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 LOS BUREOS. (reuniones festivas en las masadas)                                                                                           Rosa Palomar Ros    

III- OTROS BUREOS,

 

En este capítulo tratará del término ''bureo' en su sentido más amplio, estudiando aquellas reuniones también calificadas como bureo, pero que carecían de la importancia social de los ya estudiados. Tendrían todos ellos en común el agrupar a una serie dé gente con ganas de divertirse o, simplemente reunir en una masada, a un número de personas superior a lo normal, que organizaban actividades de relación,

 

1. Los bureos propiamente dichos en el pueblo.

Después de la guerra, los bureos no se preparaban tan concienzudamente, sino que, por lo general, empezaban con una reun16n en una casa para jugar, por ejemplo, a cartas y acababa en juerga y baile. Esto ocurría entre los masoveros que ya vivían definitivamente en el pueblo y que conservaban el espíritu del bureo. Una vez entonados formaban una rondalla e iban al pueblo. Digo "iban" porque los masoveros que habitaban en el pueblo vivían en los barrios de las afueras, conservando muchas de las costumbres de las masadas, y se trasladaban al centro del pueblo, donde acababan la juerga, acompañados en la mayoría de las ocasiones por los que allí encontraban.

Era en Carnaval cuando ese espíritu de fiesta se despertaba más intensamente. Empezaban en una casa de algún barrio a disfrazarse y después entraban en el baile del pueblo, en que en muchas ocasiones no conseguían descubrir quienes eran, pero producían gran revuelo y alboroto entre los allí presentes.

 

2. Escorfeo o esbojao.

El escorfeo o "esbojau" se hacía en otoño. Consistía en quitar la escorfa u hojas que envuelven a la panoja, que, una vez escaldadas, se usaban como forraje para los animales. Esa actividad era un motivo de reunión social, pues todos los de una masada se reunían en una casa y se hacía rotativo.

Esa reunión tenía sus motivos de diversión. Cuando salía una mazorca "roya" los mozos daban un beso a las mozas o intentaban darlo. Algunas se dejaban, otras se escondían tímidamente para no ser alcanzadas. Cuando salían granos negros se decía "que corra el pizco". Y se "pizcaban". Otras veces lanzaban panojas contra las teas y candiles para que se apagasen y así magrearse.

Se hacían normalmente por la noche, hacia las 9. Se comía tartas con nueces, miel e higos, dependiendo de la abundancia y de lo que se tuviese en casa. También se bebía aguardiente y anís. Se realizaban bromas, siendo la típica poner "pebrera" caliente en algún lugar escondido y picaba y entraban ganas de orinar, pero como previamente hablan cerrado las puertas, nadie podía salir a hacer sus necesidades. Otra broma consistía en poner torvisco (arbusto cuyas flores tienen un polvillo amarillo) en la comida, produciendo descomposición. Una tercera era poner en una lata los restos de los cascos de la caballería que quedaban después de herrarlas y cortar con el pujavante. Producía un olor fortísimo y escozor en los ojos.

Sí entre los asistentes había algún músico, se improvisaba un baile que duraba hasta altas horas de la madrugada.

 

3. Fiesta de los quintos,,

Esta fiesta la explica muy bien Julio Monzón Royo en su libro Teruel: tradiciones, gentes y costumbres. Aquí sólo comentaré el bureo que, como consecuencia de esta fiesta, se organizaba en las masadas.

 

Para prepararla se reunían tanto los quintos de las masadas como los del pueblo, hecho que no ocurría muy a menudo. Durante todo el año tenían que recaudar fondos para poder sufragar los actos y fiestas a ellos encomendados en el pueblo, Por ese motivo iban de casa en casa recogiendo lo que la gente buenamente les concedía. También recorrían masada por masada, recibiendo donativos que se realizaban sobre todo en especie. Como las masadas distaban mucho entre sí a menudo pernoctaban en ellas. Si coincidía que había gente joven o alguien dispuesto a colaborar y pasarlo bien, improvisaban un bureo. Cenaban lo que les daban, o de lo que habían recogido, bailaban, se divertían y se iban 9. dormir al pajar. Y así hasta que visitaban todas las masadas unas ciento cincuenta en el término de Mora.

Lo que obtenían lo guardaban, si no se estropeaba, o vendían lo que habían recogido en especie, principalmente huevos, para comprar lo que hiciese falta el día de la fiesta, 24 de junio, San Juan, o para pagar el baileo, excepcionalmente si la recolecta lo permitía, un toro embolado, hecho que demostraba que la recaudación había sido muy buena,

 

4, Cazar las zorras.

Por marzo o abril los hombres y los muchachos iban a cazar la zorra. Aquel que lo conseguía la presentaba al ayuntamiento, donde cortaban el rabo al animal para que no la presentase otro cazador, y daban una gratificación al afortunado.

A continuación. rellenaba la zorra de paja y con el animal al hombro iba, después de cuatro o cinco días de haberla matado, por las masadas del término a recoger donativos ya que el cazador había liberado a todos de un peligro, tanto para ellos como para sus animales. Con lo que recogían, casi siempre en especie y, principalmente huevos, los cambiaban por varias cosas y, si habían acumulado suficiente, compraban un cordero, con lo que hacían buena cena y, a continuación bureo, es decir, baile y juegos.

 

5. El esquileo,

El esquileo se hacía en el mes de junio. Todos los barrios de la masada lo hacían al mismo tiempo. Empezaba en las masadas más bajas, por ser en las que hacía más calor, y a continuación en las más altas, que eran más frescas. Hacia el día 29 de ese mismo mes, se daba por finalizado este trabajo. los esquiladores salían a cobrar por todas las casas y ese día por la tarde se hacía una merienda con sardinetas y vino y, como no, bureo; o al menos así lo llamaban.

 

6. El matacerdo o matapuerco.

Al matacerdo se convidaba a todos los parientes, que colaborarían en todos los trabajos, desde la matanza has ta la elaboración de los embutidos y conservas. los chicos ayudarían en las tareas más sencillas o en los recados, y los mayores en todas

Este trabajo realizado en familia ofrecía momentos para hacer bromas, ya fuese con alguno de los procesos del embutido, sobre todo el "apretao" del embuchao, ya con los que se dedicaban. a las reconfortantes comidas, en las que se de gustaba algo del cerdo sacrificado.

Como la mayor parte de las actividades se realizaban en la cocina, era aquí también el lugar de las bromas. A veces tapaban las chimeneas con un saco y había tanto humo que la atmósfera se hacía irrespirable. Otras veces eran simples chistes los que ocasionaban las risas de los allí presentes.

Y voy a relatar una anécdota que me explicaron respecto al matapuerco.

En una casa hicieron un matapuerco. Asistieron, como es obvio, familiares de distintas masadas. la primera noche hicieron una buena cena y se quedaron casi todos a dormir. Pero estuvo nevando toda la noche y al levantarse, la nieve cubría más de la mitad de la puerta. De tal modo nevó, que los parientes se quedaron casi quince días y se comieron la mayor parte de la comida. la familia que organizó el matacerdo tuvo que comer sardinas la mayor parte del año.

 

6. Pascua

En Pascua es iba a pedir huevos por las casas y luego se repartían entre los más pobres para que pudieran hacerse una rosca. Por la tarde, se reunían todos en algún lugar amplio, comían la rosca y hacían bureo.

 

7. Las bodas.

Después del banquete nupcial, se solía hacer baile, al que acudía todo el pueblo, invitado o no (la verdad es que en general, casi todo el pueblo era invitado a cualquier boda, pues los lazos familiares en los pueblos se extendían muchísimo y casi todos estaban emparentados), siendo éste un momento considerado como un bureo, ya que también se hacían bromas, sobre todo a los recién desposados.

 

8. Otros,

El sentido más amplio, por no decir inverosímil, qué he encontrado de la palabra bureo se aplicaba a los velatorios.

Antiguamente, cuando alguien moría, todos, jóvenes, niños y mayores, asistían en casa del difunto a un velatorio, donde se rezaba el rosario, Como la asistencia era muy numerosa, la gente sé llevaba sillas de sus casas y se colocaban por la habitación del difunto, la cocina, la escalera, y la entrada, llegando incluso, hasta la calle.

Pues algunos opinan que los velatorios eran un motivo para el bureo, ya que, mientras los mayores velaban al difunto en la cocina y rezaban el rosario, los mozos y mozas se quedaban por las escaleras y aprovechaban, sobre todo los mozos, para magrear a las mozas y verles las pantorrillas.

Vemos aquí el carácter plenamente erótico que se daba a los bureos.

 

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