LOS BUREOS. (reuniones festivas en las masadas) Rosa Palomar Ros |
3.- Descripción de varios juegos
d) Juegos de esclarecimiento distensión entre bailes.
51. El enfermo. Cuatro participantes: un enfermo, un practicante, un médico y la dueña de la casa, En una casa han llamado al practicante porque el dueño está enfermo y no saben lo que tiene. El practicante lo va palpando: "¿le duele aquí? ¿allá?. Pues ¿que será, la cabeza, las muelas?" Como no encuentra la causa de la dolencia, decide llamar al médico. Cuando llega éste, manda que lo estiren en un banasto, en plan de camilla. Le pide a la dueña una "tovalla" de turdo buena. Y la dueña les da la mejor. Entonces lo desnudan para palparlo y le ponen el culo fuera del banasto. Después de palparlo todo, le tocan el culo: "Aquí, aquí es donde tiene el mal". Y con la toalla se lo limpian ante los gritos de la dueña que se enfada por haber usado su mejor toalla para eso. Todos se ríen del juego y, sobre todo, cuando ven al enfermo con el culo al aire.
52. Disfraz. Un hombre se vestía con dos camisas de lienzo; una se la ponía por las piernas a modo de pantalón y la otra por los, brazos, Como eran muy anchas, se llenaba la barriga con vencejos atados como para gavillar el trigo. Así quedaba el muñeco muy gordo. Empezaba a andar y dar vueltas, pero, de pronto, se paraba y empezaba a hacer contorsiones porque se encontraba muy mal. llamaban al practicante, que era de El Castellar y al médico, del que se decía que era de Formiche el Alto. Ambos decían, después de palparlo todo, que se encontraba muy mal, qué tenía muy mal el pulso y que no podían responder de él. la única solución era operarlo. El médico le pedía al practicante un cuchillo de matar a los cerdos. Cuando el médico lo tuvo, empezó a cortarle la barriga. la gente chillaba porque creía que le iban a hacer daño. A medida que cortaban, empezaba a salir paja y más paja. Al final el muchacho empezó a saltar y brincar porque ya estaba curado. Durante el juego, los tres llevaban careta de paño negro, ya que era lo normal durante los bailes de Carnaval.
53. Marionetas En un serón se escondía un personaje, que sólo asomaba los brazos y la cara. En cada brazo se le colocaba un vestido "majo" de niño pequeño. La cara se hacía con un cartón pintado. Otro tocaba el laúd y el del serón bailaba moviendo los brazos al compás de la música. "Era divino aquello, divino", me contaban mía informantes. |