapa
le dicen que ha de ser monja
y ella que ha de ser casada
ay, sí dale, dale, dale al
bombón
ella que ha de ser casada.
A los condes y marqueses a
todos los despreciaba
ay sí dale, dale, dale al
bombón
a todos los despreciaba.
Ella quiso a un segador
que por la calle pasaba
ay sí dale, dale, dale al
bombón
que por la calle pasaba.
Oiga usted buen segador
quiere segar mi cebada
ay sí dale, dale, dale al
bombón
quiere segar mi cebada.
Oiga usted buena señora
dónde la tiene sembrada
ay sí dale, dale, dale al
bombón
dónde la tiene sembrada.
Está en alto, está en bajo
en hombría o en solana
ay sí dale, dale, dale al
bombón
en hombría o en solana.
Ni está en alto ni está en
bajo
ni en hombría ni en solana
ay sí dale, dale, dale al
bombón
ni en hombría ni en solana.
De la cintura pa bajo
de la rodilla pa riba
ay sí dale, dale, dale al
bombón
tapadita con las bragas.
El segador que oyó eso
la cogió y la echó a la cama
ay sí dale, dale, dale al
bombón
la cogió y la echó a la cama.
A eso de la media noche
la chica le preguntaba
ay sí dale, dale, dale al
bombón
la chica le preguntaba.
Oiga usted buen segador
cómo lleva mi cebada
ay sí dale, dale, dale al
bombón
cómo lleva mi cebada.
Catorce gavillas hechas
quince con la principiada
ay sí dale, dale, dale al
bombón
quince con la principiada.
Aquí se acaba la historia
del conde de Romanones
ay sí dale, dale, dale al
bombón
del conde de Romanones.