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Santa Cruz de Moncayo. La cultura del Barro                                ASOMO. Acebo. J.M. Larraz. Chema Roc

Los Materiales

Arcilla

El Adobe

Basta echar un vistazo al territorio del municipio de Santa Cruz de Moncayo para comprender por qué el barro es material fundamental en su historia. El extremo más occidental del monte denominado la Diezma o la Ciezma, junto con sus aledaños, son todos de arcilla.

Tarazona, Grisel y el mismo Santa Cruz de Moncayo han utilizado sistemáticamente este recurso que la naturaleza brindaba. Los diversos elementos de la vida cotidiana: desde un puchero a un embudo pasando por una tubería de barro eran realizados en época Contemporánea en Santa Cruz de Moncayo.

Santa Cruz, ha explotado canteras como la denominada del tejar o la Ciezma, por la proximidad de éste o las del Cabezo del Árbol, estas ya para alfarería, todas en la zona de la Arquilla. Otros topónimos como Farné o Forné, en las proximidades del pueblo completarían este pasado reciente de Santa Cruz vinculado a la arcilla y la alfarería.

Si el material básico del que estamos hablando estaba en el paisaje, la técnica para trabajar con él vino de la mano, aunque conocida antes fundamentalmente, de los musulmanes.

Sabemos, desde el siglo XVII, a través de los censos de Aytona, de la existencia de musulmanes en Santa Cruz de Moncayo, eran la totalidad de su población.

El edicto de los Duques de Villahermosa, este ya de mediados del siglo XVII, nos hablaba de la necesidad de alfareros y gentes que pusieran en marcha los hornos tejeros.

La expulsión había hecho mella en nuestra localidad pero las técnicas que estos artesanos habían creado tuvieron continuidad. Así lo atestiguan los diez hornos alfareros de la localidad en el siglo XIX y los dos vinculados a la fabricación de ladrillo y teja de la misma época.

El siglo XX, con la incorporación de materiales modernos que sustituyeron al barro, asistió a la desaparición de los últimos alfareros: Lorenzo de Val y Escolástico de Val y con ellos, un poco después, los últimos fabricantes de ladrillo y teja tradicionales.

Mientras toda esta historia iba ocurriendo diversas técnicas constructivas y elementos fueron incorporándose al paisaje urbano y rural de Santa Cruz de Moncayo. Así el adobe o las adobas, el tapial y el ladrillo fueron incorporándose al paisaje arquitectónico.

Así surgió el adobe o las adobas. Barro tomado de esas canteras que hemos comentado, mezclado con agua y paja y dejado secar al sol. Habitualmente, con unas medidas equivalentes al doble de largo que de ancho, nos aparece en edificios como el pajar del Pilar, en su fachada, en el Molino de la Arquilla en el medianil de uno de sus cuartos inferiores o en la Torre de Cavero en lo que era el interior del pajar construido junto a la citada torre.

Otro edificio en los que aparece este material es en el tejar viejo, concretamente en su obrador y en los hornos conjuntos a ellos, recubriendo así de barro el interior de estos obradores de teja.

Así el adobe es utilizado para reforzar muros medianiles, para sobreelevar edificios realizados en tapial o en mampostería o para levantarlos nuevos. En cualquier caso, parece estar más indicado para edificaciones vinculadas a trabajos agrícolas, o al trabajo en general, en el exterior del casco urbano más que en él mismo.

El Tapial  

El tapial, técnica basada en utilizar un encofrado de madera dentro del cuál se deposita barro 

y paja hasta que se secan al sol, es una técnica muy utilizada siendo todavía posible realizarla gracias a albañiles como J. J. Garza y otros.

Puede aparecer sobre una base de mampuesto, como en el pajar de la Calle Mayor nš 31, haciendo las veces de fachada tomando una forma evidentemente rectangular en función de las tablas utilizadas en el encofrado.

Las fachadas de diversas viviendas también utilizan el tapial como elemento constructivo básico. La Calle Alta en su numero 14 responde al mismo prototipo. En ambos casos encontramos que suele mezclarse con mampuesto, ladrillo y llevan restos los muros de azulete.

El Ladrillo

El ladrillo es el elemento emblema de los sistemas constructivos en cuanto a viviendas, en Santa Cruz de Moncayo. El barro amasado, enmarcado, cocido y unido a otros, a través de masadas de agua, cal y arena, constituye un nuevo sistema constructivo.

Puede aparecer a soga o tizón y suele tener como medidas el doble de largo que de ancho. Nos puede aparecer fachadas de ladrillo en su totalidad como es el caso de la Calle Mayor nš46, en la denominada Oficina, o en la Calle del Centro en la Denominada del Curato.

Lo más habitual es su presencia en las esquinas de los diversos edificios reforzando su estructura. También en ventanas y puertas. En estos últimos casos el alfeizar o el dintel aparecen completamente enladrillados.

Puede combinarse, al igual que lo hace en su Iglesia, el ladrillo y el mampuesto formando unas curiosas esquinas dónde se alterna hilera de ladrillo, muro de mampuesto, hilera de ladrillo.

Hemos localizado, en las antiguas escuelas o Ayuntamiento antiguo, casos similares a los de Torre Cavero, en el cual se llega a realizar muros con este sistema: hileras de ladrillo que crean una retícula ortogonal y en su interior se rellena de mampuesto.

Pilares internos están realizados en ladrillo y soportan parte de la estructura de la casa. Forman dinteles y alféizares o suelos que nos recuerdan las antiguas rejolas.

El suelo aparece enladrillado en los diversos escalones de las escaleras, como en la casa del curato, en suelos de cocinas y estancias como en la calle del Centro nš 7 o en las falsas que dan al tejado como en la Casa de Turismo Rural " El Mirador".

Finalmente, dónde el ladrillo alcanza vuelo y se nos muestra jugando con la historia es en los aleros. Existen ejemplos simples: sobre el muro de la fachada se disponen a soga diversos ladrillos, encima otros, a tizón, de manera que comienzan a sobresalir, a continuación las tejas, primero la cóncava, luego la convexa.

A partir de este modelo las variantes son diversas, en vez de ladrillo a tizón nos podemos encontrar con que toma una disposición acodada, doble acodada o con dos hileras de ladrillo, presentados en forma de esquina o codo asemejando enjambres y con la estructura de soga y tizón repetida.

El ladrillo crea así una estructura sólida que mantiene en pie la casa, si todo es fachada, combinada con el mampuesto en ocasiones, o en los pilares de la edificación, o finalmente en los vanos. Juega con las luces y las sombras creando con ello ritmos y generan sus aleros alternancias cromáticas arcillosos en el conjunto del edificio.

Por otro lado su capacidad de conservar el calor permite un mayor aislamiento térmico tanto en verano como invierno con los consecuentes ahorros energéticos: en los tiempos pasados y en la actualidad.

Permite además, crear vanos de mayor tamaño en puertas y ventanas que mejoren la funcionalidad y la iluminación de la edificación. Encaja perfectamente en un sistema arquitrabado y adintelado de las edificaciones populares.

Mampostería

Es la obra de albañilería realizada con piedras, sin un orden preestablecido y unidas todas ellas por argamasa de agua, cal y arena. La estructura geológica y la escasa dimensión del término de Santa Cruz hace que la piedra no sea abundante comparativamente, la excepción, sería el término de La Pedrera.

Aprovechan en Santa Cruz de Moncayo los escalones naturales del terreno para apoyar en ellos las casas, cinchándolas en su perímetro. Sobre ese perímetro de piedra se levanta, en ladrillo o tapial, el resto de la edificación.

No obstante, la mayor parte de las edificaciones tienen una base en mampuesto que ayudan a reforzar la estructura del edificio. Así podemos ver en los bagos entre la Calle Mayor nš 36 y la Calle del Centro, pero también en la Calle Alta nš 7, esos perímetros de piedra que cinchan el edificio.

En la Calle Alta, debido a la presencia del castillo a un nivel superior, hemos localizado diversas piedras procedentes de la fortificación, concretamente en el nš 11. Son de mayor tamaño que las utilizadas en las construcciones populares.

Todas, geológicamente hablando son calizas con algún conglomerado. En el acceso a esta Calle Alta, por el Oeste, aparecen los diversos espacios hundidos que también nos dan pistas de la utilización de mampuesto en la base de los edificios.

Finalmente bajo el Castillo aparecen de nuevo restos de fortificación en el anexo de la Casa de Turismo Rural "El Mirador". La salida de la calle Alta por el Este vuelve a utilizar masivamente el ladrillo.

La utilización del mampuesto combinado con el ladrillo se utiliza para viviendas mayoritariamente, es por ello que, al ocupar el sector inferior de la casa, las diversas cuadras están realizadas en sus muros perimetrales en este material.

Otras edificaciones como casetas agrícolas, las localizadas en el Sotillo o en los barrancos de la zona de las Cañadas, también aprovechan los desniveles del terreno para levantar sus edificaciones en mampuesto y argamasa.

La caseta de Amperosa, en el término del mismo nombre, mejor conservada de las localizadas en término de Santa Cruz, posee una base de mampuesto rectangular, sobre la que se ha sobreelevado con ladrillo el tejado.

Diversos corrales en el Oturo o en la Calle Mayor responden a los mismas técnicas constructivas. Mam-puesto exterior, tapial en subdivisiones inte-riores.

Finalmente también se realizan pilares de mampuesto. Las edifi-caciones en que aparecen son de adobes como en el Pajar del Pilar, lugar en que aparecen, dos de ellos en cada uno de los lados cortos del rectángulo de su planta, embutidos en la fachada, ayudando a sostener el tejado.

 La caseta de las Amperosas posee similar solución, destacando la curiosa bicromía creada entre el pilar de mampuesto, que si aparece recubierto en parte por lo menos de yeso blanco, y el pilar de ladrillo continuación del otro, que realizaron en un recrecimiento, que no se pinta dejando el ladrillo al aire.

Elementos vegetales: rollos y cañizos

Apenas existe superficie arbolada, que no sean olivos o almendros, en término de Santa Cruz. Quedan restos de diversas choperas en la zona del Sotillo o en las Cañadas y Carratorrellas.

A través del estudio de F. Rivas o del mapa del archivo de la Catedral de Tarazona, podemos saber de la presencia de encinares en el término de la Diezma. Quizás las edificaciones más antiguas poseían este tipo de madera.

Los elementos lígneos de las edificaciones populares de Santa Cruz se concentran en los techos, un forjado de madera, realizado con rollos, en su mayoría de chopo, configuran un cubierto que mezclado con cañas, barro y vueltas de yeso soporta el piso superior de la edificación. Sobre el suelo superior a elegir: ladrillo o baldosa hidráulica.

En el caso del techo de la falsa, nos encontramos con una viga de madera fundamental, llamada caballón, sobre la que descansan los pares de rollos, en caso de hablar de un edificio de doble vertiente.

El citado caballón apoya sobre dos o tres pilares, en caso que haya uno central, que suelen ser de ladrillo o mampuesto. Yeso, cañizo, tierra y teja completan el tejado. Así ocurre en el antiguo Ayuntamiento de la localidad o en la peña de los Magüis en la Calle Alta nš 31.

Los aleros nos ofrecen otra solución arquitectónica cuya base son los rollos de madera del tejado que sobresalen del rafe.

 Sobre ellos, en la parte que excede los muros de la fachada de la casa y que, aéreamente se mete en la calle perpendicularmente a ella, entre rollo y rollo, se colocan tablas o cañizos en paralelo a la misma calle. Sobre ellos, los consabidos barro y teja.

No obstante no hay que olvidar la aparición de la madera en los dinteles de las puertas o las ventanas, como en la Calle Alta nš 27 o en el pajar de la Calle Mayor nš 31.

Finalmente aparecen maderas ayudando al muro a tener más consistencia, sobretodo en los tramos de las escaleras. Así ocurre en el Molino harinero de la Arquilla, una viga de madera va desde el último escalón, que ya permite el acceso a la falsa, hasta el dintel de la puerta del piso inferior.

Se crea con un ello un refuerzo para el muro y por otro lado se configura un triángulo rectángulo, en el cual, un cateto es el dintel de la puerta, otro la base del suelo del piso superior y finalmente el tramo de escaleras es la hipotenusa.

En el casco urbano, entre el número 38, encontramos un muro medianil visible, por ser un bago el terreno colindante, a parte de la superposición de materiales como mampuesto y ladrillo, aparecen maderos utilizados como refuerzos en el mismo muro.

Los medianiles que aparecen como anexos a cuadras también pueden tener incorporados elementos lígneos. Diversos cañizos junto a maderos y cubierto todo de yeso son utilizados como separación de estancias.

Generalmente se usan allí donde no se quiere añadir peso pero se necesita una compartimentación, fruto por ejemplo de cambios en la propiedad del edificio tras una herencia de padres a hijos con las consiguientes compartimentaciones o sitios, como citan los libros de amillaramiento.

 

Una pared medianil de este tipo aparece junto a las cuadras, en la calle del Centro nš 7.

La madera aparece también en puertas y ventanas. Lo más habitual, la puerta de doble hoja, horizontal que servía de acceso a las caballerías. Las ventanas que han llegado hasta nosotros son de doble hoja, verticales y compartimentadas en cuatro o seis espacios.

Las más antiguas, sin embargo, más pequeñas para impedir el paso del frío, suelen tener una hoja.

Dentro de la misma ventana suele abrirse un ventanuco que permite el paso mínimo de la luz y la salida mínima de luz.

Los cañizos, entrecruzados, realizados por gitanos en algunos casos, solían localizarse en los suelos, sobre el forjado de madera o en el techo de las falsas. Existen casos así por ejemplo en el Molino Harinero de las Arquillas, tanto en el suelo de la cocina como en su falsa.

Como hemos citado, un poco más arriba, también se utilizaban medianiles entre cuartos, cuando se deseaba que pesaran poco y combinados con rollos de madera y yeso blanco.

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