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 La música populart en el río Martín                                                                                                Fernando Gabarrús

Albalate. Romances

I. Virgen del Carmen.

 

Allá en la isla de Cuba

con un devoto soldado

que de la Virgen del Carmen

llevaba el escapulario.

Al regimiento de Alhama

sin agua y con grande sed

a los soldados mandaron

por agua para beber.

Cuando llegaron al sitio

fueron a tomar el agua

los malvados insurretos

hicieron una descarga.

Empezaron el combate

los españoles sentados

muchos cayeron heridos

y otros muertos que quedaron.

Y los demás prisioneros

en poder de ellos quedaron

y el cabecilla manó

que fueran afusilarlos.

Adiós Burriana querida

ya no te volveré a ver

mi vida va a acabar

me han cogido prisionero

y me van a fusilar.

Has nombrado a tu Burriana.

respóndeme con cariño,

y le responde el soldado

que es de donde yo he nacido

que donde a mí me han criado

mi madre con gran dolor

muchos trabajos pasaba

para darme educación.

Hijo que no tienes padre

muy pronto le ha respondido

pero no lo conocí

Según decía mi madre

que mi padre se marchó

encinta de unos tres meses

a mi madre la dejó.

Admirado se quedó

al oír estas palabras

pues dime cual es tu nombre

tu madre cómo se llama.

Me llamo Copistachuste

muy triste le ha respondido

mi madre María Hernández

del alma salió un suspiro.

Hijo mío de mi vida

hijo de mi corazón

qué santo te ha valido

que te ha dado protección.

Hijo y padre se abrazaron

llorando con gran dolor

a la Virgen le aclamaron

los dos gran devoción.

Te quedarás en mis filas

el hijo le respondió

yo no deshonro a mi padre

ni al ejército español.

Si me quieres fusilar

a su padre le decía

yo no le quiero faltar

a mi patria tan querida.

La libertad te daré

hijo mío y te irás

tal vez una bala tuya

con mi vida acabará.

L’entregó siete mil reales

a su muy querido hijo

se los darás a tu madre

y le dirás que me has visto.

Adiós, esposa querida

adiós, para siempre adiós

no puedo ir a mi patria

quedaros todos con Dios.

A los que dio libertad

muy contentos se marcharon

y al llegar al regimiento

el milagro les faltara

Un escapulario El Carmen

a todos les enseñó

esta fue mi protetora

que me dio mi proteción.

Virgen Santa del Carmelo

ya que por todo rogáis

a los heridos enfermos

a todos salulegréis¿?

A los que están prisioneros

y el ¿? Lo saquís

a los que muertos quedaron

plena gloria les dís.

Haced que s’cabe pronto

esta guerra ensangrentada

cubridles con este mando

Virgen del Carmen Sagrada.

Haced que vuestras devotas

alcancen la gloria santa

delante de Dios amén.

 

II. Romance de la vida del tozino. 

Atención pido señores

que yo les voy a explicar

lo que le paso a un tocino

en un pequeño lugar.

Es una curiosa historia

además muy verdadera

que nadie puede fiarse

de la camisa que lleva.

 

La puercaza de mi madre

tuvo el gusto de parir

en casa de un hortelaire

que me vendieron a mi.

Aún no tenía dos meses

y a la plaza me sacaron

y por fortuna pegué

en casa de un hortelano.

 

Una mañana muy fresca

un fanchote capador

con la lanceta en la mano

los dos pesos me cortó.

Yo me quedé atolondrado

como es cosa natural

a mi me dejó la bolsa

y el se llevó el capital.

 

Mis pesos se los comieron

los chicos para almorzar

a mi me daron patatas

menudas y sin pelar.

Hasta que estuve curado

de aquella gran capadura

todos los días me daban

patatas en la pastura.

 

Me sacaban a paseo

los días que hacía sol

en el río me bañaban

cuando tenía calor.

Y si por casualidad

en la tripa me rascaban

yo me tumbaba en el suelo

por el gusto que me daba.

 

Al llegar al mes de otubre

mi amo ya me preparó

a bellotas y panizo

para que engordase yo.

Me concluí las bellotas

el panizo comencé

como es cosa de alimento

señores yo me engordé.

 

Al llegar a San Antonio

me llegó la desventura

empeciaron a trapar?

de hacerme la sepoltura.

En vísperas de mi muerte

me dejaron sin cenar

y aquel que está en la capilla

que lo van a sintenciar.

 

Y a las tres de la mañana

pronto vinieron abrir

era que hubiese llegado

un cruento matachín.

Detrás de aquel vino otro

con un gancho fenomenal

unos cuchillos muy grandes

y los cazos de pelar.

 

Yo les dije criminales

que es lo que me vais a hacer

sabéis que soy inocente

y me venís a prender.

Acacharon la cabeza

sin volver contestación

cogió el gancho y el cuchillo

me lo hinco mi ¿?

 

Mi sangre la recogía

una mujer mondonguera

con el brazo remangado

en una grande bañera.

Cuando ya hubo terminado

se la llevó a la cocina

para preparar la pasta

de las pellas y morcillas.

 

Agua caliente pidía

aquel pillo matachín

la traían a pucheros

y la echaban sobre mi.

Empiciaron a pelarme

como lobos camiseros

mi pelo lo recogían

pa coser los zapateros.

 

Me colgaron en un techo

amarrado en un ramal

a la afrenta de la gente

como si había hecho algún mal.

Me quitaron la vejica

con todos mis istentinos

corazón, cabeza y bazo

todo el colgallo querido.

 

Aquel día fue de gozo

para toda la familia

estuvieron en el fuego

con la sartén prevenida.

Me frieron las costillas

con todo lomo también

para ponerlo en conserva

RIQUINTIN PACES AMÉN.

 

III. La vida del caracol.

 Señores tengan oído

y me presten atención

que yo les voy a explicar

la vida del caracol.

Se cría en la huerta

como las patatas

ni tiene narices

ni orejas ni patas.

Se cría como los chicos

los lavas con agua clara

y por mucho que los laves

siempre van llenos de babas.

Unos comen calabaza

y otros tomatico

y algunos de mala raza

suele coger  un colico.

Ellos se lo pasan

en su Santo Calvario

y necesitan  medico

ni tampoco boticario.

Los pillas, los lavas

con un puñao sallos echas al fuego

y bailan el Can-can.

Unos cogen una aguja

otros cogen un punzón

y otras ahujas de hacer media

y le sacan el chicharrón.

Y aquí se acaba señores

La vida del Caracol.

 

IV. Romance de la guallarda.

 Estaba la señora Guallarda

En su ventana florida

painando cabellos de oro

painando cabellos de oro

que de seda parecian

Se pasea un caballero

Calle arriba calle abajo

Sube, sube caballero

Sube, sube caballero

Sube, sube por tu vida

Y el caballero subiendo

Su corazón le decía

Como seré de valiente

Como seré de valiente

O nos quitará la vida

Hazme la cama guallarda

guallarda de guallardía

me pondrás siete colchones

me pondrás siete colchones

con siete sabanas fina

Y a las doce de la noche

guallarda se regolvía

que te regolves guallarda

que te regolves guallarda

guallarda de guallardía.

Es que buscaba el rosario

que devoción le tenía

no buscabas el rosario

que buscabas el puñal

para quitarme la vida

Abre las puertas porteros

porteros de portería

Estas puertas no se abren

estas puertas no se abren

Menos que no aclare el día

que si nos ve la guallarda

nos quitaria la vida

que de cien hombres que entraron

que de cien hombres que entraron

ninguno salió con vida.

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