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Cuestionario básico para la investigación etnográfica en ARAGÓN.                                                                              Manuel Benito Moliner

INTRODUCCIÓN

Mucho tiempo y muchas cosas han pasado desde que ideé este cuestionario. Los que nos dedicamos a las tareas etnográficas desde hace años, somos también salvaguarda de una memoria colectiva que va menguando diariamente. Cuántas veces he regresado a un pueblo y pedido a un abuelo que me contara una leyenda, una costumbre y ya no se acordaba, ni él ni nadie. Sólo referencias, vagas ideas sobre la cuestión, pero ya no había más certeza que la anotada en mi viejo cuaderno de campo.

Este nuevo rol del encuestador etnográfico, nos lleva a tomar todas las medidas posibles para preservar los datos con un cierto rigor. Digo cierto, nada más, porque los medios más contundentes como el vídeo resultan coercitivos para el encuestado, y caros para nosotros. Hay que usar grabadora y antes de usarla preparar al/los encuestado/s/, para que su presencia no les coarte. Por ejemplo: quejándonos de nuestra mala memoria, que nos obliga a grabar las conversaciones, porque todo se nos olvida. Siempre en un tono relajado que nos permita una fluida relación.

Para aumentar la comunicación con los encuestados, o aminorar los preámbulos, es necesario contactar previamente con alguien de la localidad, asociación o institución que nos presentará e introducirá en el medio a explorar.

El trabajo que aquí presento es fruto de varias lecturas y experiencias. Entre las primeras destaca el ineludible CUESTIONARIO de Bariandarán, y una obra un tanto rara -por lo difícil de encontrar- titulada Guía para el estudio de la Cultura Popular. Sus autores son los profesores valencianos: J. San Valero, P. García y M. Gonzalo. Esta es un buen contrapunto a la obra clásica de Bariandarán, pues supone una visión más antropológica y acorde con estos tiempos, en los que la memoria colectiva está al borde de la amnesia.

Mis experiencias, como las de casi todos los que nos dedicamos a esto, parten de una formación universitaria que poco tienen que ver con la etnografía y aún menos con el trabajo de campo. Este se inicia de un conocimiento previo casual, seguido de una curiosidad que siempre lleva a los arquetipos, y estos a una mayor curiosidad. La pescadilla que se muerde la cola. No teniendo ninguna pauta para recoger información hube de crearla y de este proceso de elaboración ha resultado este cuestionario.

Como se verá, las preguntas son básicas para cada área. He intentado recoger lo fundamental, incluyendo secciones como la bioantropología que me parecen necesarias para cualquier recogida de datos. No podemos hacer el esfuerzo de realizar una serie de encuestas sin que estas sirvan para acumular el mayor número de información posible. Aunque no sirva para nuestro objeto de investigación, hemos de pensar en los que vendrán detrás y carecerán de la posibilidad de acceder a esa información.

Los tiempos verbales empleados a lo largo del trabajo, van del presente al pasado, esto que puede parecer un tanto caótico se hace así para reflejar la triste realidad del trabajo etnográfico en la actualidad: no sabemos si lo que fue ayer, será hoy. Un ritual pudo celebrarse el año anterior, pero eso no quiere decir que se repita este año. Una fiesta que se hizo hasta hace diez años, podrá volver a recuperarse -aquí el etnógrafo puede jugar un papel importante para concienciar a las gentes y motivarlas, con el fin de ayudar a reivindicar las señas de identidad.

Al comienzo se incluye una recomendación con el fin de elaborar un mapa, imprescindible en cualquier labor de búsqueda. Se incluyen una serie de símbolos a modo de sugerencia, pues hoy, con todo el sistema informático, estas propuestas habrán quedado obsoletas.

Al final se añade un cuestionario resumido, más fácil de aplicar, para aquellos que tengan prisa, se estén iniciando o hayan elegido un espacio geográfico demasiado amplio para prospectar pausadamente. No es nada recomendable utilizar esta vía resumida, pero la experiencia nos hace ser cautos, valiendo más ofrecer herramientas manejables, que no empujar a la deserción a los pocos investigadores que se acercan al campo de la etnografía.

El presente cuestionario lleva ya un rodaje, gracias a los miembros del Instituto Aragonés de Antropología, en cuyo seno lo realicé. Se ha aplicado por diversas pueblos aragoneses y los resultados han sido satisfactorios. Fruto de estas aplicaciones, son algunas de las correcciones realizadas para una mejor comprensión. Por ello el autor sigue abierto a todo tipo de sugerencias y a subsanar las posibles deficiencias que los investigadores puedan hallar en su manejo.

Para terminar, como suele ser preceptivo en cualquier introducción, pedir disculpas por los errores cometidos, que no serán pocos. Sirva como excusa el hecho de que este cuestionario es el primero que se hace en Aragón y no se ha podido basar en otras experiencias, efectuadas en esta Comunidad, que las propias. El único deseo es que pueda ser útil y que pronto pueda ser superado por otro que tenga una autoría más amplia, para incorporar mayores conocimientos.

                                                                                              El autor

 

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