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ADAHUESCA Y SU DESPOBLADO DE SEVIL                                                                         Manuel Benito Moliner

 

INDUSTRIAS.

 

Antes del XIX sabemos por un documento suelto del archivo municipal que existió un batán. En ese siglo existía ya el molino harinero movido por las aguas del Vero, conducidas hasta él por una acequia que también se aprovechaba para regar algunos trozos de huerta. Este molino estaba arrendado en 1827 por Joaquín Jordán y siete anos después por Antonio Périz que pagaba 2.080 reales al ayuntamiento por ello. Queda sólamente el antiguo molino aceitero electrificado, como se ha indicado.

Existió una guardentería donde se fabricaba alcohol, anís, similar al de Colungo, y otros aguardientes. En la sierra se instalaban periódicamente caberas en las que se cocía la leña con el fin de obtener carbón vegetal.

 

 

OFICIOS.

 

Sabemos que en Adahuesca hubo notario, durante varias centurias, que ejerció su labor en la Villa y en gran parte del otro lado de Sevil. Hubo también zrujano o cirujano, boticario y médico puesto que aún subsiste pues se ubica aquí la cabecera del partido médico de su nombre que abarca, además, los pueblos de Alberuela, Huerta, Rodellar y Las Almunias. En 1833 se pagaban 56 reales y 16 maravedís a la persona que rige el relox y 150 reales y 20 maravedís al ministro inferior, nombre con que se conocía, en aquellos tiempos al aguacil.

De los nombres de las casas entresacamos los siguientes: Carretero, Pelaire, Cubero, Sastre, Esquilador, Bolero o boyero y Pastor.

La encuesta aplicada nos permite añadir: bribador o podador, tejero, capador, matarife y tejedor. Todos estos desaparecieron tras la guerra del treinta y seis, paulatinamente.

 

 

SERVICIOS.

 

Quedan la herrería, carnicería, tiendas de comestibles, panaderías, bar, médico con consultorio, ayuntamiento, servicio de botiquín del partido farmacéutico de Angüés, escuelas, edificio para usos socio-culturales, servicio automático de teléfono. En 1834 la tienda, la panadería, la taberna y la posada eran de propiedad municipal y estaban arrendadas por Vicente Albajar. Mariano Malo arrendaba el horno de pan cocer.

Hasta hace unos años esta villa albergó una casa cuartel de la Guardia Civil.

 

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