La participación en la hoguera aportando leña, significa el elevar por medio del fuego las plegarias de los fieles hasta el cielo, lugar donde siempre han residido los dioses. Desde tiempo inmemorial se han venido celebrando fiestas en torno al fuego y a la hoguera, danzando alrededor de ella o saltando sobre ella, estando su origen en una etapa muy anterior al cristianismo. En algunos pueblos del alto Aragón a la mañana siguiente de encender la hoguera, se llevan las brasas a su casa, quizás relacionado con el fuego sagrado del hogar al que rindieron culto los romanos.

La purificación del fuego debe interpretarse en dos sentidos, en el material; limpiando la casa de muebles viejos y desechos que se arrojaban al fuego, y en el espiritual, limpiando el aire de malos espíritus.

Desde muy antiguo los campesinos, tenían la costumbre de encender hogueras algunos días concretos del año y de bailar a su alrededor, siendo las épocas del año mas propicias en primavera y verano, aunque en ciertas religiones las encienden a finales del otoño y durante el invierno, particularmente en la vigilia de Todos los Santos, Navidad y la vigilia de la Epifanía.

Celebraciones de hogueras las hay de quintos y de casados que suelen ser en mes de enero, de mujeres, para Santa Águeda, de calles y de vecinos, que suelen ser para el Pilar y en algún caso de niños.

Las hogueras se encendían sobre todo en las vísperas de las fiestas independientemente de las estación en la que se celebrasen, sobre todo la víspera de las fiestas que conforman el ciclo de invierno. En primavera se produce una pausa en los fuegos salvo para San Isidro, hasta la noche de San Juan o San Pedro que vuelven a iniciarse. Después se encienden otras hogueras como las de San Roque y el Pilar... y de nuevo se cierra el ciclo hasta que llega el frío de Diciembre.

Comúnmente se recogía leña por las casas o se subía al monte para cortarla, una vez encendidas, las hogueras eran el centro de reuniones y a su alrededor las gentes conversaban, cantaban y bailaban en rueda, siendo en todo momento la hoguera y el fuego los protagonistas de la fiesta. Además de la leña las hogueras reciben bien todo tipo de objetos, aperos, arados, papeles... ya que quemando lo viejo y obsoleto a la vez que impuro se busca la purificación material del pueblo.

Existen diferentes tipos de modalidades de hogueras, las que se encienden en la Plaza de la Iglesia o la Plaza Mayor de la localidad que suelen coincidir con las fiestas patronales o celebraciones sosticiales o las hogueras que se encienden en los barrios o calles, estas suelen llevar el nombre del santo. Otra manera de levantar una hoguera es como lo hacen en los pueblos del Maestrazgo: arman la hoguera con roble y la visten con leña bajera, dotándola de una puerta de entrada y otra de salida, lo que debe representar una choza o barraca (sirviendo de refugio a San Antón dentro de las escenificaciones de la Sanantonada de Mirambel.

Toda hoguera requiere de tierra firme en su base, hoy en día esto dificulta la continuidad de las hogueras en tiempo haciéndolas desaparecer o desplazándolas de su lugar, ya que muchas calles están asfaltadas, en la actualidad, es práctica común, el aporte previo de tierra a las plazas y calles para el desarrollo de las hogueras..