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ADAHUESCA Y SU DESPOBLADO DE SEVIL                                                                         Manuel Benito Moliner

 

LA ETNOGRAFÍA

 

Folkmedicina

 

Escasa ha sido nuestra cosecha en este campo y no demasiado amplia la colaboración obtenida, sin embargo allí van los datos entresacados:

 

Terapia con sustancias vegetales.

-La leche o savia de hilera para curar las verrugas.

-El té de roca y la ruda para el mal de tripas.

-La tila para calmar los nervios.

-La bancera y el mermasangre, la primera tomada en novena, para la tensión.

-Las chordigas u ortigas para la sidiosis.

-El tremoncillo o tomillo y la manzanilla para lavar los ojos, en caso de conjuntivitis, y también para el mal de tripas.

-Las hojas de olivera como calmante y para la tensión por su poder diurético.

-Una hierba lechera, cuyo nombre no recuerdan, como abortivo.

-Tampoco recuerdan el nombre de otra planta peluda por un lado y lisa por el otro. Se aplicaba sobre las heridas infectadas sirviendo, el lado peludo, para hacerla supurar y el liso para secarla y cicatrizaría.

-El espicol o espliego más que como sustancia terapéutica, se utilizaba como perfume una vez transformado.

 

Otros remedios que incluyen sustancias no vegetales.

-Malvas con manteca de cerdo, se usaba para extraer el pus.

-Cebolla y jabón caliente para extraer los llamados granos ciegos.

-La pez se empleaba para empilmar los miembros fracturados. Era una especie de enyesado pero con pez.

- Con pan tostado, sal y vinagre se hacían las salmorradas que se aplicaban tanto los hombres, para inflamaciones por golpes, como a las mulas enrejadas.

- De la mezcla de siete productos se obtenía una pomada que se administraba a los animales por vía tópica para curarles diversas enfermedades de la piel. Sólo recuerdan tres de los ingredientes: sal, vinagre y clara de huevo.

- El agua de salar el cerdo desinfectaba las heridas de las bestias.

- A las reses con retención se les hacia tomar un preparado a base de sal vinagre y ceniza.

- Los huevos enteros, con cáscara, servían para curar las ovejas morras.

- Para las fracturas de pata en gallinas se aplicaba regaliz en palo.

 

Remedios espirituales.

- Había una oración llamada de San Anton, hoy olvidada, utilizada para sanar animales enrejados.

- El Racionero conocía una oración secreta, nadie más llegó a saberla, que susurraba inteligiblemente al tiempo que aplicaba un bálsamo de fabricación propia y de ingredientes inescrutables. Con todo esto perseguía la curación de los males cutáneos.

- Ritual sanatorio muy conocido y extendido por toda Europa es el consistente en pasar un niño herniado, con el fin de solventar esta dolencia, en la noche de San Juan por un caxigo. Para ello, previamente, se había practicado una hendidura en el árbol y se habían seleccionado, siempre que fuera posible, dos personas de nombre Pedro y Juan. Una vez frente a la carrasca Pedro lo tomaba en sus brazos y lo pasaba por la apertura para que lo recogiera Juan, este decía al mismo tiempo: dámelo Pedro y el otro le contestaba: tómalo Juan. A continuación se unía la hendidura por donde se había pasado al niño y si esta se cerraba el niño también sanaría.

-En el momento del parto y para que este se viera facilitado se rezaba, la parturienta sobre todo, la oración de San Ramón.

-No existieron curanderos en el pueblo o, al menos, nadie lo recuerda. Asistían a menudo a Castro de Laluenga

-Con fines curativos viajaban a Nuestra Señora de Dulcis (Buera) donde pedían el habla los mudos y la normalización de aquella los tartamudos. Y a San Cosme y San Damián (Panzano), donde se aplicaban el agua de La Fuensanta en las partes enfermas.

 

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