INTRODUCCIÓN
Durante los años 60, la
Dirección General de Bellas Artes y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
llevó a cabo un proyecto de recuperación de material etnográfico, obtenido
fundamentalmente en los pueblos en vías de desaparición en la zona pirenaica.
La encomienda
recayó en el doctor Enrique Balcells Rocamón, que recorrió numerosos núcleos
despoblados o en vías de hacerlo recogiendo material etnográfico, entre 1963 y 1964.
Fueron rescatadas
959 piezas y almacenadas desde entonces en el Instituto Pirenaico de Ecología, ubicado en
Jaca (Huesca), centro perteneciente al CSIC. La colección se catalogó y numeró en 1989,
labor realizada por miembros de la Asociación Sancho Ramírez de Jaca, constando en el
Inventario General del CSIC de Bienes Histórico- Culturales, nº de inventario del CSIC
3.051 a 4006, ambos inclusive y CD-Rom de imágenes identificadas.
Lo inadecuado de
su almacenamiento en la capilla de Nuestra Señora de las Nieves, transformada en
almacén del Instituto Pirenaico de Ecología de Jaca, compartiendo espacio con la
Hemeroteca del Instituto, determinó la firma de un Convenio entre la Consejería de
Cultura y Turismo del Gobierno de Aragón y el CSIC, con fecha 28 de noviembre de 2001;
por dicho Convenio, el CSIC depositaba temporalmente los bienes etnográficos en un lugar
acordado con el Gobierno de Aragón, con la finalidad de conservarlos hasta su posterior
emplazamiento en un posible Museo en Jaca.
Posteriormente en
el año 2003 técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de
Aragón, con motivo del traslado de la colección a dependencias del mismo, efectuaron el
registro fotográfico digitalizado de las casi 1000 piezas. Fruto del mencionado registro
es este trabajo, consecuencia de una selección de piezas representativa de la amplitud y
variedad de la Colección.
Los bienes
etnográficos reunidos por el Dr. Balcells son variados, aunque todos ellos muestran y se
identifican con la vida tradicional del Pirineo: aperos agrícolas; útiles pastoriles y
ganaderos; herramientas de diversos oficios como carpintería, zapatería, farmacia,
afilador, el trabajo del cuero; aparejos de caballerías, pesos y medidas; útiles,
enseres y mobiliario del hogar, cerámica y alfarería; así como útiles de caza y un
número elevado de piezas de la artesanía textil, indumentaria, adorno y tejidos del
hogar.
Las piezas
presentan un estado de conservación diverso dependiendo del tipo de material, hay que
tener en cuenta que cuando se obtuvieron en 1963-64, no se efectuó ninguna labor de
limpieza, ni restauración, ni tampoco en años sucesivos. Lejos de ello se amontonaron
las piezas en el espacio eclesiástico del Instituto Pirenaico de Jaca, continuando así
su deterioro natural.
Los materiales
más afectados son la madera, el cuero, en menor medida los textiles, que se habían
guardado en arcones con naftalina. Mejor conservación, han tenido la alfarería y
cerámica, por las propias características del barro. Toda la colección precisaría una
intervención mínima de limpieza y, una parte de los materiales, incluso una
restauración, si se llegase a exponer o manejar.
Valorándola en su
totalidad podemos decir que hay unas cuantas piezas realmente notables por su
singularidad, que nos hacen recordar los dibujos de útiles pastoriles de Fritz Krüger en
su obra sobre Los Altos Pirineos, editada en los años 30, como pueden ser
alguna quesera, cuenco de pastor, cuerno, colodra, cañabla, etc. Es variada también la
presencia de enseres y útiles del hogar, en diversos materiales, como la forja del
hierro, la calderería del cobre, bronces y alfarería de agua, para contener líquidos (
vino, agua, aceites) y de fuego para cocinar o contener conservas y encurtidos. La madera
está también muy presente en numerosas enseres, como la serie de morteros y almireces,
también algunos en piedra, que nos dan idea de la riqueza tipológica de esta pieza.
Destacamos también los
útiles de las labores textiles: devanaderas, peines de cardar, husos, ruecas,
guardagujas, demoré, gramadera, esforacha, un telar desmontado
pues prácticamente
la Colección Balcells dispone de toda la serie evolutiva de instrumentos manuales y
mecánicos relacionados con el preparado hilado y el tejido de fibras animales y
vegetales (cáñamo, lino, lana)
Los tejidos y
elementos de adorno de la indumentaria femenina y masculina pirenaica, en su mayor parte
son ansotanos y están representados en todos sus elementos interiores y exteriores,
además se conservan casi todos en buen estado, salvo excepciones como la antigua capa;
completándose además con piezas del ajuar del hogar: mantas, paños o toallas.
Abundan los
útiles de laboratorio o de farmacia: objetos de vidrio y albarelos de cerámica en un
amplio muestrario. Notablemente representadas estan también las actividades y usos de la
madera, mediante herramientas forestales y de carpintería.
La casa pirenaica
puede entenderse mejor con algunos de los muebles que alberga esta colección: armarios,
cómodas, arcones, plateros, cuchareros, normalmente en madera, exponente del arte popular
o rústico. Atención especial merece algún arcón polícromado, destinados a guardar las
ropas del ajuar o de la casa. El mundo de las creencias puede entreverse en los adornos de
algunos elementos como la rasera de hierro con cruz central, las cuatrifolias de la
cañabla de madera, los motivos animales o florales de las parrillas de fuego, el
escapulario, las estampas religiosas o el singular almirez de hierro con dos asas de aro y
un enigmático rostro.
Enseres que nos
hablan de la cultura pirenaica, testigos ahora mudos de esa vida que late aún en las
montañas, transformada por los nuevos modos de vida y por lo cual es importante conocer.
Motivo que guía esta exposición virtual.
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