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Tradición oral e indumentaria popular de la Galliguera(I La Baja Galliguera)              Agrupación Folclórica "Santa Cecilia"

 

6.- LAS PRENDAS

 

En este apartado se va a realizar una breve presentación de cada una de las prendas que nos han hecho referencia en los distintos pueblos visitados, y la cual se irá ampliando en un futuro con más charlas, con fotografías antiguas, con modelos de prendas originales, etc.

 

6.1.- VESTUARIO INFANTIL

 

No hemos podido obtener mucha información sobre como vestían los más pequeños de estos pueblos, sino que hemos rescatado pequeños recuerdos de nuestros informantes.

 

En Santa Eulalia de Gállego Donato nos indicó al hablar del traje de calzón, que al nacer ya les ponían el traje. Esto por lo que pudimos apreciar y entender no tenía tal sentido literal sino que indicaba que a temprana edad ya debían lucir los calzones tradicionales característicos del hombre aragonés del pasado.

 

Este mismo señor hace referencia a unos pantalones con la culera abierta, gatera abierta, que debía estar así para que los niños a la hora de hacer sus necesidades no se las hicieran dentro del pantalón. También habla de unos pantalones de organdí, y que él los compara con papel y denomina mayas de crío, y los cuales eran motivo de juego para los niños más mayores (...) y ¿sabes tú lo que dicibamos? ¡Culera, culera! Que a lo mejor se cagaban en o canto pantalón y le iciamos ¡culera, culera!.

 

Donato hace referencia a la pana como material muy empleado y a la chaqueta del mismo material como prenda muy utilizada, la cual lucía él en el busto cuando se fue de casa a los catorce años acompañado en la cabeza con una boina: yo con catorce años y medio ya marché por el mundo.... de pana y una chaqueleta de pana, también boina si pero..... yo hi llevau pocas veces boina, ido siempre al descubierto y así no teneba de decir: ¡oiga señor!.

 

Clotilde de Santa Eulalia de Gállego recuerda que con una capa de su abuelo le hicieron un abrigo negro para ella.

 

En Biscarrués recuerdan que las mujeres confeccionaban paras sus hijos jerseys, camisas y pantalones, al igual que señalan que en algunas ocasiones en las casas donde estaban de luto las madres hacían ir a las niñas con un pañuelo negro en la cabeza.

 

6.2.- VESTUARIO MASCULINO

 

El hombre de la Baja Galliguera lucía tradicionalmente una indumentaria muy similar a la que llevaban el resto de hombres de Aragón, presentando con toda seguridad, y como ocurre en otros lugares, sus propios matices.

 

A continuación se presentan cada una de las prendas a la que nos han hecho referencia nuestros informantes, indicando las poblaciones donde nos la han situado e indicado algún matiz en el caso que así se deba.

 

Camisa. Las camisas de hombres estaban confeccionadas mayoritariamente con lino y cáñamo, siendo cosidas en ocasiones por las propias mujeres de la casa y en otras por algún sastre como podía ser el de Biscarrués. Compraban el corte y luego lo cosían ya que no se vendían hechas del todo.

 

En Santa Eulalia de Gállego explican que la mayoría estaban confeccionadas en cáñamo y con cuello de tira, luciendo algunas un poquico de cuello redondeado, chiquitín, bordando la iniciales en la pestaña que hay bajo el pecho o la pechera de la misma.

 

Calzoncillos o calzones interiores. De esta prenda interior nos han hecho referencia tanto en Sierra Estronad como en Santa Eulalia de Gállego y en Biscarrués.

 

Eran confeccionados generalmente con cáñamo o lino, y al igual que en el caso de las camisas se compraban al corte y después los cosían las mujeres o el sastre. Solían ser blancos, les llegaban hasta la rodilla y se les veían por debajo del calzón (Jacinta de Santa Eulalia de Gállego).

 

Calzones. Tanto en Santa Eulalia de Gállego como en Sierra Estronad hacen referencia a la pana y al paño para la confección de calzones, indicando en esta última localidad que eran casi todos negros, por lo que debieron existir ejemplares de colores diferentes al negro.

 

La denominación de traje de calzón la encontramos en Santa Eulalia en donde nos indica Donato que lo lucían con blusa, medias blancas, y abarcas de bacal, siendo además esta prenda un elemento indispensable del traje del novio.

 

Chaleco. La información obtenida en Santa Eulalia de Gállegonde esta prenda hace referencia a la variedad existente en la confección de la misma en lo que a colores y motivos de adornos se refiere. Clotilde recuerda que en su casa había unos chalecos muy bonitos con adornos estampados y botones dorados.

 

La disposición de esta prenda era la habitual, encima de la camisa, y la llevaban tanto en invierno como en verano, existiendo en Santa Eulalia una casa que la denominaban Casa Vigor, debido a unos mozos solteros iban en el pleno mes de enero con el chaleco y la camisa. Decíamos: Fulano ¿no tiene frío?. Dice: es que aquí hay mucho vigor.

 

Blusas o brusas. Escasas son las referencias a esta prenda, en Santa Eulalia de Gállego hacen referencia a ella al describir a los hombres de calzón y en este mismo pueblo la señalan como una prenda divisoria de estatus social, indicando que el grupo de rondadores que llevaban brusa eran de casa definida frente al grupo de los que llevaban abarcas que eran más pobres.

 

Faja o ceñidor. Esta segunda denominación de la prenda según Donato de Santa Eulalia de Gállego era la que le daban a la misma los hombres de calzón.

 

El color de las fajas o ceñidores variaba según del día que se tratara o de la ocasión para la que se llevara. Para diario generalmente era negra y para los días festivos y para el traje de novio morada, denominándose en esa ocasión de gala.

 

Esta prenda, que les servía para sujetarse los calzones y para protegerse de las inclemencias del tiempo también era utilizada como pochera (Jacinta de Santa Eulalia de Gállego).

 

Pañuelo coronario. La costumbre de los hombres de cubrirse la cabeza con un pañuelo también estaba arraigada entre las gentes de la Baja Galliguera.

 

En Santa Eulalia de Gállego hacen referencia a un pañuelo azul, no siendo todos de este color, y que se lo colocaban como una especie de venda alrededor de la cabeza, como una toca que no les tapa toda la cabeza. Lo llevaban todos los hombres siempre y se lo cubrían posteriormente con un sombrero.

 

Sombrero. Por la zona, y más concretamente en Santa Eulalia de Gállego, recuerdan ver a todos los hombres de calzón con sombrero.

 

Éstos, según describen, eran negros y de ala no muy ancha, Jacinta los denomina de cordobés, y estaban confeccionados con un material muy resistente, pudiendo ser fieltro, el cual no dejaba pasar el agua a través de ellos. Donato nos los describe así:

 

(...) eran de güen material no eran de paja, no, como una lana. Que muchos de aquellos sombreros pues..... No gastaban una lata pa beber agua, con o mismo sombrero bebeban y no s'en pasaban aquellos sombreros. No me acuerdo de cómo se llamaban aquellos sombreros, que todos os viejos de calzón, que yo aun he visto a muchos de calzón ¿eh? pues los llevaban los sombreros estos.

 

En las ocasiones en que este tocado era lucido por un novio el día de su boda eran adornados con unas borlas que colgaban.

 

Boina. La única referencia que se tiene de este tocado es por Donato de Santa Eulalia de Gállego el cual la llevó, pero durante poco tiempo, cuando se fue de casa a la temprana edad de catorce años.

 

Jersey. Prenda ésta muy nombrada pero de la que solamente sabemos que la confeccionaban las mujeres con lana de oveja.

 

Chaqueta. La presencia de esta prenda de abrigo solía ser muy habitual en el vestir diario de estas gentes, siendo en Sierra Estronad y en Santa Eulalia de Gállego una prenda indispensable en invierno que se confeccionaba mayoritariamente en pana y que era llevada por los mozos ya en temprana edad. Donato de Santa Eulalia de Gállego recuerda ya llevarla cuando tenía catorce años y salió de casa.

 

También es una de las prendas que se lucía en el luto.

 

Capa. Otra prenda de abrigo que iba colocada encima de la capa o directamente sobre la camisa y el chaleco.

 

En la mayoría de las conversaciones mantenidas ha sido calificada como una prenda de ricos, y en aquellos casos donde a pesar de ser pobres tuvieran solo la utilizaban los días solemnes.

 

Todos los recuerdos hacen referencia a capas de color negro y con una sobrecapa de color azul oscuro.

 

La señoriedad y misterio de esta prenda hizo que en ocasiones esta prenda fuera utilizada para disfrazarse para carnaval. Jacinta de Santa Eulalia de Gállego, comenta que Rafael de Mirayés, que iba con unas chancas de aquellas que iba.... muy alto, y se ponía una capa negra y volábamos todos los críos.

 

Posteriormente y con la entrada en desuso de esta prenda se utilizaban, tanto por la amplitud de la misma como por la capacidad de abrigo de la misma, para confeccionar abrigos de niña, como es el caso de Clotilde de Santa Eulalia de Gállego.

 

Tapabocas. Prenda de abrigo cuyas cualidades eran empleadas por los mozos de Santa Eulalia de Gállego para rondar por las noches y así protegerse del frío.

 

Esta prenda solía ser de cuadros y era de una amplitud considerable, se tapaban cabeza y todo, les cogía toda la espalda y se daban y vuelta, estaba vinculada a la gente de más baja economía, ya que los ricos llevaban capas. (Clotilde y Jacinta de Santa Eulalia)

 

Medias. Éstas eran de estribo, aquellas que llevaban sólo la tirilla por debajo del pie, las tricotaban en casa las mujeres con lana de oveja, y tenemos referencia de color blanco, no significando que ése fuera el único

 

Las solían cubrir para proteger el pie con peduques, aunque según Clotilde Santa Eulalia de Gállego los llevaban debajo de éstas, y en ocasiones de mucho frío para subir al puerto con los rebaños con polainas de tiras.

 

Peduques. Prenda, que al igual que las medias, eran confeccionadas en casa por las mujeres con lana de oveja. Su uso estaba muy extendido y eran imprescindibles para proteger el pie de las inclemencias del clima y de otros posibles daños externos.

 

La gente de la zona cuando se refieren a ellos comenta que en vez de calcetines se llevaban peduques de lana, llevándolos para ir al acampo con abarcas.

 

Polainas de tiras. Esta prenda, que era semejante a las vendas utilizadas en algunos valles pieranicos, las utilizaban los pastores para protegerse las piernas de la humedad y del frío, se confeccionaban con piel de cabra a veces y otras veces de oveja.

 

La forma de construir esta prenda se ha indicado en el apartado de este trabajo correspondiente a Materias Primas, no indicándose en el mismo el modo de colocación de las mismas, el cual debía ser de abajo a arriba para montar en cada pasada una tira con otra y sujetándolas y apretándolas con dos cuerdas.

 

Calzado. Dentro del calzado habitual nos encontramos con las alpargatas y con las abarcas, utilizándose posteriormente los zapatos.

 

Las alpargatas, elaboradas en los mismos pueblos por los alpargateros, se hacían con suela de esparto, o de cáñamo en ocasiones, y con hiladillos negros.

 

Parece ser, según nos han indicado Donato de Santa Eulalia de Gállego, que aquel que llevaba alpargatas era de mejor casa que los que llevaban abarcas y el que las llevaba de cáñamo mejor que las de goma, tal como nos lo expresan Biscarrués:

 

(...) Mi marido cuenta mucho que iba cuando había alpargatería en casa Plana y que iba a lo mejor Ángel a comprarse zapatillas y no se si las quería de goma y que le decía: ¡Redios!, con un duro que gana tu padre ya os las podéis comprar de cáñamo ¡que gana un duro! Ah no, de esas no. Tú padre ya gana un duro, ya os las podéis comprar de cáñamo.

 

Las abarcas las llevaban para ir a trabajar al campo y o para subir los rebaños al puerto. Se construían tanto con piel curtida, bacal, como con goma o caucho de neumático, hiendo a buscar esta últimas, en tiempos recientes y en el caso de Biscarrués, a Buesa de Jaca para venderlas posteriormente en el mismo pueblo por algunas de sus vecinas.

 

Las abarcas y abarqueras de bacal eran construidas por los propios hombres los cuales curtían la piel con sus manos y posteriormente, como ya se ha indicó, con cuchillas. Éstas solían complementarse con clavos en las suelas para evitar resbalarse cuando iban a la montaña:

 

Bacal, (...) no un material muy especial y ¿sabes tú por qué llevábamos os qu'ibamos t'a montaña? Pues ya te lo voy a icir. En a montaña solo hay montes que son así de pendientes...., y a goma si hay humedad te esturruzaba, y a de bacal le ponebas clavos y ya no t'esturruzabas tan fácil.

 

Pieles. Con piel de cabra construían las zamarras con las que se abrigaban del frío y se protegían del agua los pastores; los morrales o mochilas con esta misma piel complementándolos además con una tira de cuero.

 

6.3.- VESTUARIO FEMENINO

 

Las mujeres de la Baja Galliguera tenían una forma de vestir muy similar a las del resto de mujeres de la tierra llana, destacando de éstas la gran variedad de prendas que podían llegar a lucir.

 

Camisa. Esta prenda considerada como interior estaba confeccionada mayoritariamente en cáñamo o en lino. A pesar de ser una prenda de escaso lucimiento se la solían adornar con bordados de colores, puntillas pequeñas, etc, llegando incluso a bordarse con hilos de colores en ellas, al igual que en el caso de los hombres, sus iniciales.

 

Corsé o ceñidor. Por encima de estas camisas, según mujeres de Santa Eulalia de Gállego, o por debajo de éstas, según mujeres de Biscarrués, la mujer de principios del siglo XIX se colocaba un corsé que le llegaba a la altura del pecho, no usaba sujetador, relleno con unas ballenas de hierro y forrado en su interior para evitar roces.

 

La misión de esta prenda era la arreglar el tipo para lo cual había que ceñirlo hasta adoptar la mujer la figura deseada, figura "de avispa".

 

Calzones o pantalones. Clara tienen la presencia de esta prenda todas las mujeres con las que hemos tenido la oportunidad de hablar.

 

Estaban confeccionados la mayoría con hilo, y más adelante con algodón, aunque Clotilde de Santa Eulalia de Gállego recuerda unos de calzones de su madre hechos en punto inglés, y se adornaban con puntillas, bainicas, entredoses, etc. Tenían forma de pantalón, de bombacho, y estaban abiertos tanto en su parte delantera como en la trasera, según Donato de la misma localidad como una especie de gatera similar a la de los calzones de los niños pequeños, (...) que me paice qu'en aquellos tiempos no llevaban bragas....., unas enaguas con gatera abierta porque feba así en la calle, schchch...., y pichaban.

 

La anchura de los mismos era considerable, los califican como bombachos, ya que una informante de Biscarrués recuerda hacerse con unos pantalones de su madre un juego de tú y yo, un mantel y seis servilletas. La largura normal de los mismos era hasta debajo de la pernera, donde se sujetaban a una lado fruncidos con una trenzadera que salía de un entredós, o directamente con un botón.

 

Enaguas. Debajo de la saya o falda exterior y del refajo las mujeres llevaban las enaguas, las cuales al igual que la camisa y el corsé, eran consideradas como ropa interior. Esta prenda se llevaba según Donato de Santa Eulalia de Gállego en vez del viso y su número podía llegar hasta cinco pero nunca bajaba de tres.

 

Esta prenda junto con la camisa no solía faltar nunca estando confeccionada, al igual que ésta, con lino fino, y pudiendo adornarse con puntillas y entredoses.

 

Refajo, zaladejo o zaradejo. ( En Biscarrués recibe la denominación de zaladejo, mientras que en Santa Eulalia ) Esta prenda, especie de falda interior, era la que iba situada inmediatamente debajo de la falda exterior o saya, estando confeccionada con materiales recios como la lana. Los tonos más abundantes en la zona de estudio eran el rojo y el amarillo, presentando la mayoría de ellas dibujos en su perímetro de color negro.

 

Al igual que se ha comentado al hablar de las enaguas, en Biscarrués nos comentaron que el zaladejo las mujeres lo llevaban siempre aunque fuera época estival, cambiando probablemente el material, incluso hay quien recuerda que su madre para ir por casa se quitaba la saya dejando a la intemperie el zaladejo, el cual cubría en ocasiones para evitar ensuciarlo con una bata negra, ya que estaba de luto.

 

Las mujeres de esta época cuando iban por la calle no dejaban apreciar esta prensa, la llevaban cubierta con la falda, dejándola solamente al descubierto cuando la lluvia les pillaba fuera de casa y se cubrían la cabeza con la saya falda exterior.

 

Blusas, chambras o gabanes, jubones y justillos. Hemos encontrado a la hora de cubrir el torso diferentes prendas pareciendo ser las primeras de uso más diario y las otras para mudar e incluso casarse.

 

Las blusas, chambras o gabanes eran, según recuerdan todas nuestras informantes, las que lucían la mayoría de sus abuelas. Esta prenda era corta, gabanico, llegaba hasta la cintura en donde se entallaba y presentaba unas mangas anchas.

 

A los jubones y justillos nos han hecho referencia al hablar del traje que llevaban las mujeres el día de su boda y en otras ocasiones de mudar.

 

En Sierra Estronad los denominados justillos se definían con mangas fruncidas y voluminosas en los hombros que se iban cerrando hasta terminar en un puño largo y ceñido al brazo.

 

En Biscarrués los denominados jubones los describen con barillas metálicas y con mangas ranglas, anchas en las zonas de los hombros y estrechas en la zona de los puños.

 

Faldas o sayas exteriores. Prenda exterior que cubría al zaladejo o zaradejo y a las enaguas.

 

En todos los casos nos han hablado de faldas anchas, fruncidas y muy largas, llegando hasta la punta de los zapatos en el caso de la mayoría de las abuelas, como la de Crescencio de Bisacarrués.

 

Los colores y motivos de adorno de las faldas podían ser variados, existiendo faldas negras para el luto e incluso listadas y de cuadros escocés para vivo, las cuales estas últimas, con toda probabilidad nunca serían portadas por una mujer casada, ya que los colores y dibujos de las prendas, y en este caso concreto de las faldas, eran divisorios del estatus o condición social de los individuos.

 

Para evitar el estorbo que esta prenda solía hacer a la hora de trabajar en el huerto y con los animales del corral las mujeres, según nos indicaron en Biscarrués, se remangueraban las faldas, las mismas que también les servían de protección contra la lluvia cubriéndose con ellas la cabeza y dejando a la vista el refajo.

 

Delantal o debantal. Prenda con la que se cubrían las mujeres las faldas protegiéndolas de la suciedad durante las tareas diarias y adornándolas en los días de fiesta y en las ocasiones de mudar.

 

En Santa Eulalia de Gállego recuerdan que las mujeres siempre llevaban debantal, nunca se lo quitaban, reservándose uno más nuevo para los días de fiesta. Además solían llevar este un poco doblado cuando iban de casa a casa, de su casa a la de las vecinas.

 

Existían diferentes tipos de delantal como era el de amasar, utilizado para las labores que su propio nombre indica, y el denominado delantero el cual estaba confeccionado todo en cuero.

 

Toquillas. Encima de la prenda que les cubría el torso, gabán o chambra, jubón, justillo, solían colocarse entre otras prendas toquillas confeccionadas en lana, existiendo tanto las negras como las de otros colores como el granate.

 

Mantones. Como no existían abrigos para protegerse del frío utilizaban los mantones. Éstos estaban confeccionados en lana y se utilizaban tanto para diario como para mudar. La madre de Clotilde de Santa Eulalia de Gállego tenía dos mantones diferentes, uno negro para diario y otro de un azul muy oscuro para fiesta.

 

Estos mantones solían colocárselos dejando la cabeza y espalda dentro, quedando de esta forma las mujeres protegidas del frío.

 

Tapabocas. Prenda a la que ya se ha hecho referencia al describir la indumentaria masculina y la cual también era utilizada por las mujeres para protegerse de las inclemencias del tiempo, denominándola en ocasiones bufanda.

 

Tocados de cabeza. En el pasado era costumbre que las mujeres se cubrieran la cabeza para realizar las labores diarias de casa y las del campo, como señal de luto en caso de muerte de un familiar, y como muestra de respeto a la hora de acudir a la iglesia o de ir a algún acto de carácter religioso.

 

Muchos eran las formas con que estas mujeres se cubrían esta parte del cuerpo diferenciando entre toca, pañuelo, manto, velo y mantilla.

 

La toca era una especie de pañuelo triangular con el que cubrían las mujeres de mayor edad sus cabezas. Éste solía ser de colores oscuros como el negro y se lo ataban debajo de la barbilla, cubriéndolo normalmente por encima con el pañuelo. Un material muy abundante para la confección de esta prenda era el satén.

 

El pañuelo era una prenda empleada por mujeres de todas las edades, siendo indispensable y tomando mayor importancia siempre que éstas estuvieran de luto. Podía ir colocada directamente sobre el cabello de la mujer o bien sobre la toca nombrada anteriormente, atándose en ambos casos bajo la barbilla.

 

Esta prenda solía ser una pieza cuadrada de tela, abundando las de cruzadillo, y doblándose en un triángulo antes de ser colocada. Su color podía variar desde el negro para el luto, abundando los colores oscuros, hasta el blanco, utilizándose éste último cuando las mujeres realizaban faenas agrícolas como la siega, etc, en las cuales además lo tapaban en la parte superior del mismo con un sombrero de paja.

 

El manto era una prenda grande rectangular, en Biscarrués lo describen como un velo tupido de gasa, que se colocaban cubriendo la cabeza y sujetándolo con los brazos.

 

Solía utilizarse en caso de estar de luto y era sustituido al paso de un par de años de la muerte del familiar por el velo, el cual era similar pero más corto.

 

La mantilla era la prenda utilizada normalmente para acudir a la iglesia o para ir a algún acto de carácter religioso y era considerado en Biscarrués como alivio del luto.

 

Tanto el manto como la mantilla y el velo se colocaban sobre cualquiera de los tocados que llevara de normal la mujer, siendo bien solo la toca o solo el pañuelo o la combinación de ambos.

 

Medias. Al igual que los hombres, las mujeres cubrían sus piernas con medias que llegaban hasta debajo de rodillas y que, a diferencia de las de ellos, solían estar hechas con pie.

 

Estas medias eran confeccionadas por las propias mujeres a punto de media con lana de oveja, siendo los adornos y los motivos de las mismas variados. En Biscarrués recuerdan modelos lisos de diversos colores y modelos de rayas, combinando generalmente el negro con rayas verdes, granates, etc, y en Santa Eulalia de Gállego medias tricotadas haciendo formas de ochos.

 

Para evitar que se bajaran las medias hacia el tobillo las mujeres empleaban ligas o camileras las cuales se las colocaban debajo del elástico de la media, zona donde se realizan finas labores. En Santa Eulalia recuerdan que se hacían a veces las camileras con las orillas de los pantalones que cortaba el sastre, las cuales al ser orillas no estaban deshiladas, y a cuyos extremos les cosían una cuerda que les permitía sujetárselas a la pantorrilla.

 

En Biscarrués nos han hecho referencia a medias de seda, las cuales las datan más cercanas a nuestro tiempo.

 

Calcero. Muy habitual por parte de las mujeres de la Baja Gallihuera el uso de alpargatas de esparto con trenzadera negra, las cuales se iban sustituyendo posteriormente por zapatillas de suela de goma, recordando Orosia Bernués de Santa Eulalia de Gállego la adaptación con el paso del tiempo a las diferentes modas.

 

El uso del zapato estaba restringido, dependiendo en parte de la economía familiar, a las grandes ocasiones como podían ser fiestas, bodas, bautizos, etc. En Santa Eulalia recuerdan que los zapatos de las mujeres de las casas con menos recursos económicos eran más sencillos que los de aquellas de mejor situación económica, utilizando además éstas botines y más adelante botas, las cuales llegaban hasta la mitad de la pantorrilla y se ataban en la zona delantera con cordones o hiladillos de abajo a arriba.

 

En Biscarrués una informante recuerda que de pequeña le gustaba mucho ponerse unos zapatos muy bonitos de su madre, los cuales se los había traído de Zaragoza una amiga que vivía allí y eran de charol.

 

Otros. Dentro de este apartado vamos a incluir otras prendas o complementos del vestir de estas mujeres de la Galliguera, y a los cuales nos han hecho referencia.

 

La pocha o a pocha era una especie de bolsillo interior situado entre la falda y el refajo, aunque recuerdan en Santa Eulalia de Gállego verlas por fuera de la falda, donde las mujeres guardaban alguna moneda, algún caramelo o pequeñas almendras, etc. Donato de esta misma localidad cuenta que llevaban una cinta pero que no iban atadas sino que las sujetaban con un botón a la cintura.

Otro complemento del vestir al cual nos han hecho referencia en Biscarrués son los guantes, éstos recuerdan eran la mayoría de algodón negro, aunque también había de piel. También nos señalaron que los llevaban de solteras.

 

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