Volver al Índice

ADAHUESCA Y SU DESPOBLADO DE SEVIL                                                                         Manuel Benito Moliner

 

 SEVIL

HISTORIA Y DESCRIPCIÓN DE LOS INMUEBLES

I- Iglesia de Los Santos

No es descabellado pensar que se construyera aquí, (Un trabajo global, minucioso y con grandes aportaciones sobre el Sobrarbe en general y Sevil, en particular, que trata de estas materias: Arquitectura militar y religiosa... op. cit.) primero la torre que, al amparo del castillo de Sevil, serviría para controlar el paso al Valle de Rodellar, comunicándose visualmente con los castillos de Arraro y Naya. Más tarde, pacificada la zona (1065-1070), se incorporaría la iglesia, parroquial hasta finales del XIII.

La torre es de planta cuadrada construida con sillarejo y alguna hilada de sillar poco trabajado. Interiormente se ve lo irregular de su luz y por tanto de su edificación. Se ha desplomado la parte superior. La puerta no parece original en cuanto no presenta las dovelas mínimamente alineadas, pareciendo más bien, el entramado de la bóveda que se debió de practicar para dar acceso desde la nave, por lo que es posible que se entrara a ella mediante escala manual o de madera.

La iglesia, arruinada, presenta planta rectangular con ábside semicircular, orientado a duras penas. Fábrica de sillarejo sustentada al oeste y sur por talud que debió suponer unos seis metros de pared occidental, hasta tocar suelo. En el muro sur, y a la altura del umbral de la puerta, hallamos mechinales para apoyo de vigas de alguna construcción accesoria a los pies, donde quedan restos de la escalera pétrea, hoy en escombros, que salvaba los tres metros aproximadamente de desnivel que hay hasta la entrada. Esta aún conserva, labrado en un lateral, un rudimentario sistema de cierre para la desaparecida puerta de madera.

Más abajo encontraremos la conocida y evocadora cueva de la columna, refugio de pastores y perseguidos.

 

II- Iglesia del Cementerio o de San Valentín.

Poco menos de un siglo después de la anterior se construyó esta iglesuela, en la ladera del barranco que delimita al este el collado donde se asientan los restos del castillo. Debió de erigirse para atender a los colonos instalados junto a sus bancales de cultivo.

Nave rectangular alargada, de sillarejo y algún sillar. En general, los materiales están mejor trabajados que en la iglesia anterior. Remata la planta ábside semicircular de sillarejo. La puerta miró al norte, hacia el castillo que aún debía estar habitado.(Resulta antinatural, por la climatología, abrir una puerta al norte. Sin embargo esto sucede cuando hay una población cercana, que se quiere beneficiar de los efluvios positivos de iglesias y santuarios, situada a septentrión . Entonces las gentes abren la puerta de forma que los mire, que la tengan frente a frente. Ejemplos: Nuestra Sra. de la Esperanza (s.XII) en Clamosa, o en la misma parroquial de Adahuesca, como hemos visto.)

 

III- Mesón.

El edificio actual es básicamente del siglo XVIII, aunque se restauró o amplió en la primera mitad del XIX. Hace unos años le hicieron un lavado, al exterior, con cemento y un encalado alrededor de los vanos que le hicieron un lavado, al exterior con cemento y un encalado alrededor de los vanos que le confieren cierto aspecto de chalet.

En el interior destaca la primera planta de bóveda con cuadras y un hogar de campana. Otro hogar se hizo, más modernamente, en lo que fue capilla de San Abdón y San Senén, y es también de campana. La capilla se evidencia al exterior por una ventanita con dintel de pieza única y cruz grabada en el centro, que descansa sobre jamabas de un sólo elemento también, como el umbral que está rebajado semicircularmente en el centro.(En esta capilla creo que hubo unas pinturas que ya no se distinguen por estar ahumadas las paredes. También, J. Cardús en Turismo Altoaragonés. Tomo V., ofrece una fotografía con una pila de agua bendita en la puerta del Mesón que él da como románica (?).)

Se diferencian dos partes, la de la capilla y la que fue vivienda originariamente; esta gana altura interior, al hacer escalón el terreno, permitiendo dos pisos en este lado. La cubierta es de teja y el estado de conservación bueno, siendo habitado ocasionalmente por forestales, cazadores y pastores.

 

IV- Parroquial de San Félix.

Más datos disponemos de esta construcción a la que se alude en el Faci: se conserva iglesia parroquial donde anualmente se celebran algunas misas por los difuntos que allí yacen. Edificada a finales del XIII bajo los cánones de aquél tiempo: planta rectangular con ábside semicircular, puerta al sur con tosca portada de dovelas y bóveda apuntada con arco fajón ojival que denotan un románico tardío, empujado por las nuevas formas góticas. Queda en pie el basamento con casi todo el paramento meridional y occidental, este constituido por un muro corrido y el arco reseñado: da volumen e identidad en el paisaje a este cadáver arquitectónico del único edificio respetado en Las Casas de Sevil, cuando sus pobladores buscaron mejor vida en otros pagos.

En el siglo XVI, 10 de septiembre de 1560, es revisada por el visitador episcopal, Pedro Vitales de Alberuela.(Viaje por pueblos... op. cit.) Lo encuentra todo pobre pero decoroso, con los elementos más imprescindibles de una parroquia: Sagrario, pila bautismal, escolanos y crismeras. No hay un mal retablo en el altar mayor, consagrado a San Felices, sólo el ara de piedra y la lápida. Los altares estaban dedicados San Antonio, y Santos Fabián y Sebastián y Santa Ana. (Los dos primeros costeados por sus cofradías respectivas y el de Santa Ana por su beneficiado.)

Años después, 1629, el estado de la iglesia habría empeorado pues, el obispo de Huesca Francisco Navarro de Engui, manda sumir el Santísimo Sacramento de Sevil, por hallarlo indecoroso. Sin embargo, la iglesia aguantó hasta el XVIII por lo menos, según lo referido.

 

 

V- Viña.

Hemos visto, en el capítulo dedicado a las cuestiones históricas, como el origen de Viña es poblacional, de la voz villa que tal expresa. No pensamos en una viña como génesis porque nunca hemos oído decir La Viña, o Virgen de La Viña. Y porque habría, en tal caso, una historia milagrosa que hablaría de la aparición de la Virgen en una viña o viñedo.

Despoblado tempranamente, quedó la capilla o iglesuela que Adahuesca reedifica en el siglo XVI, consecuencia de la política que en esos momentos sigue con respecto a Sevil, dotándola con un cura y 50 sueldos de renta. A cambio consiguió que el Papa, en 1550, le confiriera el derecho de patronazgo y el de la primicia y capellanía. Es decir introducirse, un poco más, en la sierra. De estas reconstrucciones no queda más que el muro sur, con algunos canetes bajo cornisa y la puerta de acceso de dintel en una pieza que descansa sobre ménsulas, todo ello englobado en el patio del conjunto ermita-vivienda, que más tarde se construiría.

En 1644, Martín de Vitales, canónigo de la Catedral de Huesca y natural de Alberuela, de una familia muy conocida, creó en la ermita una capellanía.

En 1702 se tuvo que rehacer al amenazar ruina. Para ello se pidió permiso al obispo de Huesca, a cuya jurisdicción pertenecía, que lo concedió con cuarenta días de indulgencia para todo aquél que colaborara con aportaciones: Dinero, materiales, mano de obra, etc. Durante este siglo fue prior mosén Gregorio Miguel y Abió que nos da, a través del Faci,(Aragón Reyno de Christo... op. cit.) las siguientes noticias de como se encontraba Viña en esas fechas:

Las obras, ya concluidas, aportaron dos capillas nuevas: Ecce Homo y San José. El altar mayor estaba ocupado por la Virgen, en talla de madera de tres palmos y medio de altura de pie sobre nubes y serafines, que había donado un racionero de la Colegial de Alquézar. Existía una cofradía formada por los pueblos de Radiquero, Alberuela, Valle de Rodellar, Bierge y Adahuesca. Estos lugares concurrían en calamidades públicas y, como mínimo, una vez al ano en día que tenían asignado: Adahuesca el segundo día de Pascua de Pentecostés, Alberuela en Pascua de Resurrección, Bierge el 25 de abril (San Marcos) y Radiquero el 23 de abril (San Jorge). Su fiesta se celebraba, antes del XVIII, el 5 de agosto, Virgen de las Nieves, pero en ese siglo se cambió al 8 de septiembre por considerarse mejor fecha.

 

Milagros.

Era especialmente eficaz en enfermedades -fiebres cuartanas- y necesidades de agua. Se considera prodigio especial el que al apagarse la lámpara esta volvía a encenderse.

El 5 de agosto de 1616, día de su fiesta y por tanto con la cofradía congregada en el santuario, se produjo al amanecer una tempestad que trajo una centella a la ermita, atravesó su pared e hizo caer una piedra grande sobre las espaldas de Pedro Naya, levantando en el aire, unas dos varas, a Martín Rodrigo y, finalmente, quemó el zapato de Isabel Xavierre. Los tres cayeron al suelo como muertos pero, al poco rato, se recobraron sin sufrir daño alguno. También se incendió la iglesia tiznándose el manto de la Virgen, cayendo al suelo medio quemados los manteles del altar mayor. Sin embargo, los Corporales fueron hallados sobre el altar intactos. Todo se tuvo por milagro.

En 1719, Miguel Salinas, tullido de Radiquero, vino hasta aquí a implorar a Nuestra Señora Tras ser ungido con el aceite de la lámpara milagrosa, cesó su minusvalía.

En 1724 llegó al santuario un cautivo con sus grillos que le impedían andar con soltura. Mientras oraba se le abrieron dejándoles en la iglesia como testimonio del favor otorgado.

En la actualidad la iglesia forma conjunto con la casa del ermitaño, de tal forma que no se distingue al exterior. En el patio se ven los restos mencionados del XVI con los canetes que ya no se corresponden con ninguna cubierta. Al interior presenta nave rectangular, con orientación próxima al eje E-O, dos capillas laterales: una a San Blas, la de la epístola, y la otra sin culto. Muestra un par de vanos al Norte y, en el lado Este, el altar mayor con un retablo clasicista de factura reciente, a igual que las imágenes. Sólo destaca una pequeña talla de madera mutilada y un fragmento de otra de igual material. La bóveda presenta dos arcadas ciegas en los muros que cierran a los pies y en la cabecera, y un arco fajón en el centro; los tres apoyados por sendos contrafuertes septentrionales. Su estado es de abandono pasando, recientemente, de manos particulares al Ayuntamiento aboscense que la ha adquirido con algunos terrenos circundantes. En la actualidad se celebra su fiesta el primer domingo de junio.

 

Volver al Índice