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"Fuentes de Ebro: La Mirada de un Siglo"

Exposición de fotografías recuperadas del siglo XX                                                                                 (S.C.I.F.E)

QUINTOS

 

RONDA DE QUINTOS

 

Una actividad esperada durante el año, era la Ronda de Quintos en la cual además de que los quintos de ese año participaban todos los vecinos, ya que aquellos rondaban toda una semana, de sábado a sábado. Llenaban sus guitarras de tortas, las cuales repartían entre la chiquillería que les acompañaba arremolinándose a su alrededor, organizaban bailes y cantaban por las calles.

 

La ronda comenzaba por la mañana, comían todos en una misma casa (casa de la quinta, que pertenecía a uno de los quintos, y de la cual se ponía a disposición de la quinta, porque tenía espacio y porque había mujeres que podían ayudar, ya que el período de la quinta se extendía a toda la semana.

"Respecto a las comidas se compraban unos corderos, antes reses "machonas" (que no parían) después cambiaron a corderos, y si hacían corto a buscar otra vez. Y se comía

carne a la brasa; vino, anís, coñac,..."

 

Generalmente la rondalla salía de allí y comían tortas en diferentes casas de quintos. Se realizaba un recorrido marcado por la distribución de las casas. Las madres y hermanas de los quintos preparaban empanadas, rosquillas, madalenas, y en alguna casa mantecados.

 

Aunque también hacían baile y cantaban en los lugares donde las modistas y mozas se reunían para coser, y por la noche nuevamente la vuelta al pueblo, luego a bailar a la casa en la que comían.

 

En la casa después de cenar venían las madres y hermanas de los quintos y hacíamos juegos.

 

El juego del mazapán: Uno se fingía enfermo, y se preparaba en una mesa una cama; también se depositaba en un orinal un mazapán con vino y se dejaba bajo la cama; entonces el enfermo con mantas fingía hacer sus necesidades, y al sacarlo las mujeres "querían devolver y todo".

 

El juego del herrero: "Uno salía con un mayo y el otro con un martillo y una sartén con alcohol encendido. Apagaban las luces; uno llevaba la camisa corta y enseñaba todo, entonces había que ponerse en las puertas porque las mujeres querían marcharse".

 

Los quintos entrantes pedían permiso a los salientes para comenzar su ronda y a veces se producían algunas riñas o reyertas entre ellos.

Las novias de los "tañadores", que eran los que tocaban algún instrumento, les preparaban unas escarapelas con cintas y moñas (cosidas por "la Sebastiana"), espejos, caras de la novia o caras pintadas (Dª. Amanda), que después estos les regalaban a ellas.

 

La banda de música tenía un jefe, al que todos obedecían para ir en orden, o de lo contrario pagaban con dinero o recibiendo algún correazo. Los tocadores se colocaban en el centro y los demás a su alrededor a cantar y bailar. Este jefe era a su vez, quien llevaba el dinero de los quintos, y quien ordenaba en los bares que no sacaran más bebida de la acordada.

 

Si los quintos en sus rondas causaban algún daño en el vecindario, eran castigados con servicios a la comunidad, que podían "guardarse" para cuando fuera necesario (cuando nevaba, a limpiar las calles ó algo por el estilo).

 

Su recorrido era: Desde la puerta de la "Cepa", subir por la farmacia vieja, pasar por la Morería, Trinque y nuevamente a la puerta de la "Cepa". Después del recorrido de costumbre, se recorría todo el pueblo.

 

Otros informantes hablan de otro recorrido: Se paraba a templar las guitarras en el Trinque, Morería, Santa Cruz, Trallero, San Blas, Mayor. Después se cantaba también en las cuatro esquinas, en la puerta de Subías y en la Plaza de la Iglesia. Esa ronda era después de la quinta, o en las fiestas o cuando una cuadrilla se juntaba.

 

Como ejemplo de algunas jotas y canciones que la Ronda cantaba, citaremos unos ejemplos:

 

 

"Calle de la Morería,

calle de las alcahuetas,

no pasa perro ni gato,

que no salgan a la puerta".

 

"En esta calle que entramos

hay barro y no ha llovido,

son lágrimas de una moza

que con su novio a reñido".

 

"Si me diste calabaza,

me la comí con pan tierno,

más vale una calabaza

que un amor sin gobierno".

 

"Las mocicas del Portal

y las del barrio bajero,

se acuestan con las gallinas

y van llenas de piojuelo".

 

"Estas son las cuatro esquinas

y las cuatro son de acero,

voy a entrar y no me dejan,

voy a salir y no puedo".

 

"Le daría una peseta

a esa que está en la ventana,

le daría una peseta

pa que me cosa el botón

que me falta en la bragueta".

 

"Por el trinque abajo va

una cordera sin madre,

si no me la quita Dios,

ya no me la quita nadie".

 

"Esta noche va a salir

la ronda de la alpargata,

si sale la del zapato

armaremos zaragata".

 

"Esta noche rondan pollos

porque los gallos no están,

en cuanto salgan los gallos,

los pollos se acostarán".

 

"Si te buscas novia en Fuentes,

búscatela entre semana,

que la mujer en domingo,

hasta la más cochina se lava".

 

"Diecisiete mondongueras,

una falta pa’ dieciocho,

la que lleva la bandera

es la señora del "poyo",

desde un día que mi abuelo

le dijo: "bigotudica",

cuando pasan a su lado

se pone coloradica".

 

"Una moza muy bonita del nº. 18,

a un amante que tenía,

le estaba enseñando el cho-to

de una cabra que tenía".

 

"En esta calle que entramos

hay una "pelicustriana",

que tiene los codos rotos

de asomarse a la ventana".

 

"No te busques novia en Fuentes,

ni te cases en Rodén,

ni compres burro en Mediana

que te joderán los tres".

 

"Yo me enamoré del aire

de una rubia panadera

y con el aire del horno

se está volviendo morena".

 

" Salieras de la iglesia,

Al santo harás sufrir,

Uno por querer entrar

Otros por querer sufrir.

 

- Yo me tengo que comprar

Un tragico naranjero

Para matar a las mozas

Que vienen en Rabalero.

 

- Quisiera ser la enredadera

Que sube por tu ventana

Para hacerte cuando te asomas

Cosquillicas en la cara.

 

 

Generalmente todas las coplas tenían el mismo toque. Hay que tener en cuenta que muchos quintos no tenían conocimientos musicales, simplemente dos o tres semanas antes de quintar se reunían con los músicos del pueblo para aprender un poco de guitarra, guitarro, clarinete, pandera, etc. Al más pequeño de la quinta tradicionalmente se le daban los "hierros", el triángulo.

 

Las coplas se caracterizan por jugar con el doble sentido. Muchas de ellas surgían de críticas, rumores, relaciones que ni siquiera comenzaban, etc.

 

 

 

LOS MAYOS

 

Tradición que ha perdurado a lo largo de los años es la de los mayos. Los quintos ponían cuatro en la plaza del ayuntamiento, dos en la puerta de la iglesia, y otros cuatro en la plaza de la iglesia. También se ponían en la plaza Abenia (Francisco Cuenca), al alcalde, a las novias de los quintos...

 

"También se enramaba algún carro. En la calle mayor se decoraba con forraje, ahí no se pedía permiso, se cogía un fajo y allí se acudía con cuerdas de empacar; carteles alusivos a los quintos y a las quintas. El forraje iba a las costillas".

 

Los chopos no se robaban, ya se sabía donde había que cogerlos a la mejana o a fincas particulares. Los chopos pesaban mucho, era necesario trece o catorce quintos para poder trabajarlos (no como ahora); se cortaban de día, y se colocaban de noche

Además de la Ronda el día de sábado santo se iban a cortar los mayos (se apalabraba- y después se les daba al amo la leña) y se colocaban por la noche. (El tío Remacha, le cortaban los chopos). Después de una semana puestos, se advertía a los quintos que debían quitarlos.

 

"Alguno de la quinta se disfrazaba pero no era obligación. Era cuestión de la inventiva de cada uno. También se adornaban los carros, se enramaban pero si querían los quintos pero no creaba obligación a la quinta siguiente".

 

Otra obligación de los quintos era sacar a San Juan en las procesiones de Jueves santo y Viernes santo. Al santo le ponía naranjas la "tía Barquera", y después de la procesión los quintos se las comían.

 

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