Volver al Ïndice

"Fuentes de Ebro: La Mirada de un Siglo"

Exposición de fotografías recuperadas del siglo XX                                                                                 (S.C.I.F.E)

SEMANA SANTA

 

DIA DE "LOS PASTILLOS"

 

Se celebra un domingo antes del domingo de ramos. El pastillo es una torta redonda en cuyo centro se colocan huevos enteros y sujetos por dos tiras de la misma masa en forma de cruz. Tradicionalmente el pastillo se acompañaba de chocolate y una naranja y se comía a la hora de la merienda en el campo acompañado de amigos o familiares.

 

Posteriormente esta fiesta se ha consolidado celebrándose durante todo el día, las personas se reúnen, bien con amigos, bien con familiares y salen al campo por la mañana, comen juntos y pasan la tarde bien a orillas del río (casi siempre), bien en cualquier otra parte de la huerta o monte.

 

 

DOMINGO DE RAMOS:

 

Los niños hasta una edad muy avanzada, llevaban ramos de olivo adornados con golosinas casi siempre de fabricación casera como rosquillas, escaleras y muñecos fabricados con la misma masa, también colgaban de dichos ramos trozos de torta de pastillo.

 

 

MIERCOLES DE CENIZA:

 

En la mañana del miércoles de ceniza, se cubrían todos los altares de la iglesia con telas moradas, excepto el altar mayor y la capilla de las almas (hoy capilla del coro), y permanecían así hasta el sábado de gloria a las 12 de la mañana.

 

El miércoles, todos los feligreses acudían a la iglesia para escuchar misa y recibir en sus cabezas la ceniza cuyo simbolismo se resalta con la palabras que pronuncia el sacerdote en la imposición: "Polvo eres, y en polvo te convertirás".

 

 

JUEVES SANTO:

 

Durante el día de jueves santo, había silencio en todo el pueblo, no se oían cantos y gritos, ni radios, ni campanas. Solo sonaban las carraclas y matracas que los niños tocaban por las calles para anunciar los toque de misa:

 

"El primero, puerta cerrada,

valiente pedrada,

puerta abierta,

hay que respetarla",

 

lo que suponía que si la puerta de alguna casa se encontraba cerrada, los niños le lanzaban piedras.

 

La Misa en ese día era a las 10 de la mañana (en aquella época Jesús "moría" a las 10 de la mañana), y a partir de ese momento, en el "Monumento" se situaban los alabarderos, con grandes barbas y bigotes, que hacían guardia en esta capilla.

 

No hemos de olvidar la procesión, en la que al igual que el Viernes Santo, lo cofrades de la Soledad, encapuchados y con bandeja en mano, repetía pidiendo limosnas:

 

"La Iluminaria, madre de Dios y de la Soledad,

la Iluminaria, la que no eche perras no se casará".

 

Jueves y Viernes, era común recorrer los llamados "Siete Altares", que consistía en visitar y orar en los altares del Cristo Yacente colocados, en la Iglesia de San Miguel, en la ermita de San Antón y en la de Santa Bárbara, comenzando por el de la Iglesia y terminando por el mismo, hasta completar los "Siete Altares".

 

Uno de los mayores preceptos era el de no comer carne, lo que se seguía al pie de la letra. Las comidas de estos días además de garbanzos de ayuno, patatas con bacalao, huevos tontos, y otros parecidos, eran la torrijas, elaboradas con leche templada aromatizada con vainilla ó canela, huevo, azúcar, y por supuesto, torta de pastillo, aunque también se pueden hacer con pan, pero no son tan sabrosas.

 

 

VIERNES SANTO:

 

"Las cruces" se rezaban en el pinar llamado "Calvario", pero a diferencia de los demás días, el Viernes Santo, se rezaba a las cinco de la mañana, es decir, antes del alba.

 

La procesión de este día se llamaba del Santo Entierro, donde "la cama" ó Cristo yacente era escoltado y acompañado por todos los vecinos portando velas.

 

Al término de esta procesión, se entraba en la iglesia y tenía lugar el "Sermón de la Bofetada" en el que el párroco se dirigía a los feligreses antes de que estos se recogieran en sus casas.

 

Durante toda la noche había que "hacer la vela", lo que consistía en que los miembros de la cofradía del Santísimo, velaban durante toda la noche a "la cama", lo hacían por turnos, que eran asignados por dicha cofradía.

 

 

SABADO DE GLORIA:

 

Por la mañana, y antes de las 12 (hora en que las campanas comenzaban a tocar), la muchachas acudían a la Iglesia con recipientes, generalmente lecheras, para recibir agua bendita, que se utilizaba para bendecir las casas, ungir a moribundos u otros destinos parecidos.

 

A las doce del mediodía, la Iglesia, que había permanecido en penumbra, se ilumina, se descubren los altares que se ocultaron y comienzan a tocar las campanas.

 

En la noche era el momento de celebrar la Misa de Gloria.

 

DOMINGO: MAÑANA DE PASCUA

 

Las calles y plazas amanecen adornadas con "mayos" ó chopos y ramas de higuera (si no disponían de mayo que ofrecer a la novia) que los quintos de ese año han colocado en lugares de costumbre y en las puertas o ventanas de las mozas a las que cortejan. También constan estos adornos de trigo colgado de "mayo" a "mayo" acompañados de carteles haciendo referencia a personas o hechos acontecidos durante el año.

 

En esta mañana se celebra la "procesión del Encuentro", a la que asisten, por un lado los hombres, que acompañan a Jesús resucitado, por otro, las mujeres, que acompañan a María, su madre. La virgen María va cubierta de un velo negro que se cae cuando se encuentra con su hijo, momento en que se disparaban salvas y se quemaba una traca, para manifestar la alegría de dicho encuentro.

 

Los quintos asisten a esta procesión con sus mejores galas, es el momento de demostrar que la sociedad puede contar con ellos como personas adultas.

DOMINGO DE LA SOLEDAD:

 

Es el domingo siguiente al de Pascua de Resurrección. El párroco junto con los cofrades de "La Soledad", visitan a los enfermos para llevarles la "comunión".

 

Volver al Ïndice